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PDP

"Que gran desafío... Vivir experiencias, procesos, adquirir confianza, expresar emociones, conocer criterios. ¡Que gran desafío construir mi propio camino de crecimiento personal!"

¿Qué es PDP?

El Programa de Desarrollo Psicosocial acompaña el proceso de adquisición e implementación de las habilidades para lograr un equilibrio entre los factores que hacen al entorno de personas con capacidades diferentes.
El PDP pone énfasis en el trabajo de las habilidades conductuales, sociales y adaptativas asi como el entrenamiento funcional para la vida práctica, la autonomía personal y la autogestión


Quienes somos

Somos dos psicologos y terapeutas conductuales, Carmen Ruiz Diana y Rodrigo Julio Peralta, con gran experiencia en la educación y tratamiento de niños, jóvenes y adultos con diversidad funcional, Síndrome de Down, trastornos del espectro autista, TGD, TDAH, trastornos conductuales y emocionales.

Nuestro objetivo y propósito con este blog es dar a conocer y compartir desde la práctica nuestras ideas y experiencias vivenciales, las cuales nos motivan a realizar nuestro programa.

En caso de necesitar información sobre nuestro trabajo en mi perfil obtendrán nuestro correo electrónico, gustosos responderemos. Gracias


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COMPRAR EN LUGAR DE VINCULARSE

martes, 31 de mayo de 2011

Otro estupendo análisis de Laura Gutman que tienen relación con vivencias experimentadas cotidianamente como la salida a hacer las compras con los niños y niñas de la casa y las nuevas maneras de relacionamiento que se dan en la actualidad. Conclusiones reales y fuertes en torno a como funciona la relación entre padres e hijos y, algunas sugerencias simples, sencillas y prácticas que no están demás. El artículo es el que sigue:

"No es fácil vincularnos y permanecer muchas horas a solas con los niños pequeños. Por eso solemos convertir los momentos de “estar juntos” en momentos de “consumo” compartido. La “compra” del producto que sea opera como mediador en la relación entre los niños y nosotros. El objeto mediador puede ser la televisión, el ordenador, los jueguitos electrónicos, salir de compras a la juguetería, al pelotero, al centro comercial o a lo sumo ir a ver un espectáculo (que pueden ser maravillosos y necesarios en sí mismos). Pero conviene reflexionar sobre cómo los adultos utilizamos los elementos de consumo social para paliar la dificultad que supone la relación con el niño, es decir la permanencia, la mirada, el juego y la disponibilidad emocional.
Cuando un niño nos pide tiempo para jugar, o mirada para que nos extasiemos por un descubrimiento en su exploración cotidiana, cuando nos solicita presencia para permanecer a su lado o que nos detengamos un instante para que pueda recoger una piedra del suelo; solemos responder ofreciendo una golosina, una promesa o un juguete porque estamos apurados. El niño poco a poco va aprendiendo a satisfacer sus necesidades de contacto a través de objetos, y muchas veces a través de alimentos con azúcar. Todos los adultos sabemos que mientras un niño come algo dulce, no molesta. Y también sabemos que en la medida en que esté hechizado por la televisión, tampoco molesta. Si aprende a jugar con el ordenador, molesta menos aún. Y si necesitamos salir a la calle en su compañía, en la medida que le compremos algo, lo que sea, estará tranquilo y nos permitirá terminar con nuestros trámites personales mientras dura la fugaz alegría por el juguete nuevo.
Los niños aprenden que es más fácil obtener un objeto o algo para comer (generalmente muy dulce o muy salado) y de ese modo desplazan sus necesidades de contacto y diálogo hacia la incorporación de sustancias que “llenan” al instante. Tienen la falsa sensación de quedar satisfechos, aunque esa satisfacción dura lo que dura un chocolate. Es decir, muy poco tiempo. Por eso los niños volverán a pedir -o a molestar a ojos de los adultos- y en el mejor de los casos volverán a recibir algo que se compra, con la debida descalificación de sus padres por ser demasiado pedigüeños o faltos de límites. Es un modelo que repiten hasta el hartazgo, porque funciona: creen que necesitan estímulo permanente, consumo permanente y rápida satisfacción.
A esta altura, los niños han olvidado qué era lo que estaban necesitando verdaderamente de sus padres. Ya no recuerdan que querían cariño, ni atención, ni mimos, ni palabras amorosas. Ya no registran que era “eso” lo que estaban necesitando.
Nosotros los padres también consumimos para calmar nuestra ansiedad y nuestra perplejidad al no saber qué hacer con un niño pequeño en casa. La cuestión es que nos vinculamos con el niño sólo en la medida en que hay algo para hacer, y si es posible, algo para comprar o comer. Y si el niño puede hacer “eso” solo, sin necesidad de nuestra presencia, mejor aún. Sólo basta mirarnos unos a otros un domingo en un centro comercial cualquiera, en cualquier ciudad globalizada.
Esta dinámica de satisfacción inmediata a falta de presencia afectiva, somete a los niños a una vorágine de actividades, corridas, horarios superpuestos y estrés, que nos deja a todos aún más solos. No nos damos la oportunidad de aprender a dialogar, nos olvidamos de los tiempos internos y pasamos por alto nuestro sutil compás biológico.
¿Qué podemos hacer? Pues bien, podemos buscar buena compañía para permanecer con los niños en casa, sin tanto ruido ni tanto estímulo. Amparadas por otros adultos, es posible permanecer más tiempo en el cuarto de los niños, simplemente observándolos. No es imprescindible jugar con ellos, si no sabemos hacerlo o si nos resulta aburrido. Pero si no logran ser creativos aprovechando nuestra presencia, basta con acercarles una propuesta, unos lápices de colores, una invitación a cocinar juntos, o a revolver las fotos del pasado. En fin, siempre hay algo sencillo para proponer, ya que “eso” que haremos será la herramienta para alimentar el vínculo. Y los niños generalmente aceptan gustosos.
Cuando estamos en la calle con los niños, podemos “desacelerar” y darnos cuenta que no pasa nada si tardamos más tiempo en realizar las compras o los trámites. Porque de ese modo cada salida puede convertirse en un paseo para los niños y en un momento pleno y feliz para nosotros. Si somos capaces de detenernos ante una vidriera que les llama la atención, si una persona los saluda y nos otorgamos el tiempo de sonreírle o bien si nos sentamos un ratito en la vereda porque sí, porque pasó una hormiga, algo habrá cambiado en la vivencia interna de los niños. Esos cinco minutos de atención significan para nuestros hijos que ellos nos importan, que el tiempo está a favor nuestro y que la vida es bella desde el lugar donde ellos la miran. Estamos diciéndoles que nada nos importa más en este mundo que mirarlos, que deleitarnos con la vitalidad y la alegría que despliegan y que los amamos con todo nuestro corazón.
Toda la dedicación y el tiempo disponible que no reciban de nosotros, los obligará a llenarse de sustitutos, y luego creerán que sin esas sustancias o esos objetos no pueden vivir. La realidad es que no podemos vivir sin amor. Todo lo demás, importa poco".

