Los jóvenes han pasado por varios desafíos propuestos por el programa y los han enfrentado satisfactoriamente conforme fueron evolucionando.
Dentro de este cúmulo de vivencias tuvieron que reconocer y aceptar sus habilidades y limitaciones, discriminar y expresar emociones, enfrentar y manejar conflictos, aceptar los cambios de una etapa de su la vida, decidirse a cambiar, adquirir criterios, madurar emocionalmente, proyectarse y el más duro de todos los desafíos, "enfrentar la realidad con las dificultades, dolor, frustración o situaciones adversas que pueda implicar".
Para los jóvenes y adultos de PDP llegó el momento de aplicar el nivel de madurez alcanzado y enfrentar situaciones de la vida, incomprensibles para algunos, inquietantes para otros como entender, procesar y vivenciar la experiencia de la pérdida y hacerlo abiertamente y de forma constructiva.
Las pérdidas no solo se experimentan con la muerte o separaciones sino también con las relaciones, amistades, lugares, cosas, oportunidades, empleos. A veces los jóvenes por sus características cognitivas y psicológicas sienten y perciben hechos cotidianos como perdidas que les cuesta manejar a nivel emocional.
Indudablemente la mas dolorosa de las pérdidas es la de un ser querido en la familia o una gran amistad. Este ha sido y será uno de los desafíos más difíciles durante todo el proceso de trabajo ya que las pérdidas cuestionan todo aquello que les da seguridad a los jóvenes en sus vidas.
En PDP consideramos inútil tratar de huir del dolor y evitar el proceso del duelo, trabajaremos a pesar de los sentimientos negativos que surjan, para conseguir que logren hacerles frente con toda la fuerza de sus capacidades.
Las dudas y cuestionamientos que trae el evolucionar y crecer a nivel personal exige respuestas claras, concisas, justas y con un criterio real.
Nuestros jóvenes tienen un nivel de comprensión, análisis, razonamiento lógico y abstracción limitado que les hace por lo mismo tener una mayor capacidad de tolerancia y conformismo ante aspectos que los demás los vivimos con otra dimensión. Viven con una constante sensación de pérdida ya que tienen sueños, anhelos, esperanzas y metas que no podrán alcanzar, y únicamente trabajando el criterio de realidad ayudaremos no solo al jóven que espera tanto de la vida sino a nosotros mismos, el entorno, a aliviar el peso y la impotencia de no poder darles lo que tanto desean.
Es difícil lidiar diariamente con situaciones que generan tanta ansiedad, estrés, desgaste emocional, frustración y gestiones inadecuadas, apoyándonos mutuamente en el proceso y enfrentando las situaciones responsablemente lograremos adelantarnos y anticiparnos preparándolos adecuadamente para los eventos de la vida.
La larga dependencia como característica principal del ser humano y mas aún en nuestros jóvenes cuyo camino para adquirir cierta madurez es mas largo, puede ser un factor que no nos de tiempo a llegar a prever situaciones si consideramos la etapa de desarrollo en que se encuentran.
Actuemos ya, y hagámonos estos cuestionamientos:
Como ayudarles a enfrentar el problema? Sabemos cual es su nivel de conciencia y sentido de si mismo/a? Cuales son sus criterios acerca de su realidad? Como enfocamos el criterio de realidad en la familia? Hasta que punto la ausencia de alguien influirá en su desarrollo? Como responder a la necesidad de la ausencia de alguien querido como los padres?
Algunos de nuestros jóvenes se hallan en proceso o ya tienen adquiridos el sentido de identidad de si mismos/as y de su diversidad particular.
Trabajando más la situación de interdependencia, la identidad individual y social y capacitándolos en habilidades de afrontamiento podrán mediar y superar situaciones críticas o pérdidas de lazos emocionales y evitaremos mayor vulnerabilidad de riesgo logrando que no consideren la pérdida como un abandono.
Creando, manteniendo y fortaleciendo relaciones de compañía y amistad que suplan la pérdida de seres queridos y promoviendo la comunicabilidad durante su vida adulta para que cuenten siempre lo que les pasa, afecta, y preocupa.
Generalmente, ante estas situaciones pueden presentar reacciones influenciadas por la fuerza del estereotipo social del grupo de pertenencia y un inadecuado manejo e inestabilidad emocional reflejados en comportamientos desadaptativos, exagerados, dramáticos o conflictivos.
La falta de gestión hace que vayan acumulando a lo largo de su vida experiencias que no fueron capaces de superar y las retienen en su memoria de forma incompleta y sin resolver, por lo cual cualquier experiencia similar provoca que nuevamente surjan conductas asociadas a situaciones vividas y generalizadas.
