“En los recreos del colegio, mis compañeros estaban jugando futbol o en grupo, pero yo estaba moviéndome de un lado a otro, solo en el patio; inventándome historias, o sea, estaba viviendo aventuras, aventuras imaginarias. A lo mejor, me estaba inventando que sostenía un objeto y ponía los brazos como si lo estuviera realmente cogiendo.
Otra afición que tuve fue aprenderme cumpleaños de actores de cine, aunque esta es una de las muchas que he tenido, solamente que ésta se ha hecho famosa, porque coincidió cuando me diagnosticaron el síndrome de Asperger.
(…) poder entender los sentimientos, que muchas veces alguien dice una expresión y yo la entiendo al pie de la letra, o sea, puede que sea una absurdez y yo estoy meditando: lo habrá dicho en plan broma o será verdad lo que ha dicho. A un tío mío le comenté que Albert Einstein era muy posible que tuviera el mismo síndrome que yo, y él me dijo “¡Anda, el más tonto!”, y yo pensé que se estaba refiriendo a que Einstein era tonto, o sea, le interpreté la frase tal cual” (Miguel, joven español con el síndrome de Asperger).
"El Asperger consiste en un alteración del desarrollo cerebral bastante frecuente (de 3 a 7 niños por cada 1000, entre 7 y 16 años), con mayor prevalencia en los varones. Aquellos que lo padecen no presentan rasgos físicos característicos, pero sí evidencian una marcada disarmonía cognitiva. Sin embargo hay un rasgo que prepondera por sobre los otros y que en la mayoría de los casos, es determinante para el diagnóstico clínico: dificultades para relacionarse con su entorno social. Frecuentemente, evidencia comportamientos inadecuados al contexto en que se desenvuelven. Por otro lado una persona con Asperger desarrolla un pensamiento diferente, que se muestra lógico, concreto e hiperrealista en ocasiones (Aguilera, 2006). Rivière & Núñez (2001) explican que la sintomatología de este Síndrome puede, en momentos, ser de difícil detección, por lo que el diagnóstico suele ser más tardío (en torno a los 7 años). Concuerdan en que la adquisición de los elementos formales del lenguaje (fonología, sintaxis, vocabulario) sigue un orden adecuado, pero que el uso pragmático es deficitario e inapropiado al contexto, manifestando problemas para interpretar o usar sutilezas, ironías y bromas en el lenguaje coloquial. A pesar de ello, los sujetos suelen tener una capacidad intelectual normal o limítrofe, su motricidad fina y gruesa suele ser característicamente torpe, tal como ocurre en los trastorno de aprendizajes no verbales.
Desarrollo Pragmático del Lenguaje
A pesar de las diversas definiciones que recibe este nivel del lenguaje, todas coinciden en describirla como una disciplina lingüística encargada de estudiar el uso del lenguaje dentro de un contexto intencional, interactivo y real (Acuña & Sentis, 2004). Siguiendo con esta idea, Frías (2001) sugiere que la pragmática relaciona ámbitos lingüísticos y extralingüísticos que determinan la forma de construir oraciones y por tanto, de comprender las expresiones.
La dimensión pragmática considera el lenguaje como un medio fundamentalmente comunicativo, cuya finalidad es el intercambio socio-conductual entre los interlocutores. Por otro lado la concepción más tradicional del lenguaje resalta el aspecto formativo de categorías conceptuales (Acuña & Sentis, 2004).
Las teorías pragmáticas explican qué habilidades son utilizadas en la interacción. Estas destrezas facilitan la comprensión del contenido adecuando el lenguaje y habla según los factores que determinan el contexto comunicativo (Peralta, 2000).
Dentro de este marco, el desarrollo pragmático es visto como un proceso que conlleva actividades preferentemente sociales y comunicativas que permiten al ser humano lograr objetivos funcionales. Así, la capacidad de interacción (basada en los modelos de colaboración proporcionados por adultos cercanos al menor), es considerada como un precursor del desarrollo del lenguaje, función que Hymes en Acuña & Sentis (2004), define como el resultado de la asociación de competencias gramaticales y comunicativo-pragmáticas.
