El hecho de ser personas que no siempre conciliamos con capacidades de socializar en distintos ámbitos y en diferentes situaciones, nos hace más exclusivos que inclusivos. Esto, planteado desde el punto de vista pedagógico, supone que la Educación Inclusiva debe tener una estrecha relación con la Educación que normalmente entregan las escuelas, es decir, atiende a una diversidad de personas; con distintos intereses, necesidades, aspiraciones, creencias, etc.
Y esto es lo que debe asumirse como que somos distintos unos de otros y por lo tanto, no se debiera actuar como si todas las personas tuviéramos que reaccionar de la misma manera frente a estímulos determinados o que nuestras/os alumnas y alumnos tuvieran que aprender todos de la misma forma y con los mismos grados de exigencias para tener como resultado aprendizajes óptimos. El enfoque de Educación Inclusiva reconoce que lo que nos caracteriza a los seres humanos es precisamente el hecho de que somos distintas/os las/os unas/os a los otras/os y que por tanto, las diferencias no constituyen excepciones.
Desde esta perspectiva, las Instituciones educativas no debieran obviar la normalización ni la inclusión y actuar como si todas las niñas y niños aprendieran de la misma forma, bajo las mismas condiciones, a la misma velocidad y ritmo, sino por el contrario, tienen la responsabilidad social de desarrollar nuevas formas de enseñanza, que tengan en cuenta y respondan a esa diversidad de características y necesidades que presentan las alumnas y alumnos en su medio y llevar a la práctica los principios de una educación con igualdad de oportunidades para todas y todos.
Por lo dicho las tendencias de la Educación apuntan a eliminar, en lo posible, las barreras que existen para la participación activa y el aprendizaje óptimo de todas las niñas y niños tanto con necesidades educativas, trastornos de aprendizajes o los que se encuentran en situación de alta vulnerabilidad o desventaja social.
Si valoramos de buena forma lo anterior, también comprenderemos mejor que el sistema educativo tiene como norte valorar la diversidad como un elemento que enriquezca el desarrollo personal y social de cada alumna y alumno que participa de la comunidad educativa con una política de inclusión clara, motivadora y con interés de enriquecer la cultura escolar.
Y es por eso que las políticas educacionales se tienen que preocupar, de una u otra forma, de mostrar un currículo amplio y flexible que posibilite aceptar la diversidad y adaptarse a las diferentes necesidades culturales, sean estas sociales o individuales de las niñas o niños. Por eso, a través de la educación inclusiva tiene que existir el ánimo y el afán de poder aminorar las barreras que pudieran existir para una mejor convivencia entre las niñas y niños con y sin discapacidad, y que de esa manera puedan hacer efectivo su derecho a la educación en un ambiente de igualdad y de participación, de armonía y enriquecimiento social.
La educación inclusiva no solo plantea la tolerancia en el trato de las personas y en el funcionamiento de las instituciones, sino que la educación inclusiva está llamada a estimular las diversas condiciones de los seres humanos.
El mantenimiento del modelo de educación homogénea y uniforme que empezó a regir en el siglo XVIII y que se extiende hasta nuestros días, puede ofrecer un servicio diferenciado según modalidades, edades o contextos sociales, pero siempre se orientará a obtener los mismos resultados considerados deseables. Sólo la superación de esa concepción uniformadora producirá una noción de educación genuinamente centrada en las personas, comprometida con el desarrollo óptimo de sus mejores competencias.
Trasladar el análisis de esta problemática a la educación inicial permite, profundizar en las verdaderas ventajas de la atención temprana de la infancia. Pero esta educación no podrá dedicarse a revelar las potencialidades, capacidades y recursos de los niños/as atendidos/as, si al mismo tiempo no se establecen las condiciones pedagógicas adecuadas para ello.
La Inclusión
- Hace relación a los cambios que la sociedad y la escuela necesitan realizar para que todas las niñas y niños estén considerados en igualdad de derechos.
- Aparece como una alternativa a la integración, que ofrecía una educación de menor calidad a las personas con N.E.E.
- Defiende las diferencias individuales. Enseña a todas y todos a comprender y aceptar las diferencias.
- Educa a niñas y niños que por otros motivos: culturales, económicos, lingüísticos, de género, etc. No han tenido acceso a la escuela.
- Apoya a maestras y maestros de la modalidad regular a trabajar con la diversidad.
- Hace que la niña y niño con N.E.E. adquiera un programa individual en base a sus necesidades.
