"¿El exceso de televisión y de computadora causa déficit de atención, o viceversa?", se preguntan los expertos”. Así comienza este artículo de Perri Klass de The New York Times,que por cierto ha sido muy controvertido. Es sabido que todo lo relacionado al TDAH es causa de mucho debate, desde si existe tal trastorno, sus causas, la influencia familiar, la medicación, el tratamiento o abordajes y hasta cuestionamientos acerca de si la escuela los favorece o perjudica. Este es el artículo:
"La madre trajo una nota del maestro de la primaria de su hijo: "Querido doctor, creo que este niño debe ser testeado por trastorno de déficit de atención".
"Está preocupada porque él no puede quedarse sentado en la escuela y hacer los deberes -explica la madre-. Siempre está metiéndose en problemas."
Pero después, se ilumina: su hijo no puede sufrir ese trastorno, porque puede pasarse horas concentrado jugando a los videojuegos, con lo cual está segura de que no hay ningún problema con su capacidad de concentración.
Esta es una afirmación que he escuchado muchas veces con niños que tienen problemas de atención. A veces, los padres subrayan lo mismo acerca de la TV: mi hijo puede pasarse horas sentado mirando; no puede ser trastorno de déficit de atención e hiperactividad (ADHD, según sus siglas en inglés).
De hecho, la habilidad de un chico de poder concentrarse sólo frente a una pantalla es, en realidad una característica del ADHD. Existen complejas conexiones conductuales y neurológicas que unen las pantallas y la atención, y muchos expertos creen que estos niños sí dedican mayor cantidad de tiempo a jugar con videojuegos y mirar televisión que sus pares.
Pero la fascinación del niño con la pantalla, ¿es causa o efecto de los problemas de atención, o ambos? Es una pregunta complicada que los investigadores están tratando de responder.
"El tipo de concentración que un niño invierte en un videojuego y en la televisión no es el tipo de atención que necesita para prosperar en la escuela o en cualquier otro aspecto de la vida real", explica Christopher Lucas, profesor asociado de psiquiatría infantil en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York. "No logran mantener la atención en ausencia del premio. Sólo lo logran con gratificaciones frecuentes e intermitentes."
Pueden estar jugando para juntar puntos, o pasar de nivel, pero en el cerebro esto se traduce en un aumento de los neurotransmisores de la dopamina. Los pacientes con ADHD pueden encontrar los videojuegos todavía más gratificantes que los otros niños porque su circuito de recompensa de dopamina puede ser deficiente.
Por lo menos un estudio encontró que cuando los niños con ADHD eran tratados con metilfenidato (Ritalin), que incrementa la presencia de dopamina en el cerebro, pasaban a jugar menos videojuegos. Existen autores que sugirieron que los videojuegos pueden servir como automedicación en estos casos.
Entonces, pasar mucho tiempo frente a la pantalla puede ser una consecuencia del ADHD, pero algunos investigadores temen que pueda ser la causa. Existen estudios que mostraron que estos niños que pasan mayor cantidad de tiempo frente a las pantallas son más dados a desarrollar problemas de atención posteriormente.
En un estudio publicado en 2010 en Pediatrics , se asoció el tiempo que se invierte frente a las pantallas con problemas de atención tanto en niños de edad escolar como también en estudiantes universitarios.
La estimulación que proveen los videojuegos dependen del ritmo, de cuán rápido cambia una escena por minuto, según Dimitri Christakis, pediatra de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, que estudia la relación entre los infantes y los medios. Si el cerebro infantil se habitúa a ese ritmo y a la alerta extrema que se necesita para seguir respondiendo y ganando, explica, el niño puede, finalmente, "encontrar las realidades mundanas poco estimuladoras".
Pero un estudio de 2007 de Media Psychology comparó los efectos de mirar televisión en un grupo de pequeños diagnosticados con ADHD, con uno sin diagnosticar. Los investigadores encontraron que las mayores diferencias se debían a factores familiares y ambientales; por ejemplo, si tenían televisores en su dormitorio. El diagnóstico por sí solo no parecía marcar la diferencia. Las conexiones entre ADHD y las pantallas, según concluyeron, eran complejas.
