Ante los problemas de conducta a veces los padres y maestros consultan o proceden de alguna forma para lograr un cambio lo más rápido posible, erradicar el problema, la conducta que perturba. Muchas veces se hace esto pensando que interviniendo se dará el cambio y "fuera" problema. No es así. Siempre es importante analizar todos los contextos, la conducta inadecuada se da en un contexto. Analizar los antecedentes, los reforzadores, en el contexto que se da, con quién ocurre tal o cual conducta, son aspectos importantes de análisis para hacer la intervención. Y no tenemos que pensar solo en la "mera" intervención, sino cuál será la alternativa más correcta para remplazar dicha conducta inadecuada. Modificar un comportamiento es un proceso criterioso y responsable de parte del adulto interesado, implica seguimiento y conocimiento y por sobre respeto todo hacia el niño. El niño o niña que requiere ampliar su repertorio conductual inadecuado por otro más adaptativo para su beneficio. Por eso, como bien dice el encabezado del siguiente artículo llamado " Remplazar conductas, no sólo cambiar":
“No se trata de cambiar una conducta sino de reemplazarla por un comportamiento adecuado”.
"Cuando Susana bota al piso sus juguetes o cualquier objeto que tiene en la mano, su mamá no sabe qué hacer. Alvaro llora cuando quiere que su papá le compre galletas. Lucía empuja a sus compañeros en el colegio cuando juega. Estas son situaciones comunes que pueden verse diariamente en la casa y en el colegio en los niños con habilidades diferentes, pero ¿cuándo se convierten en un problema de conducta?
En su casa, Susana ahora bota hasta la cuchara y su mamá no puede continuar enseñándole a comer. Vemos entonces que esta conducta se ha vuelto problemática porque está interfiriendo con el aprendizaje de una habilidad que le servirá para ser independiente. Alvaro ahora todo lo pide llorando y su papá le ha dado un palmazo porque está "insoportable". Aquí vemos que esta conducta se presenta con mucha frecuencia y de manera intensa. En el colegio la profesora de Lucía ha tenido problemas porque ahora sus compañeros no quieren jugar con ella.
Estas situaciones describen lo que son las Conductas Problemáticas, que interfieren con los procesos de aprendizaje y de socialización, además de presentarse con mucha frecuencia e intensidad.
Estas conductas alteran la rutina familiar y hacen que los padres se preocupen excesivamente. Muchos tratan de encontrar explicaciones de lo que sucede en ellos mismos, como echándose la culpa por lo que sus hijos hacen. Lo cierto es que nadie está preparado para afrontar este tipo de situaciones, que se suma a la responsabilidad de criar a un niño con habilidades diferentes.
Los padres llevan a la crianza las experiencias que tuvieron cuando eran pequeños y de esa manera corrigen. Otros refuerzan las conductas problemáticas sin querer y también hay padres que son permisivos. En el caso de los niños con Síndrome Down, es común que presenten estas conductas y muchas más, como resultado de su aprendizaje inadecuado en el medio familiar en que viven, promovidos de manera accidental.
¿Qué pueden hacer los padres frente a estas conductas que alteran significativamente la rutina diaria familiar?
Lo primero que deben hacer es aprender a relajarse para afrontar los hechos con mucha calma y eficacia. La ira que sentirán en el momento que ocurre una conducta inadecuada no los ayudará a enseñarle a su hijo qué es lo que realmente deben hacer en forma adecuada.
Cada conducta de su hijo tiene un mensaje que deben aprender a interpretar si es que quieren ayudarlo. Es importante que antes de tomar la decisión de aplicar cualquier técnica para cambiar un comportamiento indeseado deban estudiarla detenidamente y hacerse la pregunta: "¿seremos capaces de afrontar de manera consistente y firme cada conducta que deseamos cambiar?”. La idea es clara, no sólo se trata de cambiar una conducta, sino de reemplazarla por un comportamiento deseado.
Cuando Susana escucha a su mamá decirle: "no se bota la cuchara", ella puede pensar: "entonces, ¿qué se bota?". Alvaro no sabe cómo pedir las cosas si escucha de su mamá solamente: "las cosas no se piden llorando". Lucía empuja a sus compañeros porque a ella le parece divertido y sólo le dijeron: "no se empuja".
Todos estos análisis nos llevan a tener que enseñarles lo que realmente tienen que hacer, siendo naturales en nuestras correcciones para que ellos puedan aprenderlas de manera eficaz.
Ahora la mamá de Susana le dice: "la cuchara es para comer" y le muestra cómo hacerlo. A Lucía le enseñaron a jugar a la ronda y coge de la mano a sus compañeros. Alvaro ahora pide lo que desea diciendo: "por favor".
Los padres tienen que ser consistentes cuando enseñen conductas adecuadas en reemplazo de las inadecuadas, involucrando a todos los miembros de la familia. Además de enseñar deben saber elogiar para que la conducta se establezca y se manifieste frecuentemente.