Texto de Laura Gutman
Imagen: Familia, de Antonio Alvarez Gordillo

Publicado por Programa de Desarrollo Psicosocial 8 comentarios  

Etiquetas: Artículos, Autonomía, Familia, Vivencias y procesos

CONSIDERACIONES Y PAUTAS ANTE CONDUCTAS VIOLENTAS EN LA EDAD ESCOLAR

viernes, 27 de mayo de 2011

Nuevos tipos de trastornos son diagnosticados en todo el mundo y así refiere en su excelente artículo Claudio Hunter-Watts. "Son los niños con trastornos severos de conducta, que en casos extremos son derivados a la escuela especial para “trastornos emocionales severos”. Las derivaciones se sustentan, curiosamente, con una mínima mención de problemas académicos: “es vago, no estudia”; pero sí con prescripciones mayoritariamente conductuales: “es agresivo”, “molesta todo el tiempo”, “grita y pega”, “insulta”, “cuando se enoja destruye hasta sus propios juguetes”, “es imposible de aguantar”.
La escuela
La escuela y los maestros deben seguir una apretada currícula en un aula con veinte, treinta, y aun más niños, arrastrando muchas veces sus propios problemas. Deben enseñar a una masa de niños con distintas historias y personalidades y hasta con distintas capacidades. Hoy los niños manejan sofisticados programas en computadoras, con intereses muy restringidos, a veces egoístas, sobreagendados y viviendo en una sociedad vertiginosa. Pero existen niños que “llaman la atención” por otros motivos: impiden el desarrollo normal de la clase, molestan, no realizan las tareas en el hogar, alborotan, pegan, arruinan bancos y baños, son agresivos, son violentos y explosivos, imparables, aun a pesar de las sanciones que se les impongan.
La familia
Los padres manifiestan haberlo “intentado todo”: deportes, recreación, imponer autoridad, fijación de reglas, premios, castigos, disciplina. Fueron mil veces citados por el “gabinete escolar” y lo llevaron a la psicóloga, psicopedagoga hasta el cansancio, y aun al psiquiatra infantil quien seguramente le recetó antidepresivos y psicofármacos, los que dieron algún resultado o no. Un padre comentaba que él jamás imaginó vivir una vida así de imposible, que el psicólogo le diagnosticó un “desacomodamiento entre el lenguaje y la imagen corporal” pero: ¿que puede hacer cuando él pega e insulta a sus hermanas menores, cuando es suspendido de la escuela, echado del equipo de fútbol?
En tanto: ¿Qué hace un maestro de grado con un niño/a con un “desentendimiento entre el cuerpo y el lenguaje”? Para traducirlo a un modo entendible, el niño/a en cuestión, ese alumno, puede padecer una forma de autismo llamado DAMP (trastorno del desarrollo de la coordinación), síndrome de Asperger, trastorno desintegrativo infantil, desorden semántico pragmático, ADHD o síndrome de déficit de atención con hiperactividad, trastorno obsesivo compulsivo (TOC-ODD), trastorno de la impulsividad, síndrome de Tourette, trastorno disocial en niños socializados, trastorno disocial sin especificación F91, trastornos disociales con comportamiento abiertamente disocial o agresivo (F91.0-F91.2), trastorno bipolar y depresión, trastorno del aprendizaje no verbal (non verbal learning disorder), trastorno semántico-pragmático (SPD) o el trastorno oposicionista desafiante de la adolescencia (ODD).
Son niños con serias dificultades en la comunicación y la socialización, por supuesto con problemas de aprendizaje y adaptabilidad al medio, con baja, mala o nula tolerancia a la frustración, con conductas violentas y aun explosivas. Suelen tener graves problemas en la escuela o en el hogar, o en ambos. Sus maestros no los toleran y son frecuentemente señalados, amonestados, suspendidos, trasladados de una escuela a otra, enviados a escuelas especiales o directamente expulsados del sistema. La vida familiar es muy parecida a un calvario en el que nadie halla paz o satisfacción y la situación se torna repentinamente violenta e incontrolable.
Siempre existieron aquellos que fracasaban en la escuela y eran expulsados, aquellos que eran derivados a instituciones psiquiátricas, sólo que ahora contamos con otras facilidades diagnósticas y podemos dar soluciones más razonables que entonces.
Rastreando los orígenes
Todos los padres y pedagogos saben de los niños alrededor de los dos años. Los “terribles dos...” cuando el niño carece de límites y todo lo intenta a base de berrinches y llantos descontrolados e impulsividad. Los niños son inflexibles y se frustran fácilmente, incrementando la intensidad de las emociones más violentas. No pueden decir “estoy mojado”, “tengo calor”, “no entiendo”, “tengo hambre”, “estoy cansado”, “no puedo manejar esta situación”. Este período no suele durar mucho tiempo; los “terribles dos” pasan y el niño aprende que debe esperar entre el deseo y la satisfacción de sus necesidades. Aprende a base de frustraciones y desarrolla la tolerancia, comienza a pensar no en “blanco y negro”, sino en “grises”. Esta fase de adaptabilidad al mundo le requiere constantemente el control de las emociones, la interacción con los demás en un continuo desarrollo de la capacidad para la resolución de problemas.
Es difícil imaginar un día en la vida de un niño que no requiera de flexibilidad, adaptabilidad y tolerancia a la frustración. Basta imaginar un día planeado para visitar un parque de diversiones que se tenga que suspender por problemas climáticos, o que dos niños se encuentren a jugar y deseen hacer cosas distintas, o que el niño esté “enganchado” con un jueguito de computadora y sea la hora de cenar, o que alguien esté mirando un programa de TV en el horario que él desea ver su programa predilecto o que la comida que hay no sea de su satisfacción. Así, el niño aprende a que en determinados días con inclemencias se hacen otras actividades que las que se efectúan al aire libre, que si su amigo desea hacer otro juego o actividad, podrán turnarse para satisfacción de ambos, que en horarios de comidas las otras actividades deben cesar o posponerse, que deberá negociar con quien ocupe su horario de TV o buscar un alternativo o que hay días en que la comida no es tan rica, pero otros sí. Para todo esto se requiere organización y control de los impulsos, que son indispensables en la evolución del pensamiento y estos niños (1,5 o 2,5 %) son notoriamente impulsivos y desorganizados.
Todos esperamos que los niños desarrollen estas cualidades y seguramente ningún niño optaría voluntariamente por ser “frustrado y explosivo”, es éste un estado donde “nadie gana”: ni los padres, ni los maestros y menos aun, el niño en cuestión.
Bases teóricas
El psicólogo norteamericano Borrough Skinner fue el pionero en la enunciación de que la conducta problema tiene un fin: el mismo podría ser el que realice el evento a los efectos de cesar con algo displacentero, u obtener beneficios materiales, o la necesidad de llamar la atención. Iwatta (1998) señala que habría casos (principalmente con conductas autolesivas) en que tales conductas podrían realizarse también por “eventos instituidos”, tales como tumores, caries o calambres. Endelman (2001) menciona que algunas conductas autolesivas podrían tener que ver con efectos “dopocinérgicos”, pudiendo golpes y aun severas lastimaduras producir en el individuo placer debido a la liberación de endorfinas en la sangre. O sea que la conducta (y la conducta problema en este caso), de una u otra manera su función está siempre en la obtención de un beneficio, ya sea éste obtener algo, llamar la atención, comunicar, expresar dolor, sentir placer.
Hoy la ciencia nos permite, por medio de nuevas tecnologías, averiguar el fin de la conducta problema. Ahora… ¿es así en el caso de nuestros niños frustrados, explosivos y violentos? Skinner también dijo que no todas las conductas tienen una función y Freud, en un extenso artículo, su título enfoca el nódulo de lo que tratamos: “Más allá del Principio del Placer”, diciendo que la vida psíquica es regida por el principio del placer. En algunos casos se repiten situaciones penosas, siendo imposible encontrar en ellas elemento placentero alguno. Esta obsesión de repetición parece ser más remota, más básica, más primitiva y más instintiva que el principio del placer al cual sustituye. Es así que Freud buscará una explicación en los niveles más arcaicos, que ya son territorio de la biología. Como dice al final: “debemos ser pacientes y esperar la aparición de nuevos medios y motivos de investigación, pero permaneciendo siempre dispuestos a abandonar, en el momento en que veamos que no conduce a nada útil, el camino seguido durante algún tiempo”. Como bien dicen Freud y sus colaboradores, cuando escribieron ese artículo, aún no tenían los medios tecnológicos suficientes para averiguar todo lo necesario y poder así verificar o refutar su propia teoría. Por ello, lo expuesto en su trabajo son hipótesis que en ese momento no podían confirmarse.
Elementos tecnológicos
Hoy contamos con las neurociencias, y las más importantes universidades del mundo que son aquellas que investigan, están dilucidando conjuntamente con científicos el genoma humano y el mapa del cerebro, quienes por medio de EEG, TAC, RMN, PET, SPECT, etc., (electroencefalograma, tomografía axial computarizada, espectroscopía de resonancia magnética nuclear, tomografía por emisión de positrones, tomografía por emisión de fotón único respectivamente), tan poderosos y no invasivos (no quirúrgicos), pueden mostrarnos lo que un siglo y medio atrás eran sólo conjeturas.
Los niños con trastornos severos, tales como los citados, presentan alteraciones, desde una disfunción cerebral mínima hasta cuestiones más severas. La severidad de los cuadros se está determinando recién, pero la complejidad de la investigación no permite ahora aventurar soluciones, por lo menos no a breve plazo.
Ante una frustración, un niño puede llorar o tener un berrinche. Solemos consolar al niño que llora y enfrentar con sus propias armas al desafiante. Somos ciertamente más contemplativos con un pequeño que es desafiante que con uno más grande, aunque seguramente no tendremos complacencia alguna con un adulto: la manifestación es semejante, variará el objeto, pero en el continuo que es la vida, sabemos que si no paramos el desarrollo de ciertas conductas a tempranas edades, se convierten luego en problemas psiquiátricos o penales.
Muchos de estos niños reaccionan muy bien a las medicaciones específicas, frenando -aun para siempre- los comportamientos. En otros no, o tan sólo parcialmente. Lamentablemente una de las causas por los que los comportamientos violentos y explosivos están tan arraigados en estos niños es debido a la cantidad de tratamientos fallidos realizados.
Aproximaciones terapéuticas
Suelen no ser efectivas. La Psicología dinámica (psicoanálisis) pretende encontrar la “causa primigenia” y, mediante el juego, escenificar el drama. Sostiene Varela (2007) que “las familias a las que estos niños pertenecen, distan mucho de constituir el “nido afectivo”. Esto -pasar la culpa siempre a la familia y buscar el “hecho traumático” causante-, a pesar de que Freud lo hallara imposible, ya que no está en el niño el conocimiento de dicho hecho sino ligado a cuestiones tan primitivas como su formación neuronal.
Las aproximaciones sistémicas buscarán en el síntoma la estrategia familiar por la cual quien lo desarrolla expresa el problema de ese grupo: en sí, familias destruidas, cada uno haciendo su vida sin tener en cuenta a los otros, divorcios y hermanos con problemas de adicciones. “Seguramente aquel que tenga comportamientos violentos en la escuela padecerá una severa disfunción en la familia. No existen los niños violentos… La violencia escolar viene de la mano de la familiar y la comunicación entre ambas es bidireccional. Ahora bien, se puede “invertir la causa de la prueba”: ¿Y si son los comportamientos violentos y explosivos del niño los causantes de la situación de crisis familiar? ¿Si esa familia ante la falta permanente de respuestas acertadas de parte de innumerables profesionales no halló otra forma de sobrevivir? Seguramente no hay una respuesta para todos, pero sostenemos acá que no todos los niños violentos provienen de familias violentas, los hay, pero no todos.
Otros pretenden trabajar sólo sobre las consecuencias: de ser éstas penosas, no tenderían a repetirse, pero de ser reforzadas mediante recompensas, tenderían a ser más frecuentes. Un buen análisis funcional daría las claves de tales situaciones. Entonces, ¿por qué se repiten con tanta frecuencia y en el tiempo pese a ser las situaciones violentas penadas? ¿Por qué pese a ser reforzadas positivamente el niño no cambia y continúa con los comportamientos violentos y explosivos?
No siendo tan efectivas las medicaciones, fallando las aproximaciones terapéuticas tradicionales y creciendo el problema en forma casi epidémica, ¿es sólo consuelo lo que podemos brindar a las resignadas y sufridas familias con niños desafiantes, violentos y explosivos?
La Psicología científica

