Quien no soñó alguna vez de niño/a, adolescente, joven e incluso adulto/a enfermarse para quedarse tranquilo/a en casa. Así como dice y analiza Laura Gutman en este capítulo de su libro, aunque parezca paradójico no hay nada mas saludable que enfermarse, ya que nos trae equilibrio y nos conecta con nosotros mismos.
La enfermedad como momento sabático
"Los niños también sufren de estrés. De soledad, de angustias, de tristeza, de represión y de cansancio. Los niños necesitan igual que las personas grandes, tomarse vacaciones de ciertas rutinas cotidianas. A veces necesitan poner un freno a la obligación de sostener relaciones con otros niños. Disminuir drásticamente algunas actividades escolares o deportivas. Los niños están cansados y buscan la forma de decir basta. Pero con frecuencia no son escuchados: No quieren ir a la escuela, pues tienen que ir de todas maneras. Tienen miedo de asistir a las clases de karate, pues tendrán que hacerse fuerte. No le gusta la comida que le sirven en casa de sus padrinos, pues la comerán sin miramientos. Al final, desesperado y sin recursos para ser comprendido el cuerpo actúa. Se enferma. Y lo salva.
La enfermedad suele ser un lugar caliente y acogedor para el niño que-si esta enfermo-mágicamente recibe los cuidados y la atención que estuvo reclamando desde hace mucho tiempo. No importa si duele la garganta, si pica la varicela, si hace ruidos la panza. Porque podemos estar con mamá, podemos comer lo que nos gusta, podemos faltar a clase, podemos olvidarnos de los niños agresivos o de los maestros autoritarios. Podemos jugar en pijamas. Podemos dormir en la cama de las personas grandes. Podemos recibir regalos. Podemos, al fin compensarnos".
La enfermedad saludable
"Paradójicamente no hay nada mas saludable que enfermar ya que la enfermedad trae equilibrio a todo individuo, es decir acerca eso que hemos perdido. Las enfermedades infantiles suelen ser crisis de crecimiento, y en este sentido son experiencias casi positivas para los niños. Es una pena que hayamos perdido la capacidad de reconocer la salud y la armonía que traen consigo las enfermedades benignas. Cuando el niño enferma, se ve obligado a un periodo de recogimiento y silencio interior, es el momento ideal para que los adultos también adoptemos un recreo a favor de la meditación, la escucha y la desaceleración del ritmo cotidiano".
La ternura que trae la enfermedad
"Cuando hay un niño enfermo, dejamos de pelear en con él, aunque sea un niño inquieto, inmaduro, demandante o quisquilloso. La enfermedad nos enternece a todos, nos ablanda y por lo tanto permite el acercamiento humano. Cuando un niño enferma, nos damos el permiso de leer cuentos, de jugar en la cama o de dibujar sin límites de horarios, la enfermedad suaviza, acomoda sentimientos, baja el tono del intercambio y permite la compasión".
Recogimiento
"En todos los casos, la enfermedad nos trae la posibilidad del recogimiento, de la meditación y del silencio interior. Cuando estamos enfermos, todo el tiempo esta dedicado a la indagación personal. Si malgastamos estos momentos, seran difíciles de recuperar en tiempos de energía y actividad".
Bibliografía: La familia ilustrada de Laura Gutman
Imagen : Google
La enfermedad como momento sabático
"Los niños también sufren de estrés. De soledad, de angustias, de tristeza, de represión y de cansancio. Los niños necesitan igual que las personas grandes, tomarse vacaciones de ciertas rutinas cotidianas. A veces necesitan poner un freno a la obligación de sostener relaciones con otros niños. Disminuir drásticamente algunas actividades escolares o deportivas. Los niños están cansados y buscan la forma de decir basta. Pero con frecuencia no son escuchados: No quieren ir a la escuela, pues tienen que ir de todas maneras. Tienen miedo de asistir a las clases de karate, pues tendrán que hacerse fuerte. No le gusta la comida que le sirven en casa de sus padrinos, pues la comerán sin miramientos. Al final, desesperado y sin recursos para ser comprendido el cuerpo actúa. Se enferma. Y lo salva.
