La ley sancionada tiene por objetivo “definir, prevenir e intervenir en los diversos tipos o modalidades de acoso u hostigamiento escolar en el ámbito educativo; así como adoptar las medidas que correspondan”, según el mismo documento. La ley es o sería aplicada para todos los alumnos dentro de las instituciones de enseñanza de gestión pública, privada o privada subvencionada de toda la República.
SEGUIMOS ESPERANDO
jueves, 31 de mayo de 2012
La ley sancionada tiene por objetivo “definir, prevenir e intervenir en los diversos tipos o modalidades de acoso u hostigamiento escolar en el ámbito educativo; así como adoptar las medidas que correspondan”, según el mismo documento. La ley es o sería aplicada para todos los alumnos dentro de las instituciones de enseñanza de gestión pública, privada o privada subvencionada de toda la República.
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Etiquetas: Artículos, Conducta, Derechos, Desafíos, Educación, Familia, Inclusión, Informaciones, Valores
ADOLESCENTES DIFÍCILES, LA MIRADA DE UN EXPERTO
martes, 29 de mayo de 2012
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Etiquetas: Artículos, Autonomía, Conducta, Desafíos, Educación, Habilidades Sociales, Valores, Vivencias y procesos
CON CAMBIAR LA CONDUCTA NO ALCANZA
martes, 22 de mayo de 2012
Ante los problemas de conducta a veces los padres y maestros consultan o proceden de alguna forma para lograr un cambio lo más rápido posible, erradicar el problema, la conducta que perturba. Muchas veces se hace esto pensando que interviniendo se dará el cambio y "fuera" problema. No es así. Siempre es importante analizar todos los contextos, la conducta inadecuada se da en un contexto. Analizar los antecedentes, los reforzadores, en el contexto que se da, con quién ocurre tal o cual conducta, son aspectos importantes de análisis para hacer la intervención. Y no tenemos que pensar solo en la "mera" intervención, sino cuál será la alternativa más correcta para remplazar dicha conducta inadecuada. Modificar un comportamiento es un proceso criterioso y responsable de parte del adulto interesado, implica seguimiento y conocimiento y por sobre respeto todo hacia el niño. El niño o niña que requiere ampliar su repertorio conductual inadecuado por otro más adaptativo para su beneficio. Por eso, como bien dice el encabezado del siguiente artículo llamado " Remplazar conductas, no sólo cambiar":
“No se trata de cambiar una conducta sino de reemplazarla por un comportamiento adecuado”.
"Cuando Susana bota al piso sus juguetes o cualquier objeto que tiene en la mano, su mamá no sabe qué hacer. Alvaro llora cuando quiere que su papá le compre galletas. Lucía empuja a sus compañeros en el colegio cuando juega. Estas son situaciones comunes que pueden verse diariamente en la casa y en el colegio en los niños con habilidades diferentes, pero ¿cuándo se convierten en un problema de conducta?
En su casa, Susana ahora bota hasta la cuchara y su mamá no puede continuar enseñándole a comer. Vemos entonces que esta conducta se ha vuelto problemática porque está interfiriendo con el aprendizaje de una habilidad que le servirá para ser independiente. Alvaro ahora todo lo pide llorando y su papá le ha dado un palmazo porque está "insoportable". Aquí vemos que esta conducta se presenta con mucha frecuencia y de manera intensa. En el colegio la profesora de Lucía ha tenido problemas porque ahora sus compañeros no quieren jugar con ella.
Estas situaciones describen lo que son las Conductas Problemáticas, que interfieren con los procesos de aprendizaje y de socialización, además de presentarse con mucha frecuencia e intensidad.
Estas conductas alteran la rutina familiar y hacen que los padres se preocupen excesivamente. Muchos tratan de encontrar explicaciones de lo que sucede en ellos mismos, como echándose la culpa por lo que sus hijos hacen. Lo cierto es que nadie está preparado para afrontar este tipo de situaciones, que se suma a la responsabilidad de criar a un niño con habilidades diferentes.