Podemos decir en este punto el monólogo de Sherlock Holmes al Dr. Watson: “Si la evidencia cambia, debemos cambiar la teoría”. O sea no es posible que los investigadores y terapeutas empleemos con un trastorno psiquiátrico mayor las mismas tecnologías y supuestos que usamos para trastornos menores. Son estos problemas severos en él que el profesional sin experiencia debiera excusarse y no experimentar con niños sin un marco de protección adecuado. Lamentablemente es esto una mera expresión de deseos sin pretensiones de desanimar a los padres en la búsqueda de soluciones. No pretendemos en la extensión del presente artículo dar las soluciones para el tratamiento de estos niños impulsivos, explosivos y violentos, pero sí decir que pueden tener esperanzas, que hay métodos de intervención posibles y con un buen nivel de éxito cuando se combinan en el tratamiento terapéutico del niño, el consultorio, el domicilio y la escuela.
Por cierto, si las soluciones no las hallamos en el pasado o en la familia ni contamos con las consecuencias, el lugar que nos queda por desarrollar una intervención efectiva es el momento previo a la “explosión”. Podemos así, utilizar:
- Apoyos al comportamiento positivo como una de las bases del trabajo, y reconociendo siempre al niño cuando se está portando bien.
- Tener como regla básica el que por cada reproche tenemos que matemáticamente darle 5 palabras de aliento.
- Evitar dar contestaciones que frustren e incrementen el “escalamiento” de las conductas violentas del niño.
- Ignorar ciertas conductas es también una saludable actitud.
- Ignorar y no darle importancia alguna al momento del berrinche, quitando toda la energía posible a dicho comportamiento.
- Mantener la comunicación en todo momento; que, restablecida la misma, el niño pueda expresar sin temor al castigo cuando comienza a sentirse mal y se aproxima el momento de la “explosión”.
- Proporcionar al niño un espacio en la casa o la escuela donde pueda “refugiarse” cuando se siente mal, evitando la provocación de terceros.
- Cuidarse en dar respuestas que sean agresivas en sí mismas: en lugar de decirle “no grites”, preguntarle si puede hablar más bajo.
- Modelar el comportamiento del niño a partir de modelar el propio (cuidadores, maestros, padres y familiares) mediante técnicas de manejo de la agresión de manuales de intervención en crisis y utilizando técnicas de relajación.
- Nunca emplear amenazas de castigos que luego no serán llevadas a cabo.
- Las demandas de los padres y maestros deben adecuarse a las posibilidades de entendimiento del niño con conductas problema, aunque marque una diferencia con el resto del aula, no es por su medio que el maestro debe “dar mensajes” al resto.
- Asimismo, deben cuidar su seguridad, hacerle entender al niño las cosas que no pueden negociarse, pero también las que sí (horarios, tipos de comidas, turnos, realización de tareas, etc.) y por supuesto, decidir que lo que no es importante, debe ser rigurosamente ignorado.
Para los casos más severos la Psicología científica cuenta con una gran cantidad de experiencias y elementos tecnológicos que por medio de tratamientos científicamente validados, novedosos, nada sencillos ni económicos y que requieren una gran cantidad de horas de trabajo, entrevistas, planificación, establecimiento de acuerdos básicos y generales entre los distintos actores, la estricta vigilancia de las medicaciones, el seguimiento puntual de las conductas, el trazado de cuidadosas agendas, la medición de las variables en frecuencias, intensidad de los episodios violentos, la preparación de todos los involucrados para trabajar siempre proactivamente, o sea en el polo opuesto a las consecuencias (reactivamente), en el estudio y previsión de las causas. Asimismo, existen fracasos en el tratamiento, tanto por su aplicación como por la severidad del trastorno.
Ciertamente los niños explosivos no disfrutan de sus estados emocionales, más bien los padecen y sufren. Cada situación violenta les causa una pena inmensa y un dolor insoportable. Son incapaces de manejar tales comportamientos y de contener su impulsividad. La agresión en sus muchas formas es la consecuencia lógica de tal estado.
Podemos ahora empezar a comprender a ellos, a sus familias y a la escuela con propuestas efectivas que tiendan a una mejor calidad de vida.