Alrededor del primer año de vida los niños van adquiriendo habilidades pragmáticas que se relacionan con el tipo de comunicación no verbal, característico del período conocido como pre-lingüístico. Rocha de Vasconcellos et als. (2007), agregan que desde la perspectiva pragmática, la comunicación pre-verbal es la fase inicial del uso del lenguaje que permite interactuar con las personas y establecer las bases funcionales de la comunicación.
Así, Halliday (en Acuña & Sentis, 2004) postula que la primera fase del desarrollo del lenguaje contiene funciones básicas interactivas de significación propia que posteriormente son sustituidas por un sistema léxico gramatical. Dichas funciones comprenden actos, acciones, gestos y/o vocalizaciones que influyen intencionalmente en la conducta de otros y se caracterizan por mostrar variados usos;
1. Instrumental: dirigido a satisfacer necesidades y deseos.
2. Regulador: con la finalidad de controlar la actividad del otro.
3. Interaccional: para establecer contacto con otra persona.
4. Personal: que manifiesta el propio ser; sentimientos, actitudes, intereses, etc.
5. Heurístico: con el propósito de explorar, organizar e identificar el medio ambiente.
6. Imaginativo: permitiendo crear o recrear mundos imaginarios.
En la segunda etapa del desarrollo el lenguaje transita desde un enfoque de aprendizaje hacia un concepto de acción, en donde son generalizadas funciones como la instrumental y reguladora. Más tarde, el niño debe descubrir cuál es la información desconocida por su interlocutor y de esa forma elicitar sus enunciados (Acuña & Sentis, 2004).
7. Informativo: el lenguaje es usado para intercambiar información con otros.
Finalmente, cerca de los dos años se comienza a tener cierto dominio del sistema, entendiendo la pragmática como un componente de la gramática de la lengua materna. Aquí se aprecian funciones lenguaje tales como:
1. Ideacional: empleada para representar y estructurar cognitivamente el mundo real o imaginario.
2. Interpersonal: uso del lenguaje para interactuar y actuar sobre los demás, tanto en lo social como cultural.
3. Textual: codificación convencional de un contenido mediante la creación de un texto.
Bajo este referente, las capacidades comunicativas han sido clasificadas en protodeclarativas y protoimperativas. Las primeras manifiestan las actitudes del niño para captar la atención del adulto, ya sea por algún evento, objeto o para sí mismos. Las segundas, tienen el propósito de lograr que el adulto realice alguna acción que el menor desea (Bates, Camaioni & Volterra, 1976).
Las habilidades conversacionales son otro aspecto de relevancia en el desarrollo pragmático del lenguaje. Acuña & Sentis (2004) señalan que en ellas, se conjugan dominios estrictamente lingüísticos frente a elementos evidentemente interactivos; es decir procesos semánticos, sintácticos, de planificación, producción y comprensión, contra componentes pragmáticos y procedimientos relacionados con la interacción dialógica: toma de turnos, mantención y reconocimiento de turnos, comprensión y reparación de quiebres, regulación kinésica.
Es de especial atingencia la comunicación de referencias, rasgo adquirido aproximadamente a los tres años que evidencia la destreza que poseen los menores para formular su discurso de acuerdo a las necesidades y niveles comprensivos del oyente. Así, los niños elaboran enunciados de acuerdo al contexto situacional, trascendiendo en el futuro, en la aceptación, incorporación y contacto con sus pares (Acuña & Sentis, 2004).
A modo de síntesis, podemos decir que la conversación es un proceso global que requiere la coordinación de diversos ámbitos, tanto personales como sociales; de la acción conjunta, atención e intención de los interlocutores.
Comunicación y Asperger
Criterios como el DSM-IV y el CIE-10 concuerdan que la aparición y evolución del lenguaje conserva algunos de sus aspectos relevantes. Así menores de dos años que posee Asperger elicitan palabras aisladas, para luego a la edad de tres años, emitir frases con intención comunicativa. Demostrando, bajo este concepto, que no existiría un retraso en el desarrollo global del lenguaje; expresivo como receptivo (Bielsa, 2009).