Elizabeth Lorch, profesora de psicología de la Universidad de Kentucky y coautora del estudio, también estudió las habilidades de los niños para entender las historias televisadas. Mientras que los que sufrían ese trastorno podían acordarse de hechos particulares de las historias tan bien como los otros, existía una diferencia para entender la narrativa y separar lo que era importante. "Por qué sucedió un evento, por qué un personaje hizo algo: allí es cuando la comprensión y la memoria de los pacientes de ADHD tiende a disminuir."
Su coautor, Richard Milich, profesor de psicología en su misma universidad, sugirió que, además de las implicaciones primarias de este problema en un ámbito académico, este descubrimiento puede ayudar a explicar algunas dificultades sociales.
"Esta incapacidad para ver las relaciones causales pueden afectar este problema social que venimos viendo desde hace 30 años -explica-. Estos niños tienen graves problemas sociales. Tienden a ser rechazados por sus pares."
Los expertos parecería considerarlo un círculo vicioso: los niños que tienen problemas en su vida social pueden buscar en las pantallas acompañamiento electrónico.
Los chicos cuyo cerebro necesita recompensas neuroquímicas buscan actividades que las provean. Los que tienen problemas sociales pasan más tiempo solos, frente a las pantallas. Los que tienen problemas en la escuela desarrollan magistralmente un mundo virtual. ¿Cuáles son algunos puntos básicos para hacerle frente a este diagnóstico? Que no haya pantallas en el dormitorio; prestar atención al contenido de los juegos, sobre todo, la violencia; poner límites a los tiempos frente a las pantallas y buscar otras maneras de interactuar en la familia".
"La madre trajo una nota del maestro de la primaria de su hijo: "Querido doctor, creo que este niño debe ser testeado por trastorno de déficit de atención".
"Está preocupada porque él no puede quedarse sentado en la escuela y hacer los deberes -explica la madre-. Siempre está metiéndose en problemas."
Pero después, se ilumina: su hijo no puede sufrir ese trastorno, porque puede pasarse horas concentrado jugando a los videojuegos, con lo cual está segura de que no hay ningún problema con su capacidad de concentración.
Esta es una afirmación que he escuchado muchas veces con niños que tienen problemas de atención. A veces, los padres subrayan lo mismo acerca de la TV: mi hijo puede pasarse horas sentado mirando; no puede ser trastorno de déficit de atención e hiperactividad (ADHD, según sus siglas en inglés).
De hecho, la habilidad de un chico de poder concentrarse sólo frente a una pantalla es, en realidad una característica del ADHD. Existen complejas conexiones conductuales y neurológicas que unen las pantallas y la atención, y muchos expertos creen que estos niños sí dedican mayor cantidad de tiempo a jugar con videojuegos y mirar televisión que sus pares.
Pero la fascinación del niño con la pantalla, ¿es causa o efecto de los problemas de atención, o ambos? Es una pregunta complicada que los investigadores están tratando de responder.
"El tipo de concentración que un niño invierte en un videojuego y en la televisión no es el tipo de atención que necesita para prosperar en la escuela o en cualquier otro aspecto de la vida real", explica Christopher Lucas, profesor asociado de psiquiatría infantil en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York. "No logran mantener la atención en ausencia del premio. Sólo lo logran con gratificaciones frecuentes e intermitentes."
Pueden estar jugando para juntar puntos, o pasar de nivel, pero en el cerebro esto se traduce en un aumento de los neurotransmisores de la dopamina. Los pacientes con ADHD pueden encontrar los videojuegos todavía más gratificantes que los otros niños porque su circuito de recompensa de dopamina puede ser deficiente.
Por lo menos un estudio encontró que cuando los niños con ADHD eran tratados con metilfenidato (Ritalin), que incrementa la presencia de dopamina en el cerebro, pasaban a jugar menos videojuegos. Existen autores que sugirieron que los videojuegos pueden servir como automedicación en estos casos.