Fuente: Claudio Hunter- Watts,El cisne
Imagen: arteenmarcos.com

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Etiquetas: Artículos, Asperger, Conducta, Educación, Familia, Hiperactividad

PARA QUÉ SIRVEN LOS HIJOS

martes, 24 de mayo de 2011

Este artículo, lo escribió Alejandro Rozitchner, filósofo entre otras cosas, si bien no estoy de acuerdo con el título ni completamente con el contenido, al que justamente podríamos agregarle mucho más. Es por eso que lo comparto, con el deseo de que nos hagamos también la pregunta. Puede llegar a ser un excelente ejercicio de reflexión para llegar a respuestas verdaderamente profundas. Entonces, veamos : ¿para qué sirven los hijos?
"Como todo el mundo sabe, a los filósofos nos pasa de no entender las cosas más elementales. De esa posición de relativa imbecilidad (que se ha gustado denominar "asombro" para darle un tinte más benigno) derivan las preguntas que nos hacemos, básicas, a veces excesivamente elementales. Responder es otro precio, y ahí el filósofo se pone más artista o literato, acepta aun más sus limitaciones pero también las disfruta, y procede a decir lo que le viene a la cabeza, con el riesgo de que muchos de sus oyentes o lectores pasen al acto y le digan cosas desagradables que pongan en evidencia su patología.
Fui a comprar café y galletitas y me apareció la pregunta ¿para qué son los hijos? En realidad es para mí una vieja cuestión, abierta mucho antes de que la experiencia de la paternidad llegara a mi vida. Antes de querer tener hijos interrogaba a la existencia tratando de entender qué hacía que una persona quisiese procrear, tener descendencia. No me parecía mal, claro, pero no lo entendía. Un amigo me aclaró el tema, otro filósofo, cuando me dijo, un día: "tener hijos es una experiencia afectiva". Ah, dije o sentí yo, claro, es eso.
Como ahora soy grande y tengo tres hijos sé mucho más de qué se trata y se me ocurren variadas respuestas que quiero compartir con uds, hijos lectores, padres lectores, porque a veces me parece que el desconocimiento es general:
Los hijos son para hacer fotos y videos. Uno se vuelve un cholulo extremo, como si estuviese en presencia de la más notable estrella de Hollywood o como si el nene fuera George Harrison. Queremos retener cada segundo, duplicar el placer de tenerlos haciendo copias perfectas, acumular infinitamente sus momentos. Disfrutamos de su presencia y paladeamos su ausencia, mirando esas imágenes que nos hacen muchas veces más conscientes aun de la maravilla de su ser.
Los hijos son, sí, para quererlos, y así, también, para que la capacidad de querer se haga más grande. Desde que fui padre tengo la sensación de que el fondo de la existencia es más cálido, que está acolchonado, y tengo menos motivos para asomarme a visiones del mundo angustiadas y descorazonadoras. Esa capacidad de querer incrementada se vuelca también sobre las demás realidades, da sentido a muchos proyectos personales e incentiva la producción de ganas en otros variados campos de posibilidad. Los hijos decantan como un poder personal incrementado.
Los hijos son para asomarse a la muerte. Uno entiende más cómo es la vida. Ese que llega pone en evidencia el sistema de aparición en el mundo de la forma más patente que pueda darse, y por ende da a entender también que la natural culminación del proceso está en el horizonte. Y que uno está más cerca de ella, ahora que es grande y fue capaz de ser padre. (Sí, no toda paternidad, o maternidad, es garantía de adultez, pero no puede negarse que implica un incentivo notable hacia la maduración). Así, podemos decir que los hijos son también para aprender a morir, para sentir incluso que la desaparición personal ya no es tan grave como parecía antes, porque la realidad que continúa tras nuestra aniquilación futura nos parece ahora más valiosa y consistente.
Tener hijos es para relativizarse, para ponerse un poco entre paréntesis, para suavizar el arrasador narcisismo que nos hace estar extasiados frente a nosotros mismos preguntándonos constantemente acerca de nuestro sentido y nuestro valor, muchas veces quietos y cautos ante las respuestas posibles, en vez de tomar el más valioso camino de la expresión y el riesgo. Los nenes te dicen: ¿podés dejar de estar tan pendiente de vos mismo y prepararme una lechita chocolatada? Los hijos nos echan al mundo, al mundo en el que están como protagonistas centrales de la película en la que ahora hemos pasado a ser actores de reparto. Paradójicamente, este rol secundario resulta en muchos sentidos liberador, y abre a una experiencia más plena.
Los hijos sirven también para conectarse y participar de la creación de un mundo nuevo, en el que ellos están ubicados por mera vibración sensorial, y al que nosotros accedemos -si nos abrimos a él- gracias a ser sus parientes. La cultura cambia todo el tiempo, ahí radica su vitalidad y su sentido. Ellos están surfeando esa ola desde otra posición, y acercar la nuestra a la de ellos permite tener una visión más grande del movimiento y lograr una participación más abierta.
Los hijos sirven para entender a los padres propios, y perdonarlos, o todo lo contrario. Sí, puede darse el: ahora entiendo a mamá o a papá, pobres, el despelote que trajimos a sus vidas. Pero también se da el: ¿cómo?, ¿les había nacido un hijo -yo- y ellos estaban encandilados con esas boludeces que estaban viviendo, en vez de dedicarse a quererme plenamente?
Los hijos sirven para captar el sentido de la vida. El sentido de la vida es el crecimiento, el desarrollo, el avance. Todo ser viviente está viviendo su despliegue, o padeciendo la imposibilidad de vivirlo. Sí, incluso los muy mayores crecen, a su modo, y de formas que los no tan mayores a veces no podemos entender. Los hijos son explosiones, desarrollos veloces, big bangs existenciales, y cualquiera que esté cerca de un nene o de una nena queda capturado por su onda expansiva.
Y una más: los hijos sirven para entender también el sentido de la política. ¿Para qué meterse en el berenjenal? Para aportar a la construcción de una realidad en la que ellos encuentren el eco necesario, para desactivar la indiferencia y producir lo que es necesario producir. La política deja de ser la banal novela del poder para evidenciar su trasfondo necesario, su utilidad y su valor.
Ninguna de estas cosas implica el sacrificio o la autopostergación. Incluso cuando un padre, o una madre, siente que recorta sus posibilidades, lo que hace en verdad es reordenarse, ganar en profundidad, en densidad, en sentido. Tener hijos es la cosa más increíble del mundo".


