Sigamos con las famosas pataletas y berrinches.
Si bien los berrinches son típicos en niños/as pequeños hay algunos niños/as que hacen menos o incluso no llegan a presentarlos. Cada niño tiene su particularidad, temperamento diferente y forma de expresar sus sentimientos y de relacionarse con sus padres y madres. Algunas veces se producen por la pobre comunicación del mismo/a y o con él/ella, por desconocimiento de los padres/madres sobre su manejo o por normas muy rígidas o inadecuadas para la edad del niño/a.
Los padres, madres y personas a cargo debemos aprender a decir NO, pero este No debe ser oportuno, claro y conciso. No importa donde podamos estar, debemos ser constantes en la manera en que disciplinamos. Y la falta de una disciplina o reglas establecidas, son las que hacen que los niños y niñas traten de ser los que lleven el control de estas situaciones.
Si damos a un niño/a de 2 o 3 años lo que pide, para que se calle, es lo mismo que decirle; cuando quieras algo solo llora y lo tendrás. Pensamos que no estamos haciendo ningún daño, pero es el primer paso para que el niño/a tome control de la situación y el adulto no pase a ser una persona significativa en sus vidas.
Cuando hablamos de disciplina, que no quiere decir gritarle, agredirle, maltratarle o humillarlo en público, quiere decir que vamos a enseñarles desde la casa, en la vida cotidiana, pues estos berrinches en público, son una muestra de lo que pasa dentro de la misma.
La disciplina ideal es una disciplina con amor, paciencia y constancia. Es hablar con el niño y la niña y explicarle por qué no vamos a hacer lo que pide. Por que si decimos NO, debe haber una razón o circunstancia, y ellos están en todo su derecho de conocerla y entenderla desde sus posibilidades.
Creemos muchas veces, que no son capaces de entender las razones, por lo que nos cerramos a hablar con ellos/as, y lo que creamos es una separación en la comunicación que con el tiempo y los años puede agrandarse.
COMO ACTUAR ANTE UN BERRINCHE Lo mejor es ignorar el comportamiento del niño/a indudablemente, la conducta no reforzada tiende a extinguirse. Sin establecer contacto visual. Según el lugar donde se produzca, si es posible, dejarlo solo, que calme su enojo o llevarlo a un sitio más privado, seguro y dejar que se tranquilice. A veces es necesario la contención, tocarlo, sostenerlo y hasta alzarlo/a si vemos que va bajando el nivel.
QUE HACER Lo primero, mantener la calma, desdramatizar la situación ayuda a ver las cosas de un modo más realista. Cambiar el foco de atención, distraerlos con otra actividad. Contemplar el momento que está atravesando, suceso particular, sueño, cansancio, hambre, cambios u otro. Flexibilizar nuestras demandas cuando sus posibilidades de cumplirlas están debilitadas. Permitirles que liberen la angustia brindándole un espacio donde no puedan lastimarse ni que queden expuestos a los demás. No intentar razonar durante el berrinche. No acrecentarlo con frases y miradas culpabilizadoras, evitar expresar rabia y mirarlo/a solo si está bajo control. No dar más atención de la debida, que sea justa para evitar reforzar la conducta. Ser consistentes y consecuentes.
TENEMOS QUE EVITAR Ceder o satisfacer el capricho del niño/a, desesperarnos, perder la calma, gritar o golpear al niño/a, o darle o exigirle explicaciones.
QUE HACER DESPUES Acercarnos al niño/a afectuosamente, colocarnos a su altura, mirarlo/a a los ojos, generar contacto corporal firme y amable, escucharlo/a, validar sus sentimientos y explicarle que hay otras conductas más aceptables para expresar su ira y su frustración. No menospreciar sus sentimientos o ignorarlos: su sentimiento debe ser respetado, escuchado y puesto en palabras. Ser precisos con nuestros dichos: es importante que sepa que su conducta es inaceptable y que puede aprender de lo ocurrido. Proponerle una opción admisible para alcanzar lo que desea o para reparar su error. Cuanto más participe en hallar nuevas vías de soluciones y para enmendar sus faltas, mejores resultados. No dar demasiadas explicaciones, no dar recompensas materiales para que se calme, no pasar facturas, no sermonear.