Entonces, pasar mucho tiempo frente a la pantalla puede ser una consecuencia del ADHD, pero algunos investigadores temen que pueda ser la causa. Existen estudios que mostraron que estos niños que pasan mayor cantidad de tiempo frente a las pantallas son más dados a desarrollar problemas de atención posteriormente.
En un estudio publicado en 2010 en Pediatrics , se asoció el tiempo que se invierte frente a las pantallas con problemas de atención tanto en niños de edad escolar como también en estudiantes universitarios.
La estimulación que proveen los videojuegos dependen del ritmo, de cuán rápido cambia una escena por minuto, según Dimitri Christakis, pediatra de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, que estudia la relación entre los infantes y los medios. Si el cerebro infantil se habitúa a ese ritmo y a la alerta extrema que se necesita para seguir respondiendo y ganando, explica, el niño puede, finalmente, "encontrar las realidades mundanas poco estimuladoras".
Pero un estudio de 2007 de Media Psychology comparó los efectos de mirar televisión en un grupo de pequeños diagnosticados con ADHD, con uno sin diagnosticar. Los investigadores encontraron que las mayores diferencias se debían a factores familiares y ambientales; por ejemplo, si tenían televisores en su dormitorio. El diagnóstico por sí solo no parecía marcar la diferencia. Las conexiones entre ADHD y las pantallas, según concluyeron, eran complejas.
Elizabeth Lorch, profesora de psicología de la Universidad de Kentucky y coautora del estudio, también estudió las habilidades de los niños para entender las historias televisadas. Mientras que los que sufrían ese trastorno podían acordarse de hechos particulares de las historias tan bien como los otros, existía una diferencia para entender la narrativa y separar lo que era importante. "Por qué sucedió un evento, por qué un personaje hizo algo: allí es cuando la comprensión y la memoria de los pacientes de ADHD tiende a disminuir."
Su coautor, Richard Milich, profesor de psicología en su misma universidad, sugirió que, además de las implicaciones primarias de este problema en un ámbito académico, este descubrimiento puede ayudar a explicar algunas dificultades sociales.
"Esta incapacidad para ver las relaciones causales pueden afectar este problema social que venimos viendo desde hace 30 años -explica-. Estos niños tienen graves problemas sociales. Tienden a ser rechazados por sus pares."
Los expertos parecería considerarlo un círculo vicioso: los niños que tienen problemas en su vida social pueden buscar en las pantallas acompañamiento electrónico.
Los chicos cuyo cerebro necesita recompensas neuroquímicas buscan actividades que las provean. Los que tienen problemas sociales pasan más tiempo solos, frente a las pantallas. Los que tienen problemas en la escuela desarrollan magistralmente un mundo virtual. ¿Cuáles son algunos puntos básicos para hacerle frente a este diagnóstico? Que no haya pantallas en el dormitorio; prestar atención al contenido de los juegos, sobre todo, la violencia; poner límites a los tiempos frente a las pantallas y buscar otras maneras de interactuar en la familia".
Fuente e imagen:LA NACION
10 comentarios:
Siempre he creído que uno de los GRANDES problemas en la actualidad, es la falta de COMUNICACIÓN, de acercamiento y de convivencia (pero NO frente a un televisor) en la familia. Y creo que mucho ha influído que utilizamos la Televisión o ahora la computadora como NIÑERA. Es muy cómodo utilizar el pretexto de que ahora es hasta ¡EDUCATIVA! Pero nada hay más educativo que los juegos de escondidas, de encantados, de rondas, de la cuerda; los juegos de mesa, de adivinanzas, de serpientes y escaleras, de lotería (bingo), el turista, etc; que en verdad fomentan la interacción social, la sana competencia, el respeto, la relación entre la familia o entre amigos o personas de la VIDA REAL. Pero ¡claro! es más cómodo, sentarlos frente a la caja tonta o en la compu, y nosotros meternos en la nuestra (cada quien en lo suyo). Y después nos preguntamos: Por qué serán tan impacientes? Por qué no me escucha? Por qué no pone atención? ¿En verdad NO sabes, mamá?
