Por Juanita Rojas, Terapeuta Ocupacional

Cada respuesta adaptativa conduce a un
mayor desarrollo de integración sensorial. Las respuestas adaptativas
conllevan diferente complejidad según la edad del niño. Así, en un bebé
una respuesta adaptativa es el hecho de levantar su cabeza cuando lo
ponemos boca abajo o acomodar su cuerpo al de su madre cuando ésta le da
de mamar, mientras que en un niño de tres años, una respuesta
adaptativa es lograr hacer burbujas con espuma soplando una pajita o
sostenerse de las cuerdas de un columpio y acomodar su cuerpo al
movimiento cuando le damos impulso; en niños de entre cinco y siete
años, uno de los mayores desafíos es el lograr manejar diversas
herramientas y objetos, tales como lápiz, cubiertos, botones, cierres,
tijeras, hasta lograr la habilidad suficiente como para saltar la cuerda
o pedalear una bicicleta. A. Jean Ayres, describió cuatro niveles en el
proceso integrativo sensorial.
Primer Nivel. Dos meses
Desde el nacimiento en adelante, si
bien todos los sistemas están presentes, el niño recibe las primeras
sensaciones a través de la piel, del movimiento y la gravedad y de los
músculos, articulaciones y ligamentos, es decir de los sistemas táctil,
vestibular y propioceptivo que ya venían madurando antes de nacer. El
tacto le ayuda a lograr la succión y la alimentación, además de cumplir
un rol clave en el vínculo afectivo madre-hijo. La información de
movimiento a través del sentido vestibular y propioceptivo le permiten
una mejor acomodación de la postura, el tono muscular, los movimientos
oculares, el equilibrio y la seguridad gravitacional.
Segundo Nivel. Un año
Los tres sistemas básicos, táctil,
vestibular y propioceptivo, se integran para dar comienzo al desarrollo
de la percepción corporal, la coordinación bilateral, el planeamiento
motriz, la capacidad de atención, el nivel de actividad y la estabilidad
emocional.
Tercer Nivel. Tres años
Las sensaciones auditivas y visuales
entran en el proceso integrándose con los otros sentidos. El niño
comprende el lenguaje y se comunica verbalmente. Va adquiriendo la
organización visual y la coordinación ojo-mano. Estos logros a su vez le
permiten realizar diversas actividades con propósito, como armar un
puzzle, usar un lápiz para pintar o dibujar, jugar con una pelota o
construir con cubos u otro material.
En este nivel tenemos el producto final
de la integración sensorial: habilidadespara el aprendizaje académico,
incluyendo pensamiento abstracto y razonamiento; capacidad de atención;
organización de la conducta; especialización de los dos lados del
cuerpo; acciones motoras complejas y aspectos de la personalidad como
autoestima, autocontrol, confianza en sí mismo.
Las funciones que componen estos cuatro
niveles no se desarrollan en forma aislada ni en un único tramo de
edad, sino que se van sobreponiendo y perfeccionando unas con otras
durante toda la infancia, hasta conformar un conjunto íntegro. A los
seis años, el primer y segundo nivel deberían estar completos, el
tercero aún en desarrollo y el cuarto adquiriendo mayor relevancia, pues
refleja el inicio de la culminación de este proceso de integración.
Disfunción Sensorial

Como decíamos anteriormente, la
integración sensorial se desarrolla en forma natural a través de las
actividades propias de la niñez, sin embargo, a veces este proceso no
ocurre así y entonces tenemos en el niño reacciones o actitudes que no
nos parecen las más adecuadas o que no comprendemos. En la teoría de la
Integración Sensorial no se habla de un daño sino de una disfunción,
porque no es que el cerebro no esté procesando la información sensorial,
sino que lo está haciendo, pero de manera atípica. El sistema nervioso
central no está siendo eficiente al analizar y organizar las
sensaciones. Entonces no siempre es fácil detectar una disfunción de
integración sensorial, pues “no vemos” un daño motor o físico, una
enfermedad, una lesión. Frecuentemente los padres o profesores perciben
algo distinto en ese niño, pero no saben qué es. Es algo diferente en la
calidad del movimiento, en sus reacciones emocionales, en su
comportamiento, lo que a veces los lleva a pensar que el niño es
“mañoso” “difícil” o “torpe”. Incluso,frecuentemente los problemas de
integración sensorial son mal interpretados como problemas psicológicos.
Entre las posibles causas de esta
disfunción encontramos factores genéticos o hereditarios; es frecuente
escuchar decir a los padres, “yo era igual cuando niño” o “tengo otro
hijo con características muy similares”. Otras causas son la deprivación
ambiental, causas relacionadas con el período pre y post natal, como el
abuso de alcohol o drogas, medicamentos, toxinas, complicaciones del
embarazo, hipoxia, prematuridad o causas desconocidas.
Fuente: http://www.calpeyabyla.com/profiles/blogs/lente-sensorial-niveles-y-disfuncion-sensorial-parte-2
2 comentarios:
Que lindo estos artículos, hay tercera parte?
Hola Laura, sí hay algo más. Son sencillos y entendibles, lo subo en breve. Saludos
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