Patrones de comunicación
Rattazzi (2009) refiere que las personas con síndrome de Asperger, evidencian en sus patrones comunicativos, ciertos aspectos que son de interés clínico:
-Prosodia precaria: presentan rangos de entonación limitados, que muchas veces no son coherentes con el funcionamiento o la intención comunicativa de la emisión. El habla puede ser poco fluida o tener una velocidad aumentada, y la modulación del volumen de suele estar deficitaria, presentando generalmente una elevada intensidad. A pesar de que en el Asperger existen evidentes dificultades prosódicas, es preciso destacar que la inflexión y entonación son menos rígidos y monótonos en este trastorno, que en el síndrome autista.
-Habla tangencial y circunstancial: la conversación en el SA, se caracteriza por ser unidireccional y egocéntrica, los cambios de tema se realizan sin una demarcación clara y muchas veces existe incapacidad para omitir las emisiones vocales que se dan en conjunto con el pensamiento interno de las personas. Los tres rasgos anteriormente mencionados, hacen que el discurso mantenga poca conexión lógica, confiriendo cierta sensación de incoherencia.
-Verborragia marcada: el niño con SA se caracteriza por tener ciertos temas limitados de interés, sobre los cuales habla incesantemente, pareciendo no llegar a una conclusión definitiva. La verborragia del síndrome de Asperger se caracteriza por que la persona no presta atención a las marcas afectivo-sociales de la conversación que denotan interés, intensión de cambio de turno o tema, etc.
Lenguaje Verbal
Para analizar las habilidades lingüísticas de los niños con síndrome de Asperger, podemos segmentarlas de acuerdo a los componentes del lenguaje.
En un artículo de 2005, Martín-Borreguero señala que en el ámbito fonológico, los niños presentan un desarrollo adecuado, mostrando capacidades para identificar sonidos aislados, decodificar sonidos complejos, imitar acentos ajenos con mucha precisión, leer con fluidez y articular claramente las palabras al emitir. Sin embargo, se advierten alteraciones relacionadas con la prosodia del habla, junto con la modulación del volumen y la velocidad.
Semánticamente, en la mayoría de los casos, presentan mayor facilidad para reconocer y definir términos formales e inusuales, no así con conceptos mucho más comunes y coloquiales. Cabe destacar, que la utilización de palabras precisas y rebuscadas se lleva a cabo en contextos muchas veces informales para el niño, donde el vocabulario esperado sería de carácter más bien familiar y sencillo. Lo que en ocasiones es capaz de enmascarar los niveles concretos de pensamiento y comprensión con los que el niño está usualmente funcionando (Martín-Borreguero, 2005).
Rattazzi (2009), corrobora lo anterior señalando que el vocabulario adquirido por los niños con trastorno de Asperger puede parecer inusual, debido a que aprenden palabras complejas o preferentemente utilizadas por adultos. Además tienden a presentar una cualidad pedante en su forma de hablar, que se encuentra dada por la elección de palabras que realizan, la formalidad en su construcción oracional, el tono de voz y el fraseo, que denota una cualidad de enseñanza, tal como si dictaran una clase. Martín-Borreguero (2005) indica que estos menores poseen la capacidad intacta de formar categorías de naturaleza concreta, con la respectiva habilidad de abstraer los atributos en común que poseen los elementos agrupados en dicha categoría. Mientras que evidencian dificultades en la comprensión de conceptos abstractos y la asimilación de términos de temporalidad y espacialidad. Además se advierte un déficit en procesos de recuperación y acceso a palabras almacenadas en la memoria de largo plazo, lo que genera dificultades en actos de comunicación social, debido a que pueden utilizar palabras contextualmente inapropiadas.