COMO PREVENIR UN BERRINCHE Se deben fijar normas y límites claros que el niño/a conozca, así como ser consistentes y coherentes con las normas que se fijan en el hogar. Además, es fundamental conocer al niño/a, comunicarse con él, saber qué le gusta, qué le disgusta y cuándo y qué le desencadena los berrinches. ANTICIPARNOS Explicándole lo que va a pasar. Si nos comunicamos, escuchamos y enseñamos a los niños/as desde pequeños, cuando aparezcan los berrinches podremos tomar el control más fácilmente.
COMO DISMINUIR UN BERRINCHE Dándole buen ejemplo al niño/a, enseñándole a expresar sus sentimientos en forma oportuna y según situación. Reforzándole los comportamientos positivos, escuchando al niño/a, lo que dice, tratando de entender lo que no dice y lo que quiere decir. Además, cumpliéndole consistentemente lo que se le promete, sean premios o pérdidas de privilegio. Nunca amenazar o dearle promesas falsas.
SI NO DISMINUYEN Preguntémonos: si insiste… consigue lo que quiere? Las otras personas con quien convive… comparten las mismas normas? La pauta es… inestable o específica?
HASTA DONDE SON ESPERABLES LOS BERRINCHES
Hasta que el niño/a aprenda a tolerar el límite, controlarse y autorregularse, aproximadamente a los 4-5 años. A medida que crecen van desapareciendo gracias a las adquisiciones propias del proceso madurativo, aumento de la comunicación y uso de alternativas, aumento de la seguridad y confianza y la experiencia y satisfacción de resolver sus problemas.
CUANDO PREOCUPARNOS La persistencia de los berrinches puede ser un comportamiento inadecuado, y deberse a una respuesta a un ambiente inadecuado en el hogar, con malas relaciones entre los padres y con el niño, normas confusas e incoherentes o una forma de llamar la atención del niño/a. Antes de consultar con un psicólogo o terapeuta familiar tenemos que revisar el proceso de comunicación de los padres y demás adultos significativos en el proceso de crianza y educación del niño/a Debemos preocuparnos si su intensidad aumenta en vez de decrecer, cuando son muy frecuentes y continuos, si el niño/a aguanta la respiración, tiene espasmos o se desmaya, si se hace daño a si mismo/a y a los demás y si empeoran después de los 4 años.
Si bien los berrinches son típicos en niños/as pequeños hay algunos niños/as que hacen menos o incluso no llegan a presentarlos. Cada niño tiene su particularidad, temperamento diferente y forma de expresar sus sentimientos y de relacionarse con sus padres y madres. Algunas veces se producen por la pobre comunicación del mismo/a y o con él/ella, por desconocimiento de los padres/madres sobre su manejo o por normas muy rígidas o inadecuadas para la edad del niño/a.
Los padres, madres y personas a cargo debemos aprender a decir NO, pero este No debe ser oportuno, claro y conciso. No importa donde podamos estar, debemos ser constantes en la manera en que disciplinamos. Y la falta de una disciplina o reglas establecidas, son las que hacen que los niños y niñas traten de ser los que lleven el control de estas situaciones.
Si damos a un niño/a de 2 o 3 años lo que pide, para que se calle, es lo mismo que decirle; cuando quieras algo solo llora y lo tendrás. Pensamos que no estamos haciendo ningún daño, pero es el primer paso para que el niño/a tome control de la situación y el adulto no pase a ser una persona significativa en sus vidas.
Cuando hablamos de disciplina, que no quiere decir gritarle, agredirle, maltratarle o humillarlo en público, quiere decir que vamos a enseñarles desde la casa, en la vida cotidiana, pues estos berrinches en público, son una muestra de lo que pasa dentro de la misma.
