

Uno de los mayores desafíos con que nos encontramos al trabajar con niños y niñas es el de lograr la independencia camino a su autonomía y autogestión en un futuro.
Brindarle las herramientas necesarias y luego darle la oportunidad que la pongan en práctica sin que en esto se nos vaya la vida.
El cuidado excesivo, la sobreprotección, el miedo suele jugarnos una mala pasada a la hora de confiar en sus procedimientos y habilidades.
No hagamos por ellos lo que pueden hacer por sí mismos. Es natural querer ayudarles cuando tengan dificultades, pero de ahí, con tratar de evitar que sufran las consecuencias no le enseñamos. Son justamente estas, las consecuencias las que los ayudarán a crecer.
Si intervenimos con sobreprotección aliviamos nuestra ansiedad sin darnos cuenta que de esa manera los volvemos más dependientes impidiendo que se hagan mas fuertes y autosuficientes. Tengamos en cuenta lo que alguien dijo, si supiera quien lo mencionaría, “lo que dejamos de hacer resulta tan importante como lo que hacemos”. Es importante darles la oportunidad de que hagan intentos por sí mismos, motivarlos a que encuentren soluciones por su cuenta, les harán sentir mejor y adquirirán confianza.
La vida trae incertidumbres y situaciones que no pueden ser preparadas, cuidadas y pronosticadas, debemos dejar en forma prudente que las niñas y los niños se desenvuelvan según su edad y posibilidades.
Si los niñ@s cometen errores o faltas no asumamos estas como propias, si hablan que expliquen los hechos antes de juzgarlos para pasar a cuestionar que piensan al respecto y que harían en un futuro para evitarlo. Si no hablan, no saquemos inferencias y tengamos en cuenta todas las situaciones antes de intervenir.
No justificarnos ni justificarlos y menos defenderlos sin motivos razonables. Si actuamos con honestidad los niñ@s aprenderán que de una acción o conducta inadecuada puede salir un propósito de corregir o mejorar una situación.
No presionarlos, y esto es muy importante “enseñarles a ser independiente no significa forzar a los niñ@s a enfrentar situaciones que están por encima de sus capacidades” debemos respetar su individualidad sin hacer comparaciones y aceptando que aún no poseen las habilidades requeridas. Terrible resulta hacer comparaciones y muy negativo para las niñas y los niños.
Dejemos que las consecuencias enseñen, con nuestra ayuda claramente. Evitemos los sermones, regaños y el palabrerío, sí, las cosas claras. Los errores son parte del crecimiento, de su proceso y maduración. Tratar de evitar que se equivoquen o que sufran, recordándole a cada rato lo que deben hacer es impedir que acierten por sí mismos.
Es necesario hacer que piensen y reflexionen, esto hará que descubran soluciones propias, es brindarle la oportunidad de afrontar un problema con sus propias ideas y recursos. Es imprescindible mostrarles empatía. Deben saber que entendemos muy bien que se pongan tristes enojados o decepcionados, frustrados o con miedo…no utilicemos solo palabras bonitas para suprimir la fuente del dolor si le rechazan o tientan, no debemos decirles no hagas caso, eres mi lindo precioso, el mas lindo etc. Eliminar heridas creando una burbuja alrededor no es eficaz ni positivo para ell@s. Intentemos admitir sentimientos con realismo, contenerlos, escucharlos que vean que los comprendemos y ayudarlos a valorarse por sí mismos es mejor.
Crecer es parte de la tarea de todos, superarse es un esfuerzo que da muchas satisfacciones, no les neguemos estas oportunidades y luchemos para que los demás también se la den. Si no somos capaces de lograr educar adecuadamente, no esperemos de ellos los resultados que deseamos desde nuestras expectativas. Un equilibrio justo entre afecto y disciplina, evitará que caigamos en el autoritarismo o la permisividad. Disciplinar con amor, fijar límites a su conducta y establecer reglas de convivencia claras, establecer consecuencias o retrasarlas, así como propiciar buenos hábitos, dará a los niñ@s seguridad física, seguridad en sí mismos, les indicará lo que deben hacer, mejorará las relaciones de los hijos a través de la actitud de educar. Como padres o profesionales podemos, y debemos extraer lo mejor de nuestros hij@s, alumn@s o participantes.
Si intervenimos con sobreprotección aliviamos nuestra ansiedad sin darnos cuenta que de esa manera los volvemos más dependientes impidiendo que se hagan mas fuertes y autosuficientes. Tengamos en cuenta lo que alguien dijo, si supiera quien lo mencionaría, “lo que dejamos de hacer resulta tan importante como lo que hacemos”. Es importante darles la oportunidad de que hagan intentos por sí mismos, motivarlos a que encuentren soluciones por su cuenta, les harán sentir mejor y adquirirán confianza.
La vida trae incertidumbres y situaciones que no pueden ser preparadas, cuidadas y pronosticadas, debemos dejar en forma prudente que las niñas y los niños se desenvuelvan según su edad y posibilidades.
Si los niñ@s cometen errores o faltas no asumamos estas como propias, si hablan que expliquen los hechos antes de juzgarlos para pasar a cuestionar que piensan al respecto y que harían en un futuro para evitarlo. Si no hablan, no saquemos inferencias y tengamos en cuenta todas las situaciones antes de intervenir.