Además, este mismo autor plantea que los sujetos que padecen de Asperger, presentan deficiencias en la flexibilidad cognitiva, que lo llevan a una interpretación literal de los enunciados, dificultando la comprensión del lenguaje figurado, como son las ironías, los sarcasmos o las metáforas. El sujeto con el síndrome asigna significados fijos a las palabras, en base a percepciones concretas propias y experiencias específicas.
El adecuado desarrollo de las habilidades pragmáticas constituye un elemento fundamental para el desenvolvimiento social de un individuo. Lamentablemente, la mayoría de estas competencias en el niño Asperger se ven afectadas severamente, lo que pareciera estar relacionado con un déficit cognitivo-social característico del síndrome y no con la comprensión misma del lenguaje. En la práctica se ven limitados para responder de acuerdo con las expectativas sociales de su entorno (Martín-Borreguero, 2005).
Añadido a lo anterior, el mismo autor nos señala que en sus enunciados, el niño asperger tiende a basarse reiteradamente en sus propios intereses, los que además son detallados de forma precisa y extendida. Debido a esto, la toma de turnos con el interlocutor resulta afectada notablemente. La iniciación de una conversación y la demostración de interés por otros temas son significativamente menos frecuentes. Asimismo, presentan dificultades para reconocer intenciones comunicativas en los demás, lo que limita, en muchas ocasiones, la comprensión de los deseos y necesidades de los otros. Desprovistos de esta comprensión, son incapaces de adaptar las diferentes formas de habla junto con el contenido de la conversación, en función de las variables del contexto en que se sitúa la interacción. Adicionalmente, no es tomado en cuenta el conocimiento que el interlocutor posee con respecto a los temas tratados en la conversación. Desde la perspectiva del interlocutor, muchas veces los enunciados pueden ser percibidos como incoherentes y descontextualizados.
Es usual la expresión de neologismos y tecnicismos, que le confieren un carácter de “hiperformalidad” al discurso, que por lo demás puede ser concreto y literal. Por otro lado, rasgos como la prosodia manifiestan variaciones en la entonación y ritmo del habla, conservando adecuadamente la articulación y fluidez de las elicitaciones (Crespo, Ferre & Palanca, 2008).
Lenguaje No Verbal
“Con respecto al ámbito de la expresión no verbal, se debe destacar, por su relevancia, el déficit en la modulación de los turnos a través del contacto ocular, en la expresión flexible y coordinada de gestos manuales y corporales, en la exhibición de expresiones faciales congruentes con el contenido de la conversación, en la adopción de posturas corporales correctas, en la prosodia de la voz y en el ritmo de habla” (Martín-Borreguero, 2005, p.5).
El DSM-IV señala la posibilidad de existencia de múltiples deficiencias en el aspecto no verbal del lenguaje en el trastorno de Asperger, destacando la importancia que adquiere este aspecto en el proceso de interacción social (Ratazzi, 2009).
Independiente de los criterios planteados tanto por el DSM-IV y la CIE-10, variados autores han propuesto diversas pautas para la delimitación del Síndrome de Asperger, de todas formas, concuerdan en la presencia de problemas de lenguaje en los sujetos que presentan dicha afección.
Szatmari (en Rattazzi, 2009), plantea que la comunicación no verbal de los individuos con Asperger, manifestaría alteraciones como: expresión facial limitada, incapacidad para leer emociones de las expresiones faciales del interlocutor, escaso contacto visual, expresión manual deficitaria, gestos grandes y torpes, además de problemas en la proximidad (se acerca demasiado a otros).
Por otra parte, el mismo autor cita los criterios diagnósticos de Gillberg, quién considera relevante la existencia de al menos una de las siguientes características: uso limitado de gestos, lenguaje corporal torpe, expresión facial limitada, expresión inapropiada, mirada peculiar y rígida (Rattazzi, 2009)".
Otra afición que tuve fue aprenderme cumpleaños de actores de cine, aunque esta es una de las muchas que he tenido, solamente que ésta se ha hecho famosa, porque coincidió cuando me diagnosticaron el síndrome de Asperger.