-Trabaja la misma área de aprendizaje que el resto del grupo. Respeta los procesos de aprendizaje.
-Se centra en cómo construir un sistema que incluya a todas y todos y responda a las necesidades educativas de niñas, niños, y la responsabilidad se sitúa en el personal de la escuela regular.
-Hace énfasis en lo que la niña o el niño puede hacer (modelo competencial), no en lo que no puede (modelo de déficit).
-Es una cuestión de derecho, de equidad y de lucha contra la desigualdad.
La inclusión implica preparar y apoyar a los profesores para que enseñen interactivamente. Los cambios en el curriculum están estrechamente ligados a los cambios en su pedagogía.
El modelo de aula de un profesor que trata de satisfacer las necesidades de una clase entera de niños/as por sí solo, está siendo reemplazado por estructuras en las que los y las estudiantes trabajan juntos/as, se enseñan mutuamente y participan activamente en su propia educación y en la de sus compañeros/as.
La relación entre las aulas inclusivas y el aprendizaje cooperativo está empezando a ser bastante clara (Sapon-Shevin, 1994); no queremos estudiantes incluidos en aulas para competir con los demás, sino para que aprendan con y de otros.
Ninguna niña y niño debería tener que soportar la inflexibilidad, los curriculum aburridos, la falta de creatividad, la reglamentación excesiva, el exceso de estandarización y las concepciones limitadas de la enseñanza y el aprendizaje. La mejora en estas áreas dentro de un contexto de reforma estructural y coherente dará como resultado una mayor aceptación y aprendizaje de todas las niñas y niños.
En consecuencia con lo anterior parece un imperativo para la atención a la diversidad y lograr avanzar hacia la escuela inclusiva, incorporar las tecnologías de la información y las comunicaciones (TICS) en la didáctica de los maestros, en los procesos de la escuela y en cada aula.
Esto necesariamente implica una forma diferente de pedagogía, nuevos modelos de enseñanza y de aprendizaje y contribuye a disminuir la brecha de desigualdades, permitiendo una educación más individualizada, más flexible, basada en recursos interactivos, lo que sin duda contribuye a mejorar la calidad y equidad en la educación actual.
Estrategias a través de la práctica en el aula
Estas deben deben basarse en tres puntos esenciales:
Y esto es lo que debe asumirse como que somos distintos unos de otros y por lo tanto, no se debiera actuar como si todas las personas tuviéramos que reaccionar de la misma manera frente a estímulos determinados o que nuestras/os alumnas y alumnos tuvieran que aprender todos de la misma forma y con los mismos grados de exigencias para tener como resultado aprendizajes óptimos. El enfoque de Educación Inclusiva reconoce que lo que nos caracteriza a los seres humanos es precisamente el hecho de que somos distintas/os las/os unas/os a los otras/os y que por tanto, las diferencias no constituyen excepciones.
Desde esta perspectiva, las Instituciones educativas no debieran obviar la normalización ni la inclusión y actuar como si todas las niñas y niños aprendieran de la misma forma, bajo las mismas condiciones, a la misma velocidad y ritmo, sino por el contrario, tienen la responsabilidad social de desarrollar nuevas formas de enseñanza, que tengan en cuenta y respondan a esa diversidad de características y necesidades que presentan las alumnas y alumnos en su medio y llevar a la práctica los principios de una educación con igualdad de oportunidades para todas y todos.
Por lo dicho las tendencias de la Educación apuntan a eliminar, en lo posible, las barreras que existen para la participación activa y el aprendizaje óptimo de todas las niñas y niños tanto con necesidades educativas, trastornos de aprendizajes o los que se encuentran en situación de alta vulnerabilidad o desventaja social.
Si valoramos de buena forma lo anterior, también comprenderemos mejor que el sistema educativo tiene como norte valorar la diversidad como un elemento que enriquezca el desarrollo personal y social de cada alumna y alumno que participa de la comunidad educativa con una política de inclusión clara, motivadora y con interés de enriquecer la cultura escolar.
Y es por eso que las políticas educacionales se tienen que preocupar, de una u otra forma, de mostrar un currículo amplio y flexible que posibilite aceptar la diversidad y adaptarse a las diferentes necesidades culturales, sean estas sociales o individuales de las niñas o niños. Por eso, a través de la educación inclusiva tiene que existir el ánimo y el afán de poder aminorar las barreras que pudieran existir para una mejor convivencia entre las niñas y niños con y sin discapacidad, y que de esa manera puedan hacer efectivo su derecho a la educación en un ambiente de igualdad y de participación, de armonía y enriquecimiento social.