Los padres llevan a la crianza las experiencias que tuvieron cuando eran pequeños y de esa manera corrigen. Otros refuerzan las conductas problemáticas sin querer y también hay padres que son permisivos. En el caso de los niños con Síndrome Down, es común que presenten estas conductas y muchas más, como resultado de su aprendizaje inadecuado en el medio familiar en que viven, promovidos de manera accidental.
¿Qué pueden hacer los padres frente a estas conductas que alteran significativamente la rutina diaria familiar?
Lo primero que deben hacer es aprender a relajarse para afrontar los hechos con mucha calma y eficacia. La ira que sentirán en el momento que ocurre una conducta inadecuada no los ayudará a enseñarle a su hijo qué es lo que realmente deben hacer en forma adecuada.
Cada conducta de su hijo tiene un mensaje que deben aprender a interpretar si es que quieren ayudarlo. Es importante que antes de tomar la decisión de aplicar cualquier técnica para cambiar un comportamiento indeseado deban estudiarla detenidamente y hacerse la pregunta: "¿seremos capaces de afrontar de manera consistente y firme cada conducta que deseamos cambiar?”. La idea es clara, no sólo se trata de cambiar una conducta, sino de reemplazarla por un comportamiento deseado.
Cuando Susana escucha a su mamá decirle: "no se bota la cuchara", ella puede pensar: "entonces, ¿qué se bota?". Alvaro no sabe cómo pedir las cosas si escucha de su mamá solamente: "las cosas no se piden llorando". Lucía empuja a sus compañeros porque a ella le parece divertido y sólo le dijeron: "no se empuja".
Todos estos análisis nos llevan a tener que enseñarles lo que realmente tienen que hacer, siendo naturales en nuestras correcciones para que ellos puedan aprenderlas de manera eficaz.
Ahora la mamá de Susana le dice: "la cuchara es para comer" y le muestra cómo hacerlo. A Lucía le enseñaron a jugar a la ronda y coge de la mano a sus compañeros. Alvaro ahora pide lo que desea diciendo: "por favor".
Los padres tienen que ser consistentes cuando enseñen conductas adecuadas en reemplazo de las inadecuadas, involucrando a todos los miembros de la familia. Además de enseñar deben saber elogiar para que la conducta se establezca y se manifieste frecuentemente.
Muchas veces es más fácil observar los comportamientos inadecuados que los adecuados y es algo que es necesario cambiar.
También los padres pueden hacer un análisis funcional de la conducta inadecuada para poder identificar qué es lo que está sucediendo. En el análisis pueden identificar qué sucede antes que la conducta ocurra, con qué personas pasa esto y que es lo que sucede con el niño después de efectuada.
El hacer una lista de las conductas que son problemáticas es importante, estableciendo cuáles son las más urgentes por cambiar. Las técnicas que puedan utilizar deben ser siempre supervisadas por el profesional, lo que hará más efectiva la intervención. Recuerden que no siempre una buena técnica garantiza el cambio que esperamos, lo que garantiza la efectividad es la constancia y la firmeza que se tenga para aplicarla. Las conductas inadecuadas que el niño realice por obtener atención pueden disminuirse cuando sean ignoradas por los padres. Susana bota la cuchara y mira a su madre para ver su reacción; ella ahora no le dice nada y no la mira, esperando unos segundos para luego decirle para qué sirve. En su casa, cuando Alvaro llora y se tira al piso pidiendo galletas, su papá sale de la habitación y lo deja allí hasta que se calme, para luego enseñarle después cómo debe pedirlas.