En PDP hemos estado trabajando puntualmente y en forma gradual el aspecto de gestión emocional y en su capacidad de aprender de las experiencias críticas de su vida, sin dejar de lado la situación y contexto particular de cada participante.
Eventos ocurridos en las familias de los participantes como enfermedades, muerte de familiares propios o de amigos (padres o abuelos/as) y el fallecimiento de una amiga y compañera, fue trabajado con todo cuidado, discreción y criterio por este programa. El tema fue tratado desde el día siguiente del evento ocurrido a la compañera y durante el transcurso de la semana incluyendo una dinámica extra, dándose continuidad y seguimiento al proceso de cada uno en particular.
En esta situación los jóvenes fueron observados y evaluados a través de preguntas sobre sus conocimientos acerca del tema en cuestión, trabajamos gradualmente profundizando en esa información explicando gráficamente y en términos simples pero reales, contestando y aclarando toda duda o cuestionamiento.
Luego analizamos juntos la situación, reflexionaron y se barajaron posibilidades y alternativas, mas adelante expresaron lo que sintieron en ese momento y lo que puede pasar en un futuro.
En la dinámica se procedió a la contención grupal e individual, dando fuerza y confianza y estimulando un vínculo de apoyo mutuo entre los participantes. Se les ha animado a identificar y expresar lo que sienten, trabajamos sobre el significado del vivir, la amistad, el pensamiento positivo, la importancia de rescatar los buenos recuerdos. Trabajando sobre el darse cuenta de lo que pasa y les pasa, se les fue guiando para construir de la experiencia, analizando y reflexionando mas adecuadamente. Seguidamente hicimos un cambio en el clima emocional recurriendo a juegos de interacción o relajación en donde cada participante expresó solo lo positivo del otro.
Es grande el esfuerzo de los jóvenes para enfrentar este tipo de experiencias y gestionar adecuadamente emociones generando conductas más adaptativas, es ahí donde, según el estado de ánimo, se va orientando a cada participante en su gran desafío individual, enfrentar a su modo, proceso y capacidad la situación tratada.
Unámonos en este proceso y acompañemos a nuestros jóvenes y adultos para darles oportunidades y herramientas en este tránsito hacia la vida adulta recurriendo al único medio posible, crear criterios en base a la realidad. Este fué, es y será nuestro gran desafío, y de ahora en más para toda la vida.
Dentro de este cúmulo de vivencias tuvieron que reconocer y aceptar sus habilidades y limitaciones, discriminar y expresar emociones, enfrentar y manejar conflictos, aceptar los cambios de una etapa de su la vida, decidirse a cambiar, adquirir criterios, madurar emocionalmente, proyectarse y el más duro de todos los desafíos, "enfrentar la realidad con las dificultades, dolor, frustración o situaciones adversas que pueda implicar".
Para los jóvenes y adultos de PDP llegó el momento de aplicar el nivel de madurez alcanzado y enfrentar situaciones de la vida, incomprensibles para algunos, inquietantes para otros como entender, procesar y vivenciar la experiencia de la pérdida y hacerlo abiertamente y de forma constructiva.
Las pérdidas no solo se experimentan con la muerte o separaciones sino también con las relaciones, amistades, lugares, cosas, oportunidades, empleos. A veces los jóvenes por sus características cognitivas y psicológicas sienten y perciben hechos cotidianos como perdidas que les cuesta manejar a nivel emocional.
Indudablemente la mas dolorosa de las pérdidas es la de un ser querido en la familia o una gran amistad. Este ha sido y será uno de los desafíos más difíciles durante todo el proceso de trabajo ya que las pérdidas cuestionan todo aquello que les da seguridad a los jóvenes en sus vidas.
En PDP consideramos inútil tratar de huir del dolor y evitar el proceso del duelo, trabajaremos a pesar de los sentimientos negativos que surjan, para conseguir que logren hacerles frente con toda la fuerza de sus capacidades.
Las dudas y cuestionamientos que trae el evolucionar y crecer a nivel personal exige respuestas claras, concisas, justas y con un criterio real.
Nuestros jóvenes tienen un nivel de comprensión, análisis, razonamiento lógico y abstracción limitado que les hace por lo mismo tener una mayor capacidad de tolerancia y conformismo ante aspectos que los demás los vivimos con otra dimensión. Viven con una constante sensación de pérdida ya que tienen sueños, anhelos, esperanzas y metas que no podrán alcanzar, y únicamente trabajando el criterio de realidad ayudaremos no solo al jóven que espera tanto de la vida sino a nosotros mismos, el entorno, a aliviar el peso y la impotencia de no poder darles lo que tanto desean.