La educación inclusiva no solo plantea la tolerancia en el trato de las personas y en el funcionamiento de las instituciones, sino que la educación inclusiva está llamada a estimular las diversas condiciones de los seres humanos.
El mantenimiento del modelo de educación homogénea y uniforme que empezó a regir en el siglo XVIII y que se extiende hasta nuestros días, puede ofrecer un servicio diferenciado según modalidades, edades o contextos sociales, pero siempre se orientará a obtener los mismos resultados considerados deseables. Sólo la superación de esa concepción uniformadora producirá una noción de educación genuinamente centrada en las personas, comprometida con el desarrollo óptimo de sus mejores competencias.
Trasladar el análisis de esta problemática a la educación inicial permite, profundizar en las verdaderas ventajas de la atención temprana de la infancia. Pero esta educación no podrá dedicarse a revelar las potencialidades, capacidades y recursos de los niños/as atendidos/as, si al mismo tiempo no se establecen las condiciones pedagógicas adecuadas para ello.
La Inclusión
- Hace relación a los cambios que la sociedad y la escuela necesitan realizar para que todas las niñas y niños estén considerados en igualdad de derechos.
- Aparece como una alternativa a la integración, que ofrecía una educación de menor calidad a las personas con N.E.E.
- Defiende las diferencias individuales. Enseña a todas y todos a comprender y aceptar las diferencias.
- Educa a niñas y niños que por otros motivos: culturales, económicos, lingüísticos, de género, etc. No han tenido acceso a la escuela.
- Apoya a maestras y maestros de la modalidad regular a trabajar con la diversidad.
- Hace que la niña y niño con N.E.E. adquiera un programa individual en base a sus necesidades.
-Trabaja la misma área de aprendizaje que el resto del grupo. Respeta los procesos de aprendizaje.
-Se centra en cómo construir un sistema que incluya a todas y todos y responda a las necesidades educativas de niñas, niños, y la responsabilidad se sitúa en el personal de la escuela regular.
-Hace énfasis en lo que la niña o el niño puede hacer (modelo competencial), no en lo que no puede (modelo de déficit).
-Es una cuestión de derecho, de equidad y de lucha contra la desigualdad.
La inclusión implica preparar y apoyar a los profesores para que enseñen interactivamente. Los cambios en el curriculum están estrechamente ligados a los cambios en su pedagogía.
El modelo de aula de un profesor que trata de satisfacer las necesidades de una clase entera de niños/as por sí solo, está siendo reemplazado por estructuras en las que los y las estudiantes trabajan juntos/as, se enseñan mutuamente y participan activamente en su propia educación y en la de sus compañeros/as.
La relación entre las aulas inclusivas y el aprendizaje cooperativo está empezando a ser bastante clara (Sapon-Shevin, 1994); no queremos estudiantes incluidos en aulas para competir con los demás, sino para que aprendan con y de otros.
Ninguna niña y niño debería tener que soportar la inflexibilidad, los curriculum aburridos, la falta de creatividad, la reglamentación excesiva, el exceso de estandarización y las concepciones limitadas de la enseñanza y el aprendizaje. La mejora en estas áreas dentro de un contexto de reforma estructural y coherente dará como resultado una mayor aceptación y aprendizaje de todas las niñas y niños.
En consecuencia con lo anterior parece un imperativo para la atención a la diversidad y lograr avanzar hacia la escuela inclusiva, incorporar las tecnologías de la información y las comunicaciones (TICS) en la didáctica de los maestros, en los procesos de la escuela y en cada aula.
Esto necesariamente implica una forma diferente de pedagogía, nuevos modelos de enseñanza y de aprendizaje y contribuye a disminuir la brecha de desigualdades, permitiendo una educación más individualizada, más flexible, basada en recursos interactivos, lo que sin duda contribuye a mejorar la calidad y equidad en la educación actual.
Estrategias a través de la práctica en el aula
Estas deben deben basarse en tres puntos esenciales:
1 Implementar maneras creativas, dinámicas e innovadoras de enseñanza para facilitar el aprendizaje funcional significativo de todas y todos.
2 Explorar formas de unir lo que se enseña en la modalidad regular con oportunidades a la generalización de contenidos.
3 Investigar sobre los beneficios que trae el trabajo cooperativo en el aula.
¿Cuándo funciona el proyecto de Inclusión Escolar?