La enfermedad suele ser un lugar caliente y acogedor para el niño que-si esta enfermo-mágicamente recibe los cuidados y la atención que estuvo reclamando desde hace mucho tiempo. No importa si duele la garganta, si pica la varicela, si hace ruidos la panza. Porque podemos estar con mamá, podemos comer lo que nos gusta, podemos faltar a clase, podemos olvidarnos de los niños agresivos o de los maestros autoritarios. Podemos jugar en pijamas. Podemos dormir en la cama de las personas grandes. Podemos recibir regalos. Podemos, al fin compensarnos".
La enfermedad saludable
"Paradójicamente no hay nada mas saludable que enfermar ya que la enfermedad trae equilibrio a todo individuo, es decir acerca eso que hemos perdido. Las enfermedades infantiles suelen ser crisis de crecimiento, y en este sentido son experiencias casi positivas para los niños. Es una pena que hayamos perdido la capacidad de reconocer la salud y la armonía que traen consigo las enfermedades benignas. Cuando el niño enferma, se ve obligado a un periodo de recogimiento y silencio interior, es el momento ideal para que los adultos también adoptemos un recreo a favor de la meditación, la escucha y la desaceleración del ritmo cotidiano".
La ternura que trae la enfermedad
"Cuando hay un niño enfermo, dejamos de pelear en con él, aunque sea un niño inquieto, inmaduro, demandante o quisquilloso. La enfermedad nos enternece a todos, nos ablanda y por lo tanto permite el acercamiento humano. Cuando un niño enferma, nos damos el permiso de leer cuentos, de jugar en la cama o de dibujar sin límites de horarios, la enfermedad suaviza, acomoda sentimientos, baja el tono del intercambio y permite la compasión".
Recogimiento
"En todos los casos, la enfermedad nos trae la posibilidad del recogimiento, de la meditación y del silencio interior. Cuando estamos enfermos, todo el tiempo esta dedicado a la indagación personal. Si malgastamos estos momentos, seran difíciles de recuperar en tiempos de energía y actividad".
Bibliografía: La familia ilustrada de Laura Gutman
Imagen : Google
7 comentarios:
Nunca habia pensado eso, que enfermarse podia ser saludable, interesante este articulo. Saludos
Me trajo recuerdos Carmen, cuando mamá se queda en casa porque les duele la panza, la garganta, inmediatamente se curan! jajaja una aprende a observar esos pequeños gestos...por supuesto no iban a la escuela! y mamá tampoco al trabajo!
Te dejo abrazos, Muacksss
Que lindo Carmen, lo estoy experimentando con mi sobrino, creo que hago un poco de mamá. Muy cierto todo lo que dice. Nos vemos y besos
Hola Karina,y por supuesto se refiere a enfermedades leves o propias de la edad que de paso sirven para enseñar a los niños a cuidarse para el futuro. Gracias por tu visita. Cariños
A todos nos trae algún recuerdo relacionado de una enfermedad real o inventada Graciela. Yo ponía el termómetro en el foco de luz para subir la temperatura, aunque no es eso lo que quiso decir Laura,jaja Sea como sea da gusto quedarse en casa con mamá.Un abrazo
Hola Silvi, ya lo creo.Los sobrinos llenan ese huequito...bueno, las dos sabemos cual.Un besote para vos y el bebote, ya está por caminar seguro.
Carmen.. Cuánta razón tienen tus palabras!! Enfermamos y nos quejamos por todo lo que dejamos de hacer, labores del hogar,trabajo,compromisos,estudios..pero quizás nuestro cuerpo ha enviado esas pequeñas señales y las pasamos por alto. Tus palabras me han permitido entender y aceptar una enfermedad como un paso para conocerme a mi misma. Gracias mil. Laura Patricia.
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