Fuente : lanacion.com
Imagen: Google

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CONDUCTA MOTORA PERCEPTIVA-COGNOSCITIVA

viernes, 20 de mayo de 2011

El funcionamiento motor perceptivo-cognoscitivo es un aspecto muy importante en el desarrollo de los niños y niñas. El desarrollo tiene que ver con la maduración del sistema nervioso. Existe relación entre esta maduración, los estímulos ambientales apropiados y la respuesta motora. Si el sistema nervioso esta privado de estímulos significativos y no realiza una respuesta significativa a este proceso no se da una maduración efectiva. En este caso la maduración resultante puede conducir a una disfunción de la conducta motora perceptiva cognoscitiva. Esta es una de las áreas que evalúa y trabaja un terapeuta ocupacional, y el tratamiento va depender de su conocimiento acerca de este proceso, del desarrollo de la conducta MPC típica y el efecto de la integración del proceso motor y sensorial.
La percepción se define como un proceso de juicio sensorial; la organización e interpretación de la sensación. La recepción de los estímulos sensoriales y la percepción de esta información son necesarias para que el niño/a comprenda y se adapte a su ambiente. El niño/a recibe la información del ambiente a través de sus sentidos. A medida que el sistema nervioso asimila la información sensorial se forman esquemas. Estos son clasificados por la secuencia de la conducta a la cual se refieren, por ejemplo; el esquema de la succión, el del movimiento. Cuanto se añade más información se forman los juicios, así por el fuego se aprecia el calor, por el hielo el frío, el objeto aparece como redondo o cuadrado. Esta conducta perceptiva es todo un proceso de asimilación de la información sensorial recibida de los sentidos y que forma un juicio acerca de esta sensación. El juicio puede adquirirse solamente por conducto de una información sensorial pasada que previamente ha sido asimilada para formar esquemas. En el proceso de asimilación de la información sensorial, el cuerpo se acomoda a esta información intentando asimilarla. Este proceso de asimilación- acomodación es la conducta motora perceptiva- cognoscitiva. Por ejemplo; un niño/a que entra por primera vez en contacto con una cuchara. Realiza una serie de acomodaciones corporales y motoras: la mira, la sujeta, la toca, la succiona, etc. Estas acomodaciones pueden tener lugar a causa de interacciones pasadas con otros objetos que el niño/a ha asimilado previamente para formar esquemas y por esta razón puede dirigir sus acomodaciones corporales. Este proceso de asimilación- acomodación se denomina adaptación. El niño/a ya se ha adaptado al pezón; (esquema de succión) y por esta razón puede dirigir su cuerpo hacia la succión de la cuchara. Previamente se ha adaptado a un sonajero (esquema de ruido y movimiento) y puede dirigir su cuerpo para golpear la cuchara hacia arriba y abajo por ejemplo. A medida que el niño/a succiona la cuchara recibe unas sensaciones diferentes de la cuchara de las que recibía del pezón y al mover brazos diferentes sensaciones de la cuchara de las que recibía del sonajero. Adquiere así nuevas informaciones acerca de la succión y del movimiento del brazo.
En el proceso de adaptación a la cuchara el niño/a asimila el hecho de que cuando su brazo se mueve hacia arriba y abajo puede producir un ruido de la cuchara a medida que golpea sobre la mesa, mientras que cuando lleva el brazo a la boca encuentra una cuchara para succionar.
Por consiguiente, el niño/a acomoda su cuerpo o su conducta motora al esquema que desea. Solo puede adaptarse al ambiente actual a causa de las interacciones pasadas a las cuales ya se había adaptado.
Cada nueva experiencia ambiental añade una nueva información a los esquemas y se forman estructuras cognoscitivas. Este proceso de funcionamiento ambiental existe durante todo el curso del desarrollo de la vida. La asimilación de la información sensorial, la formación de esquemas y las acomodaciones corporales producen la adaptación al ambiente o sea el proceso motor perceptivo- cognoscitivo.
La integración sensitivomotora es el resultado de la organización de la información asimilada y de las acomodaciones corporales. A través de la integración de esquemas aislados se produce o se revisa una estructura cognoscitiva a partir de esquemas aislados.
En la descripción de la conducta se presenta visualizada como una espiral continua de desarrollo. Esta espiral indica que el cumplimiento de una destreza de la conducta o sea el proceso MPC depende de la introducción y del desarrollo de nuevas conductas.
Se podría graficar como una espiral ascendente que se inicia con el proceso de asimilación sensorial para continuar con la acomodación corporal a la cual sigue la adaptación que culmina con la integración motora sensitiva. La integración sensitivomotora es el resultado de la organización de la información asimilada y de las acomodaciones corporales.
En resumen la conducta MPC presenta cuatro características 1) Integración fisiológica y psicológica 2) El modo de la conducta es el proceso de adaptación-asimilaciones-acomodación 3) La conducta impone variaciones sobre las estructuras del esquema, con la resultante de la integración sensitivo motora y la maduración 4) Con la maduración resultante, existen variaciones en la conducta.
De ahí que la valoración del terapeuta ocupacional es básicamente fundamental y debe estar relacionada al tratamiento de esta disfunción y sus procesos, tan importantes para la tan mencionada integración sensorial. Los aspectos a tenerse en cuenta para un trabajo serio serian:
-Los reflejos y reacciones que pueden darse como acomodaciones a las asimilaciones táctiles, propioceptivas, vestibulares y visuales.
-Adaptaciones de estas acomodaciones a las reacciones de enderezamiento y equilibrio.
-Niveles de desarrollo muscular en la adaptación postural al espacio que ocurren con estas acomodaciones-adaptaciones.
-La secuencia del desarrollo motor basto y fino integrado por la discriminación táctil, la integración corporal y las relaciones viso-espaciales.
Todo lo expuesto de forma tan simple tiene que ver con la llamada integración sensorial, el proceso mediante el cual los niños organizan e integran la información a través de los sentidos y los utilizan para aprender y actuar de modo organizado. Sus procesos abarcan el registro, la orientación y atención al estímulo, su interpretación, la organización de una respuesta y su ejecución. Si bien es aún cuestionada, la terapia de integración sensorial es altamente recomendada siempre y cuando sea realizada por un o una profesional en el tema.

Utilicé el libro Terapeutica Ocupacional, Willard y Spackman
Imagen: Alejandro de PDP

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NIÑOS HIPNOTIZADOS POR LA PANTALLA

martes, 17 de mayo de 2011

"¿El exceso de televisión y de computadora causa déficit de atención, o viceversa?", se preguntan los expertos”. Así comienza este artículo de Perri Klass de The New York Times,que por cierto ha sido muy controvertido. Es sabido que todo lo relacionado al TDAH es causa de mucho debate, desde si existe tal trastorno, sus causas, la influencia familiar, la medicación, el tratamiento o abordajes y hasta cuestionamientos acerca de si la escuela los favorece o perjudica. Este es el artículo:
"La madre trajo una nota del maestro de la primaria de su hijo: "Querido doctor, creo que este niño debe ser testeado por trastorno de déficit de atención".
"Está preocupada porque él no puede quedarse sentado en la escuela y hacer los deberes -explica la madre-. Siempre está metiéndose en problemas."
Pero después, se ilumina: su hijo no puede sufrir ese trastorno, porque puede pasarse horas concentrado jugando a los videojuegos, con lo cual está segura de que no hay ningún problema con su capacidad de concentración.
Esta es una afirmación que he escuchado muchas veces con niños que tienen problemas de atención. A veces, los padres subrayan lo mismo acerca de la TV: mi hijo puede pasarse horas sentado mirando; no puede ser trastorno de déficit de atención e hiperactividad (ADHD, según sus siglas en inglés).
De hecho, la habilidad de un chico de poder concentrarse sólo frente a una pantalla es, en realidad una característica del ADHD. Existen complejas conexiones conductuales y neurológicas que unen las pantallas y la atención, y muchos expertos creen que estos niños sí dedican mayor cantidad de tiempo a jugar con videojuegos y mirar televisión que sus pares.
Pero la fascinación del niño con la pantalla, ¿es causa o efecto de los problemas de atención, o ambos? Es una pregunta complicada que los investigadores están tratando de responder.
"El tipo de concentración que un niño invierte en un videojuego y en la televisión no es el tipo de atención que necesita para prosperar en la escuela o en cualquier otro aspecto de la vida real", explica Christopher Lucas, profesor asociado de psiquiatría infantil en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York. "No logran mantener la atención en ausencia del premio. Sólo lo logran con gratificaciones frecuentes e intermitentes."
Pueden estar jugando para juntar puntos, o pasar de nivel, pero en el cerebro esto se traduce en un aumento de los neurotransmisores de la dopamina. Los pacientes con ADHD pueden encontrar los videojuegos todavía más gratificantes que los otros niños porque su circuito de recompensa de dopamina puede ser deficiente.
Por lo menos un estudio encontró que cuando los niños con ADHD eran tratados con metilfenidato (Ritalin), que incrementa la presencia de dopamina en el cerebro, pasaban a jugar menos videojuegos. Existen autores que sugirieron que los videojuegos pueden servir como automedicación en estos casos.
Entonces, pasar mucho tiempo frente a la pantalla puede ser una consecuencia del ADHD, pero algunos investigadores temen que pueda ser la causa. Existen estudios que mostraron que estos niños que pasan mayor cantidad de tiempo frente a las pantallas son más dados a desarrollar problemas de atención posteriormente.
En un estudio publicado en 2010 en Pediatrics , se asoció el tiempo que se invierte frente a las pantallas con problemas de atención tanto en niños de edad escolar como también en estudiantes universitarios.
La estimulación que proveen los videojuegos dependen del ritmo, de cuán rápido cambia una escena por minuto, según Dimitri Christakis, pediatra de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, que estudia la relación entre los infantes y los medios. Si el cerebro infantil se habitúa a ese ritmo y a la alerta extrema que se necesita para seguir respondiendo y ganando, explica, el niño puede, finalmente, "encontrar las realidades mundanas poco estimuladoras".
Pero un estudio de 2007 de Media Psychology comparó los efectos de mirar televisión en un grupo de pequeños diagnosticados con ADHD, con uno sin diagnosticar. Los investigadores encontraron que las mayores diferencias se debían a factores familiares y ambientales; por ejemplo, si tenían televisores en su dormitorio. El diagnóstico por sí solo no parecía marcar la diferencia. Las conexiones entre ADHD y las pantallas, según concluyeron, eran complejas.
Elizabeth Lorch, profesora de psicología de la Universidad de Kentucky y coautora del estudio, también estudió las habilidades de los niños para entender las historias televisadas. Mientras que los que sufrían ese trastorno podían acordarse de hechos particulares de las historias tan bien como los otros, existía una diferencia para entender la narrativa y separar lo que era importante. "Por qué sucedió un evento, por qué un personaje hizo algo: allí es cuando la comprensión y la memoria de los pacientes de ADHD tiende a disminuir."
Su coautor, Richard Milich, profesor de psicología en su misma universidad, sugirió que, además de las implicaciones primarias de este problema en un ámbito académico, este descubrimiento puede ayudar a explicar algunas dificultades sociales.
"Esta incapacidad para ver las relaciones causales pueden afectar este problema social que venimos viendo desde hace 30 años -explica-. Estos niños tienen graves problemas sociales. Tienden a ser rechazados por sus pares."
Los expertos parecería considerarlo un círculo vicioso: los niños que tienen problemas en su vida social pueden buscar en las pantallas acompañamiento electrónico.
Los chicos cuyo cerebro necesita recompensas neuroquímicas buscan actividades que las provean. Los que tienen problemas sociales pasan más tiempo solos, frente a las pantallas. Los que tienen problemas en la escuela desarrollan magistralmente un mundo virtual. ¿Cuáles son algunos puntos básicos para hacerle frente a este diagnóstico? Que no haya pantallas en el dormitorio; prestar atención al contenido de los juegos, sobre todo, la violencia; poner límites a los tiempos frente a las pantallas y buscar otras maneras de interactuar en la familia".