(…) poder entender los sentimientos, que muchas veces alguien dice una expresión y yo la entiendo al pie de la letra, o sea, puede que sea una absurdez y yo estoy meditando: lo habrá dicho en plan broma o será verdad lo que ha dicho. A un tío mío le comenté que Albert Einstein era muy posible que tuviera el mismo síndrome que yo, y él me dijo “¡Anda, el más tonto!”, y yo pensé que se estaba refiriendo a que Einstein era tonto, o sea, le interpreté la frase tal cual” (Miguel, joven español con el síndrome de Asperger).
"El Asperger consiste en un alteración del desarrollo cerebral bastante frecuente (de 3 a 7 niños por cada 1000, entre 7 y 16 años), con mayor prevalencia en los varones. Aquellos que lo padecen no presentan rasgos físicos característicos, pero sí evidencian una marcada disarmonía cognitiva. Sin embargo hay un rasgo que prepondera por sobre los otros y que en la mayoría de los casos, es determinante para el diagnóstico clínico: dificultades para relacionarse con su entorno social. Frecuentemente, evidencia comportamientos inadecuados al contexto en que se desenvuelven. Por otro lado una persona con Asperger desarrolla un pensamiento diferente, que se muestra lógico, concreto e hiperrealista en ocasiones (Aguilera, 2006). Rivière & Núñez (2001) explican que la sintomatología de este Síndrome puede, en momentos, ser de difícil detección, por lo que el diagnóstico suele ser más tardío (en torno a los 7 años). Concuerdan en que la adquisición de los elementos formales del lenguaje (fonología, sintaxis, vocabulario) sigue un orden adecuado, pero que el uso pragmático es deficitario e inapropiado al contexto, manifestando problemas para interpretar o usar sutilezas, ironías y bromas en el lenguaje coloquial. A pesar de ello, los sujetos suelen tener una capacidad intelectual normal o limítrofe, su motricidad fina y gruesa suele ser característicamente torpe, tal como ocurre en los trastorno de aprendizajes no verbales.
Desarrollo Pragmático del Lenguaje
A pesar de las diversas definiciones que recibe este nivel del lenguaje, todas coinciden en describirla como una disciplina lingüística encargada de estudiar el uso del lenguaje dentro de un contexto intencional, interactivo y real (Acuña & Sentis, 2004). Siguiendo con esta idea, Frías (2001) sugiere que la pragmática relaciona ámbitos lingüísticos y extralingüísticos que determinan la forma de construir oraciones y por tanto, de comprender las expresiones.
La dimensión pragmática considera el lenguaje como un medio fundamentalmente comunicativo, cuya finalidad es el intercambio socio-conductual entre los interlocutores. Por otro lado la concepción más tradicional del lenguaje resalta el aspecto formativo de categorías conceptuales (Acuña & Sentis, 2004).
Las teorías pragmáticas explican qué habilidades son utilizadas en la interacción. Estas destrezas facilitan la comprensión del contenido adecuando el lenguaje y habla según los factores que determinan el contexto comunicativo (Peralta, 2000).
Dentro de este marco, el desarrollo pragmático es visto como un proceso que conlleva actividades preferentemente sociales y comunicativas que permiten al ser humano lograr objetivos funcionales. Así, la capacidad de interacción (basada en los modelos de colaboración proporcionados por adultos cercanos al menor), es considerada como un precursor del desarrollo del lenguaje, función que Hymes en Acuña & Sentis (2004), define como el resultado de la asociación de competencias gramaticales y comunicativo-pragmáticas.
Alrededor del primer año de vida los niños van adquiriendo habilidades pragmáticas que se relacionan con el tipo de comunicación no verbal, característico del período conocido como pre-lingüístico. Rocha de Vasconcellos et als. (2007), agregan que desde la perspectiva pragmática, la comunicación pre-verbal es la fase inicial del uso del lenguaje que permite interactuar con las personas y establecer las bases funcionales de la comunicación.