La disciplina ideal es una disciplina con amor, paciencia y constancia. Es hablar con el niño y la niña y explicarle por qué no vamos a hacer lo que pide. Por que si decimos NO, debe haber una razón o circunstancia, y ellos están en todo su derecho de conocerla y entenderla desde sus posibilidades.
Creemos muchas veces, que no son capaces de entender las razones, por lo que nos cerramos a hablar con ellos/as, y lo que creamos es una separación en la comunicación que con el tiempo y los años puede agrandarse.
COMO ACTUAR ANTE UN BERRINCHE Lo mejor es ignorar el comportamiento del niño/a indudablemente, la conducta no reforzada tiende a extinguirse. Sin establecer contacto visual. Según el lugar donde se produzca, si es posible, dejarlo solo, que calme su enojo o llevarlo a un sitio más privado, seguro y dejar que se tranquilice. A veces es necesario la contención, tocarlo, sostenerlo y hasta alzarlo/a si vemos que va bajando el nivel.
QUE HACER Lo primero, mantener la calma, desdramatizar la situación ayuda a ver las cosas de un modo más realista. Cambiar el foco de atención, distraerlos con otra actividad. Contemplar el momento que está atravesando, suceso particular, sueño, cansancio, hambre, cambios u otro. Flexibilizar nuestras demandas cuando sus posibilidades de cumplirlas están debilitadas. Permitirles que liberen la angustia brindándole un espacio donde no puedan lastimarse ni que queden expuestos a los demás. No intentar razonar durante el berrinche. No acrecentarlo con frases y miradas culpabilizadoras, evitar expresar rabia y mirarlo/a solo si está bajo control. No dar más atención de la debida, que sea justa para evitar reforzar la conducta. Ser consistentes y consecuentes.
TENEMOS QUE EVITAR Ceder o satisfacer el capricho del niño/a, desesperarnos, perder la calma, gritar o golpear al niño/a, o darle o exigirle explicaciones.
QUE HACER DESPUES Acercarnos al niño/a afectuosamente, colocarnos a su altura, mirarlo/a a los ojos, generar contacto corporal firme y amable, escucharlo/a, validar sus sentimientos y explicarle que hay otras conductas más aceptables para expresar su ira y su frustración. No menospreciar sus sentimientos o ignorarlos: su sentimiento debe ser respetado, escuchado y puesto en palabras. Ser precisos con nuestros dichos: es importante que sepa que su conducta es inaceptable y que puede aprender de lo ocurrido. Proponerle una opción admisible para alcanzar lo que desea o para reparar su error. Cuanto más participe en hallar nuevas vías de soluciones y para enmendar sus faltas, mejores resultados. No dar demasiadas explicaciones, no dar recompensas materiales para que se calme, no pasar facturas, no sermonear.
COMO PREVENIR UN BERRINCHE Se deben fijar normas y límites claros que el niño/a conozca, así como ser consistentes y coherentes con las normas que se fijan en el hogar. Además, es fundamental conocer al niño/a, comunicarse con él, saber qué le gusta, qué le disgusta y cuándo y qué le desencadena los berrinches. ANTICIPARNOS Explicándole lo que va a pasar. Si nos comunicamos, escuchamos y enseñamos a los niños/as desde pequeños, cuando aparezcan los berrinches podremos tomar el control más fácilmente.
COMO DISMINUIR UN BERRINCHE Dándole buen ejemplo al niño/a, enseñándole a expresar sus sentimientos en forma oportuna y según situación. Reforzándole los comportamientos positivos, escuchando al niño/a, lo que dice, tratando de entender lo que no dice y lo que quiere decir. Además, cumpliéndole consistentemente lo que se le promete, sean premios o pérdidas de privilegio. Nunca amenazar o dearle promesas falsas.