Fuente e imagen:LA NACION

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MAMÁ, CON TODAS LAS LETRAS

viernes, 13 de mayo de 2011


En este mes de mayo se unen fechas importantes, el bicentenario de la independencia y el día de la madre. Es tan típico para nosotros en este país escuchar homenajear a la madre y a la patria conjuntamente en tantos actos. Pero más allá de este detalle aparentemente sin importancia, no podemos negar el rol protagónico que ha tenido la mujer y la madre paraguaya dentro de la historia de este país. Se ha hablado mucho de su fuerza y coraje para enfrentar el exterminio de un pueblo en aquellas batallas tan terribles en que murieron todos los hombres e inclusos niños. De esa fuerza que las llevó a seguir adelante sin la figura masculina, enfrentándose a la adversidad y al duro trabajo de sacar adelante a su familia. Pero como todo en la vida, las acciones no siempre contribuyen a que se valore el esfuerzo y sacrificio de tantas madres y mujeres para obtener una vida justa y con derechos. Hasta hoy día no solo en este país, sino en gran parte del mundo la mujer tiene que luchar por un reconocimiento y un trato digno. No entraré en detalles pero todo lo que pasa una mamá, mujer y madre, invita a la reflexión en estos días.
Durante todo este tiempo de trabajo he visto lo que puede llegar a “ser" y "hacer” una mamá por sus hijos e hijas. En ocasiones pierde hasta el modo de caminar mientras procura, con el hijo prendido a sus piernas, porque él espera que se le alce “upa”, o simplemente porque él quiere guiarla a través de sus manitos al juego de ir saltando y trotando mientras caminan. A veces se olvida que tiene que dormir para entrar en los sueños difíciles del hijo que no puede hacerlo por su hiperactividad, autismo, condición o enfermedad y se convierten en “niñas” o “heroínas” y así logran “cansarlo” , “calmarlo” o "contenerlo" para que luego él duerma como se merece. Es ser cheff de menú complaciente al momento de llegar del colegio, fiesta o consultorio y darle el alimento especial que le ha preparado con las indicaciones de hasta dónde y como comer preocupándose de las porciones que deja. Es ser enfermera, pediatra, odontóloga, dermatóloga, terapeuta, psicóloga, política, maestra, vidente, chofer, cocinera, niñera, deportista, angel de la guarda, hada madrina, policía, árbitro, ministra de mantenimiento y conservadora ambiental y, muchas veces... papá. Cada día al verle, y escucharle le agrego más roles y profesiones a esta inmensa lista. Ya que es ella, la mamá, la que está siempre ahí, siempre presente con toda su fortaleza, enfrentando el desafío. Siempre firme ante la pregunta o adelantándose antes de hacérsela. Quedo asombrado con los datos que enérgicamente me brindan y con la seguridad que demuestran tal cómo si estuvieran rindiendo su post grado en la universidad.
En ella todo se intensifica; la responsabilidad, las preocupaciones, las angustias, las emociones, el llanto, la impotencia, la culpas, el tiempo, la resiliencia, la tolerancia, la paciencia, la calma, el amor incondicional, la alegría, la felicidad, el sentido del orgullo, la simpleza. Mirarlas es aprender mucho. Mirarlas, no con la connotación de madres sacrificadas y abnegadas. NO, ellas no tienen tiempo de pensar en el sacrificio y la entrega incondicional. Eso a ellas les sucede espontáneamente, esa actitud les nace desde el primer momento que saben que serán mamás, se adaptan porque desde el vamos aprenden el verdadero sentido de la vida. Para mí las mamás son personas muy especiales, y de una gran riqueza, porque me enseñan día a día el "hacer e involucrarme" con todas las letras y ni aún así me alcanza; me enseñan el sentido de estar, vivir para un hijo, y por sobre todo, me enseñan a seguir adelante cuando de un hijo se trata. Sin más palabras, sino con letras, termino este escrito. Con las cuatro letras que son el más dulce poema de amor; m a m á, la palabra más linda del mundo.

Escrito por Rodrigo
Imagen: Maternidad, de Olga Blinder

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CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS DEL NIÑO CON SÍNDROME DE DOWN

lunes, 9 de mayo de 2011

Como dice el autor del artículo, Emilio Ruíz con quien tuvimos el gusto de conversar en un congreso, "Conocer las caracteristicas de las personas con Sindrome de Down nos permitirá realizar una adecuada intervención a nivel educativo". Recordando siempre que la intervención debe planearse para un alumno/a en particular partiendo de un programa individual en base a sus necesidades. Esto quiere decir de un conocimiento realista y actualizado de las peculiaridades, ya que con el tiempo se van dando cambios a todos los niveles. Es así que como se percibía a estas personas hace treinta años dista mucho de ser una realidad actual. La intervención educativa debe pensarse también a futuro y abarcar los aspectos psicosociales. Hay también un enlace imprescindible de consultar para el aspecto de la salud. Veamos que dice este profesional.


"Se va a partir de dos premisas para la intervención basada en las características individuales:
1.- La variabilidad existente entre los niños con síndrome de Down es tan grande e incluso mayor que la que se da en la población general. Por ejemplo, los márgenes temporales en que adquieren determinadas capacidades o hitos de desarrollo como la marcha o el habla, son más amplios. No hay dos niños con síndrome de Down iguales. Hemos de evitar los tópicos y las generalizaciones.
2.- La prudencia en el planteamiento de expectativas. No podemos determinar a priori lo que pueden llegar a aprender. Se ha de ser cauteloso respecto a las expectativas que se creen sobre sus posibilidades futuras.
Se realizará un repaso por bloques psicológicos estudiando las características propias del SD y aportando sugerencias de intervención para aplicar en el trabajo educativo diario. Por supuesto, estas características no se dan siempre ni en todos, ya que el único rasgo común a todos los alumnos con SD es la trisomía del par cromosómico 21.
CARACTERÍSTICAS BIOLÓGICAS/FISIOLÓGICAS QUE PUEDEN AFECTAR A
SU PROCESO DE APRENDIZAJE
• Cardiopatía.
• Alteraciones oculares y de la audición.
• Hipotonía muscular (flacidez) y laxitud de los ligamentos.
• Alteraciones de la función tiroidea. Hipotiroidismo fundamentalmente.
• Umbral más alto de percepción del dolor.
• Desarrollo evolutivo: retraso en la adquisición de las distintas etapas.
Sugerencias de intervención:
• Seguir las pautas del programa de salud para personas con SD.