Puede parecer que los padres no hacen nada para cambiar las cosas pero luego verán que al ignorar sistemáticamente las conductas inadecuadas conseguirán resultados asombrosos. Recuerden que no se debe ignorar sin elogiar, además, es importante saber que las conductas agresivas o peligrosas no deben ignorarse. Ignorar comportamientos inadecuados requiere que los padres tengan una preparación en cuanto deban incrementar su tolerancia a la tensión que pueden afrontar al realizarla.
El tener información acerca de los gustos y preferencias de su niño ayudará a establecer pequeñas recompensas para poder motivarlos a realizar comportamientos adecuados. Selecciónelas de acuerdo a la edad y déselas según el comportamiento adecuado. Recuerde entregarlas siempre y variarlas para que sean más eficaces.
El castigo no es lo más eficaz para disminuir una conducta inadecuada. Deteriora la relación positiva que debe existir entre los padres y su hijo, además que tiene efectos secundarios que se deben tener en cuenta. Los niños con habilidades diferentes imitan con mucha facilidad y al castigarlos ellos castigarán igual. Además, los llenará de angustia y de temor, siendo posible que en el futuro se hagan resistentes al castigo.
Debe existir siempre un balance entre las correcciones y el afecto que se brinda al niño con habilidades diferentes. Los padres siempre esperarán que su hijo se porte bien y cuando esto no ocurra, deberán tener la paciencia necesaria para saber cambiar ellos sus conductas si desean que su hijo las cambie, además de aprender a controlarlo o corregirlo de manera amigable sin castigarlo de manera severa. Ante las dudas de cómo actuar o corregir busque siempre la ayuda profesional, en los Centros especializados".
“Los Problemas de Conducta interfieren en los procesos de aprendizaje y socialización”.
“No siempre una buena técnica garantiza el cambio que esperamos, lo que garantiza la efectividad es la consistencia y la firmeza que se tenga para aplicarla”.
Artículo publicado en el Boletín de la Sociedad Peruana de Síndrome de Down
Lic. Oswaldo Neira Begazo
Psicólogo. Especialista en Modificación de Conducta
Imagen: arteenmarcos.com
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Etiquetas: Aprendizajes, Artículos, Conducta, Educación
VIOLENCIA DOMÉSTICA, CORTAR EL CÍRCULO VICIOSO
jueves, 17 de mayo de 2012
"La violencia es un circuito con leyes propias. Entramos en ese circuito desde el mismo instante en que nacemos en el seno de una familia violenta. Aunque tendríamos que dejar en claro que no nos referimos solamente a la violencia “visible”, la que se manifiesta a través de los golpes, gritos o amenazas, sino también a la “invisible”, la violencia del desamparo, del abandono, de la falta de mirada o sostén.
Muchos de nosotros provenimos de familias donde lo que “nos sucedía” no era muy tomado en cuenta, y donde la educación estaba basada en conceptos autoritarios y rígidos. Incluso si no hubo golpes o gritos, podemos haber vivido innumerables situaciones de soledad, donde nuestra alma infantil, nuestras percepciones o añoranzas quedaban muy lejos del mundo de los demás.
Partiendo de esa realidad, hemos construido modalidades de supervivencia. A veces obligando a los otros a someterse a nuestros deseos o necesidades, identificándonos con alguno de nuestros padres. Así nos calzamos el personaje del “victimario”, relacionándonos con el otro sólo si se hace lo que supuestamente queremos. Otras veces adoptamos el personaje complementario, relegando todo lo valioso que hay en nuestro interior en beneficio del deseo o la necesidad del otro. Es decir, nos calzamos el traje de “víctima”. Desde allí, parece que sólo existimos en la medida en que el otro nos humilla, nos descalifica o nos desprecia.
No importa si nos hemos investido de uno u otro personaje, porque somos dos caras de la misma moneda. Provenimos ambos de historias de abuso emocional, de desiertos afectivos y desamor. Estamos carentes y desesperadamente necesitados, pero lo manifestamos de formas diferentes. Por otra parte, no podemos vivir uno sin el otro, porque en el fondo nos comprendemos.