Mis hijos solo tuvieron acceso a ciertos programas, en ciertos horarios; los videojuegos hasta cierta edad (ya mucho más grandes q todos sus amigos) y después de haber pasado por muchos juguetes manuales, armables, legos, rompecabezas y SIN baterías; y no hubo computadora en la casa hasta que entraron a la Secundaria (13 años); y te puedo decir que no están traumados, frustrados, ni se atrasaron académica, ni socialmente; son muy emprendedores, creativos, buenos compañeros, atentos y FELICES.
Excelente artículo! Y dicho por especialistas. La que tenga oídos, que escuche. La que no tenga ni idea de cómo convivir con su hij@, ¡Que encienda el televisor!, le compre un video juego, o ponga a su hij@ a que se eduque en la computadora; más fácil (de momento!). Cada quién elige!
Gracias Carmen, muy bueno!
Coincido con Isabell, no tenemos hijos de 30 años y hemos podido lograr que ni la TV, la computadora, videojuegos sean la familia.
Trabajando fuera, siempre tuvieron actividades en la casa: simples cómo jugar, hacer collares, con un bollo de harina y agua...esas pequeñas cosas con las que nos criamos nosotros.
Creo que algunos padres pecan de ignorancia, otros de que su niño sea 'tecnológico' y demás.
Apuesto a la maternidad y partenidad responsable.
Abrazos enormes, besitos Carmen :)
Carmen es terrible, mi hermana tiene un hijo muy inquieto y varias veces escuche que le dice cuando se pone molesto, por que no te vas a jugar tus jueguitos?Para mi que reclama atención y no se la dan. No estoy de acuerdo pero no me atrevo a decirle.Saludos.
Concuerdo contigo Isabell, la TV O PC por si sola no puede ser educativa, requiere de la precencia de los padres, y es más tiene sus riesgos, si bien le facilita la vida a los padres tarde o temprano pasa la factura.
Cariños. Carmen
Ay Graciela los padres de ahora pecan de muchas cosas, a veces estan muy confundidos.Esos hermosos trabajos manuales y creativos de nuestra infancia quedaron definitivamente en el pasasdo.Un abrazo. Carmen
Hola Laura,esa historia me suena tan conocida, ya la oí en mi familia. Suelo ver gran dicotómía. los padres por un lado les compran, le estimulan a usar y por otro les castigan sacándole por semanas por no hacer deberes o notas bajas.Buena semana Carmen
UUfff este tema està de "MODA" y pareciera que en algunos hogares se va a quedar, es tan cierto que los mismos padres coolaboran a que el niño o niña se "entretenga" con video juegos o con la televisiòn sin supervisiòn, y cada uno en sus dormitorios como lo comenta Isabell , mas triste aun cero comunicaciòn. Buenisimo el articulo Carmen muchas gracias.
Es un tema pero a nosotros nos pasa al revés. Y hasta tenemos que "enseñarles" a mirar 5 minutos de tele. Estoy de acuerdo con todos los comentarios, sin embargo, a veces, algo como la tele, es necesario, todo en su justa medida.
Besos!
Hola Cristi,,hace mucho que no pasas por el blog. Yo no estoy en contra de nada, pero su uso indiscriminado es el tema. Los padres a veces no comprenden que un niño solo ante estos juegos o tele, internet y demás no se puede formar criterios adecuados.Saludos cariñosos a todos en la flia.Carmen
Concuerdo contigo Marina, tenemos que enseñarles todas las actividades que hacemos todos y mirar tele es una de ellas. Que se queden mirando dibujitos o videos educativos es un gran logro, requieren autorregulación y muchas habilidades, atender, esperar, flexibilidad y es buen momento para socializar. Es bueno, pero todo en su justa medida ya lo dijiste. Buen fin de semana. Abrazos
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