Muchas veces es más fácil observar los comportamientos inadecuados que los adecuados y es algo que es necesario cambiar.
También los padres pueden hacer un análisis funcional de la conducta inadecuada para poder identificar qué es lo que está sucediendo. En el análisis pueden identificar qué sucede antes que la conducta ocurra, con qué personas pasa esto y que es lo que sucede con el niño después de efectuada.
El hacer una lista de las conductas que son problemáticas es importante, estableciendo cuáles son las más urgentes por cambiar. Las técnicas que puedan utilizar deben ser siempre supervisadas por el profesional, lo que hará más efectiva la intervención. Recuerden que no siempre una buena técnica garantiza el cambio que esperamos, lo que garantiza la efectividad es la constancia y la firmeza que se tenga para aplicarla. Las conductas inadecuadas que el niño realice por obtener atención pueden disminuirse cuando sean ignoradas por los padres. Susana bota la cuchara y mira a su madre para ver su reacción; ella ahora no le dice nada y no la mira, esperando unos segundos para luego decirle para qué sirve. En su casa, cuando Alvaro llora y se tira al piso pidiendo galletas, su papá sale de la habitación y lo deja allí hasta que se calme, para luego enseñarle después cómo debe pedirlas.
Puede parecer que los padres no hacen nada para cambiar las cosas pero luego verán que al ignorar sistemáticamente las conductas inadecuadas conseguirán resultados asombrosos. Recuerden que no se debe ignorar sin elogiar, además, es importante saber que las conductas agresivas o peligrosas no deben ignorarse. Ignorar comportamientos inadecuados requiere que los padres tengan una preparación en cuanto deban incrementar su tolerancia a la tensión que pueden afrontar al realizarla.
El tener información acerca de los gustos y preferencias de su niño ayudará a establecer pequeñas recompensas para poder motivarlos a realizar comportamientos adecuados. Selecciónelas de acuerdo a la edad y déselas según el comportamiento adecuado. Recuerde entregarlas siempre y variarlas para que sean más eficaces.
El castigo no es lo más eficaz para disminuir una conducta inadecuada. Deteriora la relación positiva que debe existir entre los padres y su hijo, además que tiene efectos secundarios que se deben tener en cuenta. Los niños con habilidades diferentes imitan con mucha facilidad y al castigarlos ellos castigarán igual. Además, los llenará de angustia y de temor, siendo posible que en el futuro se hagan resistentes al castigo.
Debe existir siempre un balance entre las correcciones y el afecto que se brinda al niño con habilidades diferentes. Los padres siempre esperarán que su hijo se porte bien y cuando esto no ocurra, deberán tener la paciencia necesaria para saber cambiar ellos sus conductas si desean que su hijo las cambie, además de aprender a controlarlo o corregirlo de manera amigable sin castigarlo de manera severa. Ante las dudas de cómo actuar o corregir busque siempre la ayuda profesional, en los Centros especializados".
“Los Problemas de Conducta interfieren en los procesos de aprendizaje y socialización”.
“No siempre una buena técnica garantiza el cambio que esperamos, lo que garantiza la efectividad es la consistencia y la firmeza que se tenga para aplicarla”.
Artículo publicado en el Boletín de la Sociedad Peruana de Síndrome de Down
Lic. Oswaldo Neira Begazo
Psicólogo. Especialista en Modificación de Conducta
Imagen: arteenmarcos.com
6 comentarios:
Hola,esto me lo aprendí muy bien. En una palabra sería la receta de la cual tanto hablaste en su momento.Mi hijo esta así gracias a este tipo de consejos.Gracias y saludos
A ver si entiendo, aprendiste que no hay recetas para cambiar una conducta. Estamos acostumbrados a pedir recetas y la receta no existe. Para que se de el cambio hay que comprometerse, involucrarse, ser muy consistentes e ir remplazando las conductas por otras alternativas más apropiadas. Se puede, con la ayuda de uds. Diego lo logró. Muchos cariños
Explícito el artículo Carmen, bueno para aplicarlo a todxs lxs niñxs. Lo que menciona, lo hacen niñxs 'normales'...mis hijas me preguntan cada tanto si hacían berrinches cuando niñas. Ellas saben sobre el autismo, diferentes sindromes, a veces lxs hijxs de sus amigas se comportan así, les digo que no se ponen límites, dejan que hagan lo que desean con tal de no ser molestados -madre y padre-.
Besos tesoro, que te encuentres bien.
Hola Carmen. Me encantó. Besos a vos y Rodrigo.
Un gran error dejar que hagan,por una comodidad de los padres que luego se convierte en algo imposible de manejar. A mi no me cuesta para nada poner límites, no se como habría sido con mis hijos, trato de entender a los padres y sé que no es fácil.Cariños Graciela.
Hola Silvi, que gusto.Gracias y nos vemos para nuestro nuevo proyecto. Besos
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