SI NO DISMINUYEN Preguntémonos: si insiste… consigue lo que quiere? Las otras personas con quien convive… comparten las mismas normas? La pauta es… inestable o específica?
HASTA DONDE SON ESPERABLES LOS BERRINCHES
Hasta que el niño/a aprenda a tolerar el límite, controlarse y autorregularse, aproximadamente a los 4-5 años. A medida que crecen van desapareciendo gracias a las adquisiciones propias del proceso madurativo, aumento de la comunicación y uso de alternativas, aumento de la seguridad y confianza y la experiencia y satisfacción de resolver sus problemas.
CUANDO PREOCUPARNOS La persistencia de los berrinches puede ser un comportamiento inadecuado, y deberse a una respuesta a un ambiente inadecuado en el hogar, con malas relaciones entre los padres y con el niño, normas confusas e incoherentes o una forma de llamar la atención del niño/a. Antes de consultar con un psicólogo o terapeuta familiar tenemos que revisar el proceso de comunicación de los padres y demás adultos significativos en el proceso de crianza y educación del niño/a Debemos preocuparnos si su intensidad aumenta en vez de decrecer, cuando son muy frecuentes y continuos, si el niño/a aguanta la respiración, tiene espasmos o se desmaya, si se hace daño a si mismo/a y a los demás y si empeoran después de los 4 años.
Imagen: Foto de Raúl en PDP
5 comentarios:
Lo que noto en algunos padres, es que si quiere determinado objeto, le dicen no...ante la rabieta, ahí se lo dán para que los dejen tranquilos.
Entonces en los negocios, en la escuela, hacen lo mismo.
No me ha salido bien lo de poner límites, hace un tiempo atrás dije 'he sido una buena mamá', ahora necesito la ayuda de mi terapeuta para resolver el problema -la semana que viene tengo turno, me dirá qué debo corregir o lo que le parezca-
El problema es que ya no es una niña, imposible que concurra a un/a psicólogo/a, no quiere...entonces veré la forma con la ayuda del psiquiatra.
Se está haciendo duro sin la ayuda del papá, no es que no quiera sino que parece no sabe cómo resolverlo.
Creo que la tarea de poner límites, tiene tantas sugerencias como niños.
Besos tesoro!
Graciela, cuando crecen los hijos cada etapaa nos pone a prueba, tenemos que replantearnos las pautas que usamos. Me parece perfecto que pidas ayuda. Es bueno que tu hija sea capaz de auto cuestionarse y cuestionar el entorno y pasar de ser una adolescente a ser un adulta con autoafirmación. Saber como manejarte ante sus actitudes sin una rigidez exagerada es importante. Debemos estimular la parte adulta de los hijos y reconocer que a veces actuamos como niños con miedo, verdad? Abrazos y buen fin de semana, Carmen
El otro día una amiga mía me decía que a veces hace falta que nos digan algo tan obvio como que no hay que darle algo al chico xq hace un berrinche, xq muchas veces creemos q si se los damos el berrinche desaparece y al final, en realidad va siendo cada vez peor. Fue una de las primeras cosas q me dijo mamá, el no, es no, y si te equivocaste ne decirlo la primera vez, lo corregís en otro momento. La verdad es q nosotros a veces ignoramos el berrinche solo x cansancio, pero lo mejor es q funciona!!!!
En casa, estamos en una buena etapa en este momento, esperemos q dure unos días sin berrinches :)
Besotes
El procedimiento de ignorar o extinción suprime el reforzador de una conducta previamente reforzada, en este caso el berrinche. Si no le damos atención, aprobación, reforzadores materiales es más probable que desaparescan o si no, se mantienen y lo que es peor aumentan. Tu mamá bien sabe. Que esten bién Marina, muchos cariños, Carmen
gracias...!! me ayudaron en un momento de desesperacion... tengo un bebe de 2 años y un poco de neurosis... mala combinacion... pero gracias x sus consejos... ya los sigo y estare muy pendiente de su informacion... me parece un blog maravilloso..!
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