Esa es la trampa cuando abordamos el problema de la violencia doméstica, generalmente manifestada entre el varón victimario y la mujer víctima. El problema no pasa por lograr que la mujer “se salve” de las garras del varón que la mortifica, porque hagamos lo que hagamos, esa mujer permanecerá allí, en ese lugar calentito que se asemeja a sus experiencias de amor primario. Y no hay muchos lugares tanto más dulces hacia donde escapar.
Por eso, un abordaje verdaderamente sanador, fuera de los prejuicios y las opiniones sobre moral y buenas costumbres, merece realizarse bajo la comprensión de lo que nos pasó, desnudando el desamparo en el que nos hemos criado, reconstruyendo a su vez los desvalimientos de los que han sido víctimas nuestros padres cuando fueron niños; y buscando cual detectives todas las piezas faltantes hasta terminar el rompecabezas de nuestras vidas. Así podremos saber con qué contamos cuando pretendemos vincularnos con los otros. A lo sumo sabremos que no tenemos restos emocionales para el intercambio amoroso. Pero la culpa no será del otro. Es más, no habrá culpas. Si podemos hacerlo, constataremos que el cuento de La Bella y La Bestia es sólo eso: un cuento".
Laura Gutman
Fuente: http://www.lauragutman.com.ar/
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Etiquetas: Aprendizajes, Artículos, Familia
AUNQUE NADIE LO NOMBRE, MAMÁ
lunes, 14 de mayo de 2012
En primer lugar a nuestra madre, a quienes amamos por sobre todas las cosas y agradecemos profundamente su cariño y entrega.
A las demás madres de nuestra familia, nuestras hermanas.
A la mamá del hijo de Rodrigo.
A las amigas que son mamás.
A las mamás que nos acompañan a diario, las mamás de nuestros pacientes o alumnos con quienes compartimos el esfuerzo, las alegrías y las tristezas que forman parte de esta tarea, la de educar a través del amor.
Luego, a esa gran cantidad de mamás que conocimos en nuestro largo trayecto trabajando con ellas y sus hijos y con algunas de las cuales seguimos en contacto.
A las mamis de los blogs amigos. A las madres que conocemos y que no.
También a esas madres de nuestra tierra, trabajadoras, campesinas o indígenas, mujeres sufridas, a veces maltratadas y solas que luchan diariamente por dar de comer y educar a sus hijos en medio de tanta indigencia.
Feliz día de la madre !!
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Etiquetas: Celebraciones, Familia, Vivencias y procesos
HASTA CUANDO !!??. LA CRUELDAD HUMANA NO TIENE LÍMITES
martes, 8 de mayo de 2012
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TODO UN DILEMA, ENCONTRAR UN COLEGIO ADECUADO PARA UN HIJO ASPERGER
jueves, 3 de mayo de 2012
Elegir un colegio adecuado para cualquier niño o niña puede ser estresante para los padres. Encontrar uno para un niño o niña con Asperger o con TEA mucho más, y en ocasiones a veces se hace muy dificultoso.
Cada niño/a merece una educación significativa y funcional. Si nos basamos en este criterio lo más lógico sería entonces que la institución educativa que incluya a niños/as con Asperger no solo tiene que estar preparada desde la evaluación inicial en relación a las áreas académicas, sociales-conductuales, sino además con criterios unificados para hacer las adecuaciones curriculares correspondiente según la necesidad de ese niño/a.
Otro punto importante es la exposición del niño o niña a situaciones innecesarias durante el proceso de admisión, la evaluación o las pruebas y más adelante una vez aceptado o admitido a tratos no acordes y menos aún inclusivos de parte de adultos o de compañeros. El reforzamiento inadecuado de conductas, el trato sobreprotector, la discriminación, el rechazo, o el bullying escolar entre otros.
Imagen: Google
GRACIAS POR EL PREMIO!!!
miércoles, 2 de mayo de 2012
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