Así, Halliday (en Acuña & Sentis, 2004) postula que la primera fase del desarrollo del lenguaje contiene funciones básicas interactivas de significación propia que posteriormente son sustituidas por un sistema léxico gramatical. Dichas funciones comprenden actos, acciones, gestos y/o vocalizaciones que influyen intencionalmente en la conducta de otros y se caracterizan por mostrar variados usos;
1. Instrumental: dirigido a satisfacer necesidades y deseos.
2. Regulador: con la finalidad de controlar la actividad del otro.
3. Interaccional: para establecer contacto con otra persona.
4. Personal: que manifiesta el propio ser; sentimientos, actitudes, intereses, etc.
5. Heurístico: con el propósito de explorar, organizar e identificar el medio ambiente.
6. Imaginativo: permitiendo crear o recrear mundos imaginarios.
En la segunda etapa del desarrollo el lenguaje transita desde un enfoque de aprendizaje hacia un concepto de acción, en donde son generalizadas funciones como la instrumental y reguladora. Más tarde, el niño debe descubrir cuál es la información desconocida por su interlocutor y de esa forma elicitar sus enunciados (Acuña & Sentis, 2004).
7. Informativo: el lenguaje es usado para intercambiar información con otros.
Finalmente, cerca de los dos años se comienza a tener cierto dominio del sistema, entendiendo la pragmática como un componente de la gramática de la lengua materna. Aquí se aprecian funciones lenguaje tales como:
1. Ideacional: empleada para representar y estructurar cognitivamente el mundo real o imaginario.
2. Interpersonal: uso del lenguaje para interactuar y actuar sobre los demás, tanto en lo social como cultural.
3. Textual: codificación convencional de un contenido mediante la creación de un texto.
Bajo este referente, las capacidades comunicativas han sido clasificadas en protodeclarativas y protoimperativas. Las primeras manifiestan las actitudes del niño para captar la atención del adulto, ya sea por algún evento, objeto o para sí mismos. Las segundas, tienen el propósito de lograr que el adulto realice alguna acción que el menor desea (Bates, Camaioni & Volterra, 1976).
Las habilidades conversacionales son otro aspecto de relevancia en el desarrollo pragmático del lenguaje. Acuña & Sentis (2004) señalan que en ellas, se conjugan dominios estrictamente lingüísticos frente a elementos evidentemente interactivos; es decir procesos semánticos, sintácticos, de planificación, producción y comprensión, contra componentes pragmáticos y procedimientos relacionados con la interacción dialógica: toma de turnos, mantención y reconocimiento de turnos, comprensión y reparación de quiebres, regulación kinésica.
Es de especial atingencia la comunicación de referencias, rasgo adquirido aproximadamente a los tres años que evidencia la destreza que poseen los menores para formular su discurso de acuerdo a las necesidades y niveles comprensivos del oyente. Así, los niños elaboran enunciados de acuerdo al contexto situacional, trascendiendo en el futuro, en la aceptación, incorporación y contacto con sus pares (Acuña & Sentis, 2004).
A modo de síntesis, podemos decir que la conversación es un proceso global que requiere la coordinación de diversos ámbitos, tanto personales como sociales; de la acción conjunta, atención e intención de los interlocutores.
Comunicación y Asperger
Criterios como el DSM-IV y el CIE-10 concuerdan que la aparición y evolución del lenguaje conserva algunos de sus aspectos relevantes. Así menores de dos años que posee Asperger elicitan palabras aisladas, para luego a la edad de tres años, emitir frases con intención comunicativa. Demostrando, bajo este concepto, que no existiría un retraso en el desarrollo global del lenguaje; expresivo como receptivo (Bielsa, 2009).
Patrones de comunicación
Rattazzi (2009) refiere que las personas con síndrome de Asperger, evidencian en sus patrones comunicativos, ciertos aspectos que son de interés clínico:
-Prosodia precaria: presentan rangos de entonación limitados, que muchas veces no son coherentes con el funcionamiento o la intención comunicativa de la emisión. El habla puede ser poco fluida o tener una velocidad aumentada, y la modulación del volumen de suele estar deficitaria, presentando generalmente una elevada intensidad. A pesar de que en el Asperger existen evidentes dificultades prosódicas, es preciso destacar que la inflexión y entonación son menos rígidos y monótonos en este trastorno, que en el síndrome autista.