• Realizar las revisiones médicas periódicas (oculares, auditivas, de la función
tiroidea).
• Es recomendable que practiquen ejercicio físico regular.
• Se ha de estar atentos a sus quejas cuando manifiesten sentir un dolor y a su malestar o aspecto decaído.
• Procurar no utilizar términos “médicos” al referirse a personas con síndrome de Down (“pacientes”, “enfermos”, “afectados”)
• Intervención educativa: les hemos alargado la vida, trabajemos ahora para ensanchársela.
PERSONALIDAD
Realizando una revisión a la bibliografía científica y de divulgación sobre SD se pueden recoger calificativos que constituyen los estereotipos sobre las personas con SD. Se les califica de obstinadas, afectuosas, sociables o sumisas. En conjunto son afirmaciones sin clara justificación y en muchos casos sin fundamento. Ocasionan generalizaciones perjudiciales, que confunden a padres y educadores y en muchos casos determinan las expectativas que sobre ellos se hacen unos y otros. Sin embargo y por encima de estereotipos y coincidencias aparentes se encuentra una rica variedad de temperamentos.
Con la salvedad anterior, algunas características generales de la personalidad de los alumnos con SD son:
• Escasa iniciativa.
• Menor capacidad para inhibirse.
• Tendencia a la persistencia de las conductas y resistencia al cambio.
• Menor capacidad de respuesta y de reacción frente al ambiente.
• Poca perseverancia en las tareas y utilización de la capacidad social para eludirlas.
• Suelen mostrarse colaboradores y ser afectuosos y sociables
• En el mundo laboral se están mostrando constantes y tenaces, puntuales y responsables, realizando las tareas con cuidado y perfección.
Sugerencias de intervención:
• Más que “aceptarles como son” (“pobrecillo”), ayudarles a mejorar.
• Se ha de adaptar el programa educativo a la personalidad de cada uno.
• Hay que favorecer su participación en juegos y actividades de grupo.
• Es preciso proporcionar el control externo para inhibir sus actuaciones que con el entrenamiento se convertirá en autocontrol.
• Conviene acostumbrarles a que cambien de tarea de vez en cuando.
MOTRICIDAD
• Torpeza motora, tanto gruesa (brazos y piernas) como fina (manos).
• Lentitud en sus realizaciones motrices.
• Mala coordinación.
• Hipotonía muscular y laxitud de los ligamentos.
• Dificultades con lo antigravitatorio (saltar, subir).
• Tendencia al sobrepeso.
Sugerencias de intervención:
• Programas de atención temprana
• Ejercicio físico regular. Aprovechar las actividades cotidianas.
• Práctica de deportes y otras actividades físicas.
• Estudio previo de sus características físicas y de salud para prevenir riesgos.
• Requieren una ingesta calórica menor que otros niños de su misma edad y estatura .
ATENCIÓN
• La atención varía en función del interés de la tarea (motivación).
• Dificultad para mantener la atención sobre todo durante periodos de tiempo prolongados.
• Facilidad para la distracción frente a estímulos diversos y novedosos.
Sugerencias de intervención:
• Es preciso programar ejercicios para que aumenten sus periodos de atención.
• Actividades variadas y amenas.
• Es conveniente mirarles cuando se les habla, comprobar que atienden, eliminar estímulos distractores cuando se trabaja con ellos, presentarles los elementos de uno en uno y evitar enviarles diferentes mensajes y estímulos al mismo tiempo.
• No se ha de confundir la falta de atención con la demora en la respuesta, algo que se da habitualmente, ya que su periodo de latencia (tiempo que tardan en responder) es más largo.
PERCEPCIÓN
• Mejor percepción y retención visual que auditiva.
• Su umbral de respuesta general ante estímulos es más elevado.
Sugerencias de intervención:
• Se debe presentar la estimulación siempre que sea posible a través de más de un sentido (multisensorial).
• El modelado o aprendizaje por observación, la práctica de conducta y las actividades con objetos e imágenes son muy adecuados.
INTELIGENCIA
• El SD siempre se acompaña de discapacidad intelectual (no mental), en diferentes grados.
• Nivel intelectual en el rango de la deficiencia ligera o moderada, en general.
• Obtienen mejores resultados en las pruebas manipulativas que en las verbales.
• Entienden literalmente lo que les dicen. No entienden las bromas ni las frases con doble sentido.
• Es difícil para ellos generalizar lo que aprenden.
• Necesitan más tiempo para responder.
• Les cuesta entender varias instrucciones dadas en orden secuencial (seguidas).
Sugerencias de intervención:
• No se ha de olvidar que tienen discapacidad intelectual. Es preciso hablarles más despacio; si no entienden las instrucciones repetirlas con otros términos diferentes y más sencillos.
• Se les ha de dar el tiempo que necesitan.
• Trabajar desde lo concreto a lo abstracto, de lo manipulativo a lo intelectual.
• Hacer un trabajo sistemático con las bromas e ironías.
• Se pueden y se deben utilizar programas de educación emocional.
ASPECTOS COGNITIVOS
• Dificultad para manejar diversas informaciones.
• Lentitud para procesar y codificar la información y dificultad para interpretarla.
• Les resultan dificultosos los procesos de conceptualización, abstracción, generalización y transferencia de los aprendizajes.
Sugerencias de intervención:
• Es conveniente hablarles despacio, con mensajes breves, concisos, sencillos, directos y sin doble sentido.
• Se les ha de dar tiempo para que contesten, sin adelantarse a su posible respuesta.
• Es preciso explicarles hasta las cosas más sencillas, no dando por supuesto que saben algo si no lo demuestran haciéndolo.
• Se ha de prever en la programación la generalización y mantenimiento de las conductas, practicándolas en diferentes lugares y momentos.
MEMORIA
• Memoria procedimental y operativa, bien desarrollada (pueden realizar tareas secuenciadas con precisión).
• Mejor memoria visual que auditiva.
• Les cuesta seguir más de 3 instrucciones dadas en orden secuencial.
• Son capaces de retener de 3 a 6 dígitos tras escucharlos (3-4 dígitos en la mayor parte de los casos / 3-5 ímágenes).
Sugerencias de intervención:
• Es esencial el entrenamiento de la memoria.
• Necesitan que se les proporcionen estrategias (subvocalizar, nombrar los objetos, agruparlos en categorías).
• Es recomendable practicar en las tareas cotidianas en casa y en el colegio (transmitir recados, por ejemplo).
LENGUAJE
• El nivel lingüístico va por detrás de su nivel lector, de su capacidad social y de su inteligencia general.
• Mejor puntuación en pruebas manipulativas que verbales.
• Tienen dificultad para dar respuestas verbales; dan mejor respuestas motoras.
• Tienen mejor capacidad de lenguaje comprensivo que expresivo.
Sugerencias de intervención:
• El lenguaje es conveniente que sea trabajado individualmente con cada uno de
ellos, incluso con el apoyo de especialistas.
• En la clase, utilizar lo menos posible exposiciones orales y largas explicaciones.
• A hablar se aprende hablando. Hablarles y escucharles son las mejores estrategias.
• El ordenador puede ser un instrumento muy útil para alcanzar estos objetivos.
• La lectura y la escritura favorecen el desarrollo de su lenguaje.
CONDUCTA
• No suelen presentar problemas destacables de conducta.
• La mayoría pueden incorporarse con facilidad a entornos sociales normalizados, como los centros de integración escolar.
• A veces son necesarios programas de modificación de conducta y de apoyo conductual positivo, que por lo común dan buenos resultados con ellos.
Sugerencias de intervención:
• Lo más importante es la normalización, es decir, tratarles del mismo modo que a los demás y exigirles lo mismo que a ellos.
• Tanto la sobreprotección como la dejadez y el abandono son actuaciones negativas.
• Principio de actuación: las tres “R”: Reglas – Rutinas – Responsabilidades.
• En el caso de los colegios, la coordinación entre todos los profesores y con la familia es esencial para intervenir en aspectos de conducta.
SOCIABILIDAD
• En conjunto alcanzan un buen grado de adaptación social.
• Sin una intervención sistemática su nivel de interacción social espontáneo es bajo.
• Suelen mostrarse dependientes de los adultos.
• Se dan en ocasiones problemas de aislamiento en situación de hipotética integración.
Sugerencias de intervención:
• Es conveniente establecer normas claras y razonadas.
• Se ha de proporcionar control conductual externo, como paso previo hacia el autocontrol,.
• Se recomienda la participación en todo tipo de actividades sociales en el entorno social real del niño.
• Los programas de entrenamiento en habilidades sociales pueden ser aplicados con éxito y se obtienen resultados observables en poco tiempo.
REFLEXIÓN FINAL
Cuando hace 30 años se describían las principales características psicológicas de las personas con síndrome de Down, se ofrecían peculiaridades como “sobrepeso”, “nula relación social”, “analfabetismo” y “deficiencia mental severa o profunda”. En la presentación actual, se muestra cómo estas limitaciones han sido superadas: términos tales como “adecuado estado de salud”, “aspecto externo correcto”, “hábitos de autonomía personal adquiridos”, lectores como grupo” “práctica de deportes”, “participación en diversos entornos sociales”, “discapacidad intelectual leve o moderada”, describen de forma más adecuada lo que es el síndrome de Down en la actualidad. Y ello es debido a que estas características no son estables, dado que se produce una interrelación constante entre condiciones ambientales y sustrato genético. La intervención ambiental produce mejoras observables incluso en una discapacidad con una carga genética tan substancial como es el síndrome de Down. El tono muscular, el nivel intelectual, las habilidades sociales, la lectura y la escritura o el lenguaje son campos en los que se han producido avances impensables hace algunos años. En esa línea se ha de seguir, con el convencimiento corroborado por los hechos de que la intervención educativa bien programada y sistemáticamente realizada produce resultados y es eficaz. Y la responsabilidad de ese avance recae en los educadores, padres y profesionales fundamentalmente, además de en otros colectivos sociales, como los médicos, los periodistas o los empresarios, cuya implicación en este proceso es fundamental".