No justificarnos ni justificarlos y menos defenderlos sin motivos razonables. Si actuamos con honestidad los niñ@s aprenderán que de una acción o conducta inadecuada puede salir un propósito de corregir o mejorar una situación.
No presionarlos, y esto es muy importante “enseñarles a ser independiente no significa forzar a los niñ@s a enfrentar situaciones que están por encima de sus capacidades” debemos respetar su individualidad sin hacer comparaciones y aceptando que aún no poseen las habilidades requeridas. Terrible resulta hacer comparaciones y muy negativo para las niñas y los niños.
Dejemos que las consecuencias enseñen, con nuestra ayuda claramente. Evitemos los sermones, regaños y el palabrerío, sí, las cosas claras. Los errores son parte del crecimiento, de su proceso y maduración. Tratar de evitar que se equivoquen o que sufran, recordándole a cada rato lo que deben hacer es impedir que acierten por sí mismos.
Es necesario hacer que piensen y reflexionen, esto hará que descubran soluciones propias, es brindarle la oportunidad de afrontar un problema con sus propias ideas y recursos. Es imprescindible mostrarles empatía. Deben saber que entendemos muy bien que se pongan tristes enojados o decepcionados, frustrados o con miedo…no utilicemos solo palabras bonitas para suprimir la fuente del dolor si le rechazan o tientan, no debemos decirles no hagas caso, eres mi lindo precioso, el mas lindo etc. Eliminar heridas creando una burbuja alrededor no es eficaz ni positivo para ell@s. Intentemos admitir sentimientos con realismo, contenerlos, escucharlos que vean que los comprendemos y ayudarlos a valorarse por sí mismos es mejor.
Crecer es parte de la tarea de todos, superarse es un esfuerzo que da muchas satisfacciones, no les neguemos estas oportunidades y luchemos para que los demás también se la den. Si no somos capaces de lograr educar adecuadamente, no esperemos de ellos los resultados que deseamos desde nuestras expectativas. Un equilibrio justo entre afecto y disciplina, evitará que caigamos en el autoritarismo o la permisividad. Disciplinar con amor, fijar límites a su conducta y establecer reglas de convivencia claras, establecer consecuencias o retrasarlas, así como propiciar buenos hábitos, dará a los niñ@s seguridad física, seguridad en sí mismos, les indicará lo que deben hacer, mejorará las relaciones de los hijos a través de la actitud de educar. Como padres o profesionales podemos, y debemos extraer lo mejor de nuestros hij@s, alumn@s o participantes.
8 comentarios:
Estoy muy de acuerdo en todo, pero que difídil es llevarlo a la práctica!!!!
Pero hay que hacerlo, buscar ese equilibrio, y con cada edad enfrentarnos a nuevas dificultades.
Muchas gracias y un beso grande
Carmen cuando entre a mi blog y veo la foto de jazmin casi muero gracias por poner y hacerle practicar las salidas, la independencia, muchos besos
Si, pero es una tarea hermosa y llena de satisfacciones, el crecimiento personal de los niños y a la vez el nuestro!Un abrazo. Carmen
Ese día fué maravilloso como esperó hojeando la revista en la peluquería y no tenía la frita!jaja
Es broma, yo sé que cuesta y mucho!
Cariños. Carmen
Con Raulito, es todo un desafío dejarle hacer las cosas. No porque él no pueda, sino porque los demás nos adelantamos a hacer por él. Talvés, él me lo haya estado diciendo con una mirada: Mami, eso lo puedo hacer yo solito.
Ahora que pienso, veo que cuando lo llevo a nadar hay muchas cosas que él mismo podría hacer, y que yo no le dejo. Por ejemplo, guardar su ropa en la mochila, ponerse la salida de baño, juntar la ropa mojada, etc.
Gracias, Carmen, siempre vienen bien las sugerencias que nos das. Me voy a tomar el tiempo y paciencia para dejarle ayudar en estas cositas, y no apurarme para terminar todo más rápido.
Tenemos la tendencia de hace por ellos para que sea mas fácil, nos esforzemos menos. Enseñar, insistir y monitorear cansa y no nos damos cuenta de la valiosa oportunidad que le estamos sacando. La oportunidad, que pueda aprender y practicar habilidades nuevas cada día ,por mas pequeñas que sean.Saludos. Carmen
Carmen, qué facil que parece, y después, es tan dificil. Por suerte, hay veces que la misma rutina hace que tengan que hacerse cargo de lo que nosotros no podemos...
Es difisil Marina, hay que trabajar autonomía desde que son muy chiquitos. Por ej. al hacer las rutinas de baño, vestido, merienda, etc. hay que hablarle siempre, no hacer por hacer, comentarles todo lo que se está haciendo, vamos a ponernos las medias, mirá... media, a ver tocá la media, hacer que colabore desde su posibilidad. Es como ir evaluando diariamente sus habilidades e ir permitiéndole hacer los pequeños pasos que va aprendiendo. Y una vez que adquieran habilidades que las practiquen para mantenerlas.El no ser sistemáticos les lleva a tener más espacio de desorganización y por el contrario, la estructuración los pone más aptos para aprender las rutinas. Un abrazo. Carmen
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