-Habla tangencial y circunstancial: la conversación en el SA, se caracteriza por ser unidireccional y egocéntrica, los cambios de tema se realizan sin una demarcación clara y muchas veces existe incapacidad para omitir las emisiones vocales que se dan en conjunto con el pensamiento interno de las personas. Los tres rasgos anteriormente mencionados, hacen que el discurso mantenga poca conexión lógica, confiriendo cierta sensación de incoherencia.
-Verborragia marcada: el niño con SA se caracteriza por tener ciertos temas limitados de interés, sobre los cuales habla incesantemente, pareciendo no llegar a una conclusión definitiva. La verborragia del síndrome de Asperger se caracteriza por que la persona no presta atención a las marcas afectivo-sociales de la conversación que denotan interés, intensión de cambio de turno o tema, etc.
Lenguaje Verbal
Para analizar las habilidades lingüísticas de los niños con síndrome de Asperger, podemos segmentarlas de acuerdo a los componentes del lenguaje.
En un artículo de 2005, Martín-Borreguero señala que en el ámbito fonológico, los niños presentan un desarrollo adecuado, mostrando capacidades para identificar sonidos aislados, decodificar sonidos complejos, imitar acentos ajenos con mucha precisión, leer con fluidez y articular claramente las palabras al emitir. Sin embargo, se advierten alteraciones relacionadas con la prosodia del habla, junto con la modulación del volumen y la velocidad.
Semánticamente, en la mayoría de los casos, presentan mayor facilidad para reconocer y definir términos formales e inusuales, no así con conceptos mucho más comunes y coloquiales. Cabe destacar, que la utilización de palabras precisas y rebuscadas se lleva a cabo en contextos muchas veces informales para el niño, donde el vocabulario esperado sería de carácter más bien familiar y sencillo. Lo que en ocasiones es capaz de enmascarar los niveles concretos de pensamiento y comprensión con los que el niño está usualmente funcionando (Martín-Borreguero, 2005).
Rattazzi (2009), corrobora lo anterior señalando que el vocabulario adquirido por los niños con trastorno de Asperger puede parecer inusual, debido a que aprenden palabras complejas o preferentemente utilizadas por adultos. Además tienden a presentar una cualidad pedante en su forma de hablar, que se encuentra dada por la elección de palabras que realizan, la formalidad en su construcción oracional, el tono de voz y el fraseo, que denota una cualidad de enseñanza, tal como si dictaran una clase. Martín-Borreguero (2005) indica que estos menores poseen la capacidad intacta de formar categorías de naturaleza concreta, con la respectiva habilidad de abstraer los atributos en común que poseen los elementos agrupados en dicha categoría. Mientras que evidencian dificultades en la comprensión de conceptos abstractos y la asimilación de términos de temporalidad y espacialidad. Además se advierte un déficit en procesos de recuperación y acceso a palabras almacenadas en la memoria de largo plazo, lo que genera dificultades en actos de comunicación social, debido a que pueden utilizar palabras contextualmente inapropiadas.
Además, este mismo autor plantea que los sujetos que padecen de Asperger, presentan deficiencias en la flexibilidad cognitiva, que lo llevan a una interpretación literal de los enunciados, dificultando la comprensión del lenguaje figurado, como son las ironías, los sarcasmos o las metáforas. El sujeto con el síndrome asigna significados fijos a las palabras, en base a percepciones concretas propias y experiencias específicas.
El adecuado desarrollo de las habilidades pragmáticas constituye un elemento fundamental para el desenvolvimiento social de un individuo. Lamentablemente, la mayoría de estas competencias en el niño Asperger se ven afectadas severamente, lo que pareciera estar relacionado con un déficit cognitivo-social característico del síndrome y no con la comprensión misma del lenguaje. En la práctica se ven limitados para responder de acuerdo con las expectativas sociales de su entorno (Martín-Borreguero, 2005).