Fuente: Fundación Síndrome de Down de Cantabria
Imagen: Gerardo y Alejandro en PDP

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Etiquetas: Aprendizajes, Artículos, Educación, Síndrome de Down

LA VENTA DE LA ENFERMEDAD, EN CONSIDERABLE AUMENTO

miércoles, 4 de mayo de 2011

Hoy en día existen millones de personas en el mundo, desde niños/as hasta adultos/as mayores que consumen y consumimos psicofármacos. Actualmente existe toda una cultura relacionada a la compra venta de la enfermedad, hace años que se viene hablando de este tema. Existen trastornos de todo tipo y para todos los gustos. Entre ellos uno llamado de piernas inquietas por ejemplo. El consumismo, ya no se limita a tiendas de ropa o gastronomía sino que se ha extendido también a las farmacias. Y también, más allá de todo esto, existen personas, incluso niños que verdaderamente necesitan tratamiento farmacológico y requieren del uso de drogas y psicotrópicos entre otras, eso es indudable. El siguiente video aporta consideraciones para tener en cuenta. Nos muestra entre otras cosas estrategias que utiliza el marketing de las industrias farmacéuticas para promocionar nuevas drogas y la proliferación y aumento de los trastornos. Las cifras son espeluznantes. ¿Que hay de cierto en todo esto? Una cosa no se puede negar, nos encaminamos a ser una sociedad cada vez más enferma y vulnerable en distintos sentidos y podemos caer en el uso arbitrario de medicamentos tras falsas promesas de recuperación. A modo de información. Para pensar

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Etiquetas: Derechos, Familia, Informaciones

DE ALEGRÍAS Y TRISTEZAS

lunes, 2 de mayo de 2011

Hoy me he enterado de una noticia dolorosa y me puse muy triste. Luego abro el correo y reviso lo que recibo y me topé con este artículo interesante. Para informarnos y pensar.
Entonces recuerdo algo que leí hace un tiempo de Punset sobre la infelicidad y lo busco.
¿Que es la felicidad? Cuanto hemos hablado de ella. Cuanto la deseamos. Cuanto nos engañamos creyendo que la tenemos y cuanto hacemos de malo para conseguirla. ¿Quien dijo que la supuesta felicidad que nos venden nos hará felices?. Según Punset solo los directivos de Coca Cola. Pero si creemos en este tipo de felicidad estaremos detrás de una realidad ficticia y la verdadera felicidad tiene que ver con la realidad. Que a veces es muy dura y nos pone tristes.
He tenido unos días particularmente difíciles semanas atrás. En realidad este año se ha venido muy difícil, al menos para todo mi entorno familiar y laboral, en una palabra para mi vida.
Sin embargo, he tenido un fin de semana agradable y acogedor. Se vino el frío y me inyectó una energía extra que ya la necesitaba. Hoy amanecí con un bienestar especial, me sentía alegre y muy motivada. ¿Y cuanto duró ese sentimiento? El tiempo entre que me levanté y llegué al trabajo, tal vez 50 o 60 minutos. Vivo muy cerca. Mi estado de ánimo cambió en segundos.
Es que esos instantes de felicidad que creemos tener resultan demasiado efímeros. La felicidad es un sentimiento tan particular y muy diferente en cada uno de nosotros. Algunas personas tendremos más limitaciones para ser felices, menos habilidades para tomar la vida con optimismo. Otras trataremos de ser infelices negando la felicidad que tenemos en nuestras narices. Algunas estaremos en un estado constante de infelicidad y resignadas como si eso fuera lo más natural del mundo. Otras buscando afanosamente o acumulando cosas en pos de la misma. Es que, ¿existe la felicidad o es una ilusión que nos mantiene vivos? ¿Será la búsqueda de la misma la que nos impulsa a ser felices?
Punset habla de la plasticidad cerebral y la capacidad de buscar en uno mismo, la posibilidad de cambiar, modificar esquemas, lograr y encontrar la libertad para ser felizmente libres.
OSHO dice que debemos festejar nuestras emociones, sean estas de tristeza o felicidad. Que la vida con ambas es dinámica y multidimensional. Y que debemos aprender ha apreciar la belleza de un momento triste, meditar sobre eso. Y estoy tratando de hacerlo.

Sabemos que la actitud es lo que cuenta. La tristeza y la felicidad definitivamente son emociones complemantarias. Al experimentarlas ambas, las conocemos y valoramos. Las reconocemos y las manejamos. La felicidad y la infelicidad van de la mano. Si viéramos a la felicidad como un imposible perderíamos la mitad de la batalla de vivir. Aprender a vivir no es fácil. Aprender a conocernos, aceptarnos y querernos a nosotros mismos y a los demás, dejarnos querer, disfrutar de lo que tenemos, aunque nos parezca poco. Estos cambios de chips mentales y emocionales los vivimos diariamente, cambios de alegrías a tristezas, cambios en nuestros procesos mentales. Son en estos momentos los que necesitamos recuperar el equilibrio para ser objetivos y seguir. Algunos dicen que se aprende y que la felicidad existe. Creamos en ello, o por lo menos creamos que la conseguiremos cuando seamos capaces de controlar nuestro estado de ánimo. Cuando aprendamos a vivir una vida más equilibrada emocionalmente. La vida es aprender de estas realidades que nos tocan y seguir viviendo para enfrentar lo que viene. Más dolor y por qué no, mucha más alegría.

Apenas pude me he sentado a escribir y a reflexionar. Me ha hecho bien, ya estoy mejor y lo quise compartir.


Imagen : Google

Publicado por Programa de Desarrollo Psicosocial 12 comentarios  

Etiquetas: Artículos, Vivencias y procesos

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