Es difícil lidiar diariamente con situaciones que generan tanta ansiedad, estrés, desgaste emocional, frustración y gestiones inadecuadas, apoyándonos mutuamente en el proceso y enfrentando las situaciones responsablemente lograremos adelantarnos y anticiparnos preparándolos adecuadamente para los eventos de la vida.
La larga dependencia como característica principal del ser humano y mas aún en nuestros jóvenes cuyo camino para adquirir cierta madurez es mas largo, puede ser un factor que no nos de tiempo a llegar a prever situaciones si consideramos la etapa de desarrollo en que se encuentran.
Actuemos ya, y hagámonos estos cuestionamientos:
Como ayudarles a enfrentar el problema? Sabemos cual es su nivel de conciencia y sentido de si mismo/a? Cuales son sus criterios acerca de su realidad? Como enfocamos el criterio de realidad en la familia? Hasta que punto la ausencia de alguien influirá en su desarrollo? Como responder a la necesidad de la ausencia de alguien querido como los padres?
Algunos de nuestros jóvenes se hallan en proceso o ya tienen adquiridos el sentido de identidad de si mismos/as y de su diversidad particular.
Trabajando más la situación de interdependencia, la identidad individual y social y capacitándolos en habilidades de afrontamiento podrán mediar y superar situaciones críticas o pérdidas de lazos emocionales y evitaremos mayor vulnerabilidad de riesgo logrando que no consideren la pérdida como un abandono.
Creando, manteniendo y fortaleciendo relaciones de compañía y amistad que suplan la pérdida de seres queridos y promoviendo la comunicabilidad durante su vida adulta para que cuenten siempre lo que les pasa, afecta, y preocupa.
Generalmente, ante estas situaciones pueden presentar reacciones influenciadas por la fuerza del estereotipo social del grupo de pertenencia y un inadecuado manejo e inestabilidad emocional reflejados en comportamientos desadaptativos, exagerados, dramáticos o conflictivos.
La falta de gestión hace que vayan acumulando a lo largo de su vida experiencias que no fueron capaces de superar y las retienen en su memoria de forma incompleta y sin resolver, por lo cual cualquier experiencia similar provoca que nuevamente surjan conductas asociadas a situaciones vividas y generalizadas.
En PDP hemos estado trabajando puntualmente y en forma gradual el aspecto de gestión emocional y en su capacidad de aprender de las experiencias críticas de su vida, sin dejar de lado la situación y contexto particular de cada participante.
Eventos ocurridos en las familias de los participantes como enfermedades, muerte de familiares propios o de amigos (padres o abuelos/as) y el fallecimiento de una amiga y compañera, fue trabajado con todo cuidado, discreción y criterio por este programa. El tema fue tratado desde el día siguiente del evento ocurrido a la compañera y durante el transcurso de la semana incluyendo una dinámica extra, dándose continuidad y seguimiento al proceso de cada uno en particular.
En esta situación los jóvenes fueron observados y evaluados a través de preguntas sobre sus conocimientos acerca del tema en cuestión, trabajamos gradualmente profundizando en esa información explicando gráficamente y en términos simples pero reales, contestando y aclarando toda duda o cuestionamiento.
Luego analizamos juntos la situación, reflexionaron y se barajaron posibilidades y alternativas, mas adelante expresaron lo que sintieron en ese momento y lo que puede pasar en un futuro.
En la dinámica se procedió a la contención grupal e individual, dando fuerza y confianza y estimulando un vínculo de apoyo mutuo entre los participantes. Se les ha animado a identificar y expresar lo que sienten, trabajamos sobre el significado del vivir, la amistad, el pensamiento positivo, la importancia de rescatar los buenos recuerdos. Trabajando sobre el darse cuenta de lo que pasa y les pasa, se les fue guiando para construir de la experiencia, analizando y reflexionando mas adecuadamente. Seguidamente hicimos un cambio en el clima emocional recurriendo a juegos de interacción o relajación en donde cada participante expresó solo lo positivo del otro.
Es grande el esfuerzo de los jóvenes para enfrentar este tipo de experiencias y gestionar adecuadamente emociones generando conductas más adaptativas, es ahí donde, según el estado de ánimo, se va orientando a cada participante en su gran desafío individual, enfrentar a su modo, proceso y capacidad la situación tratada.
Unámonos en este proceso y acompañemos a nuestros jóvenes y adultos para darles oportunidades y herramientas en este tránsito hacia la vida adulta recurriendo al único medio posible, crear criterios en base a la realidad. Este fué, es y será nuestro gran desafío, y de ahora en más para toda la vida.
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