Añadido a lo anterior, el mismo autor nos señala que en sus enunciados, el niño asperger tiende a basarse reiteradamente en sus propios intereses, los que además son detallados de forma precisa y extendida. Debido a esto, la toma de turnos con el interlocutor resulta afectada notablemente. La iniciación de una conversación y la demostración de interés por otros temas son significativamente menos frecuentes. Asimismo, presentan dificultades para reconocer intenciones comunicativas en los demás, lo que limita, en muchas ocasiones, la comprensión de los deseos y necesidades de los otros. Desprovistos de esta comprensión, son incapaces de adaptar las diferentes formas de habla junto con el contenido de la conversación, en función de las variables del contexto en que se sitúa la interacción. Adicionalmente, no es tomado en cuenta el conocimiento que el interlocutor posee con respecto a los temas tratados en la conversación. Desde la perspectiva del interlocutor, muchas veces los enunciados pueden ser percibidos como incoherentes y descontextualizados.
Es usual la expresión de neologismos y tecnicismos, que le confieren un carácter de “hiperformalidad” al discurso, que por lo demás puede ser concreto y literal. Por otro lado, rasgos como la prosodia manifiestan variaciones en la entonación y ritmo del habla, conservando adecuadamente la articulación y fluidez de las elicitaciones (Crespo, Ferre & Palanca, 2008).
Lenguaje No Verbal
“Con respecto al ámbito de la expresión no verbal, se debe destacar, por su relevancia, el déficit en la modulación de los turnos a través del contacto ocular, en la expresión flexible y coordinada de gestos manuales y corporales, en la exhibición de expresiones faciales congruentes con el contenido de la conversación, en la adopción de posturas corporales correctas, en la prosodia de la voz y en el ritmo de habla” (Martín-Borreguero, 2005, p.5).
El DSM-IV señala la posibilidad de existencia de múltiples deficiencias en el aspecto no verbal del lenguaje en el trastorno de Asperger, destacando la importancia que adquiere este aspecto en el proceso de interacción social (Ratazzi, 2009).
Independiente de los criterios planteados tanto por el DSM-IV y la CIE-10, variados autores han propuesto diversas pautas para la delimitación del Síndrome de Asperger, de todas formas, concuerdan en la presencia de problemas de lenguaje en los sujetos que presentan dicha afección.
Szatmari (en Rattazzi, 2009), plantea que la comunicación no verbal de los individuos con Asperger, manifestaría alteraciones como: expresión facial limitada, incapacidad para leer emociones de las expresiones faciales del interlocutor, escaso contacto visual, expresión manual deficitaria, gestos grandes y torpes, además de problemas en la proximidad (se acerca demasiado a otros).
Por otra parte, el mismo autor cita los criterios diagnósticos de Gillberg, quién considera relevante la existencia de al menos una de las siguientes características: uso limitado de gestos, lenguaje corporal torpe, expresión facial limitada, expresión inapropiada, mirada peculiar y rígida (Rattazzi, 2009)".
Fuente: Bligoo.com Leer aquí el ensayo completo
Imagen:http://aprendelenguadesignos.com/lectura-con-pictograma/
6 comentarios:
Muy interesante el artículo.
Te envío abrazos fuertes!
Esto me hace acordar que difísil fue el tema del lenguaje con Diego,los dibujitos que usabamos eran en blanco y negro, te acordas? Siempre muy lindo lo que pones. Saludos
Hola, gracias por publicar esta información tan buena.
Un abrazo.
Hola Graciela. Y era jugoso como vos decís, jaja, solo puse una parte.Abrazos también.
Hola Ana, recuerdo, y los dibujitos a que te referís eran los pictos de Mayer-Johnson que salieron allá por el 81, y aunque no creas todavía se usan. Un abrazo a los dos.
Que bueno que te haya gustado, y gracias por la visita Concha. Un abrazo también para vos. Cariños
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