- Cuando la Institución escolar asume con responsabilidad el desafío.
- Cuando previamente se ha capacitado a las maestras y maestros y a los agentes socializadores de la institución/escuela.
- Cuando se empieza desde los primeros años escolares.
- Cuando las niñas y niños incluidos han sido evaluados y valorados por un equipo profesional antes de ingresar a la Institución Escolar.
- Cuando los familiares son debidamente informados a través de una reunión, recibiendo la retroalimentación de la evaluación y proyecto sobre el programa el cual recibirá y en qué condiciones será implementado con su hija o hijo.
- Cuando los padres pasan a ser parte comprometida aportando lo necesario según las condiciones impuestas por la institución, asistencia a reuniones, trabajo de apoyo, maestra integradora, tratamientos, etc.
- Cuando las niñas y niños incluidos reciben el apoyo y refuerzo necesario, psicoterapéutico, pedagógico u otro si fuera necesario.
- Cuando la familia y la Institución tienen reuniones con los profesionales externos y el equipo que apoya el trabajo de la niña o niño incluido.
- Cuando se ha preparado a los alumnos regulares para recibir a sus compañeros o compañeras y se estimula la interacción.
- Cuando hay el compromiso de las maestras o maestros con el nuevo reto. Cuando se asume un enfoque educativo de calidad para todas y todos que supone partir del postulado -todas las niñas y niños pueden aprender y tienen derecho a ello-.
- Cuando las niñas y niños incluidos participan tanto en las actividades curriculares como en las extracurriculares en base a sus necesidades, procesos e intereses.
2 Explorar formas de unir lo que se enseña en la modalidad regular con oportunidades a la generalización de contenidos.
3 Investigar sobre los beneficios que trae el trabajo cooperativo en el aula.
¿Cuándo funciona el proyecto de Inclusión Escolar?
- Cuando la Institución escolar asume con responsabilidad el desafío.
- Cuando previamente se ha capacitado a las maestras y maestros y a los agentes socializadores de la institución/escuela.
- Cuando se empieza desde los primeros años escolares.
- Cuando las niñas y niños incluidos han sido evaluados y valorados por un equipo profesional antes de ingresar a la Institución Escolar.
- Cuando los familiares son debidamente informados a través de una reunión, recibiendo la retroalimentación de la evaluación y proyecto sobre el programa el cual recibirá y en qué condiciones será implementado con su hija o hijo.
- Cuando los padres pasan a ser parte comprometida aportando lo necesario según las condiciones impuestas por la institución, asistencia a reuniones, trabajo de apoyo, maestra integradora, tratamientos, etc.
- Cuando las niñas y niños incluidos reciben el apoyo y refuerzo necesario, psicoterapéutico, pedagógico u otro si fuera necesario.
- Cuando la familia y la Institución tienen reuniones con los profesionales externos y el equipo que apoya el trabajo de la niña o niño incluido.
- Cuando se ha preparado a los alumnos regulares para recibir a sus compañeros o compañeras y se estimula la interacción.
- Cuando hay el compromiso de las maestras o maestros con el nuevo reto. Cuando se asume un enfoque educativo de calidad para todas y todos que supone partir del postulado -todas las niñas y niños pueden aprender y tienen derecho a ello-.
- Cuando las niñas y niños incluidos participan tanto en las actividades curriculares como en las extracurriculares en base a sus necesidades, procesos e intereses.
Material elaborado por Rodrigo Julio
Imagen: Foto de Fabrizio en el colegio
4 comentarios:
Un encanto! así nos enseñaban magisterio en las Escuelas Normales...que por desgracia han desaparecido.
Buscar, indagar, formas de enseñanzas, la escuela es eso integración.
Besos!
Hola, muy lindo el escrito y con lo que no estoy de acuerdo son las maestras sombras que el padre tiene que pagar,es muy caro el precio que se paga para la inclusión.
Sí Graciela, la capacitación y la formación como dices al estilo de antes, con mucha exigencia parece que está faltando últimamente, ahora uno lee tres artículos de internet y ya se cree capaz, un horror.Abrazos! Carmen
Hola Laura, en realidad nosotros tampoco. Para eso estamos preparando a los maestros y asistentes de aula. Algunas instituciones exigen sobre todo en la primera etapa de la inclusión. Lo ideal desde luego no existe ni aquí ni en otro lado aún.Estamos trabajando para el futuro. Cariños, Carmen
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