Los límites hacen que el niño/a se sienta controlado, cuidado y seguro. Le da claridad sobre lo que se espera de él/ella, lo que puede hacer y hasta donde hasta puede llegar. Los necesitan para organizarce, controlarse y aprender. Algunos padres piensan que poner límites quita libertad y espontaneidad a los niños/as. No es así, los límites, bien utilizados y comunicados, ayudan a la relación de los niños/as con su familia y favorece el acercamiento. ¿Cómo manejar y brindar atención? sin que esto se convierta en sobreprotección y cómo y cuándo empezar a decir que "no" sin exponernos a los temidos berrinches son cuestionamientos muy comunes de los padres. Los berrinches por lo general tienen CARACTERÍSTICAS COMUNES, cuya intensidad depende en gran medida del grado de maduración del niño/a y de la respuesta que obtienen de sus padres al realizarlos. Si bien las rabietas y berrinches tienen por objeto llamar la atención del adulto/a, asustarlos, manipularlos, su gran objetivo es conseguir lo que quieren.
Un berrinche se da por ETAPAS, donde va creciendo la frustración, comienza con una negación y sigue intensamente el llanto, gritos, pataletas, en algunos casos con agresividad hasta llegar a hacerle daño a alguien intencionalmente, como pegar o morder y en el peor de los casos con autolesiones. El berrinche de alto grado y que se ejercita por mucho tiempo como recurso para conseguir algo, puede hacer que un niño incluso deje de respirar por algunos segundos. El disgusto y la desesperación hacen perder el control de su estado de ánimo en los niños7as y en ocasiones la explosión de emociones hace hasta que se olviden de lo que originó el berrinche. El niño/a puede tardar en volver a la normalidad luego de la frustración y quedarse sollozando, pensativo/a o triste, y luego acercarse a su madre. El niño o la niña necesitan ser contenidos y es importante hacerles sentir que a pesar de lo ocurrido los amamos. Cuanto mayor es el niño/a muestra mal humor por más tiempo. Esta transición les favorece, el sentir frustración no es perjudicial, al contrario, de ella se aprenden los límites entre lo que se puede hacer y lo que no, además de entrenarlos en la capacidad de aspirar a algo.
El berrinche va dirigido a alguien a UN CONTEXTO SOCIAL, generalmente a mamá o papá. A veces son intencionales, cuando piden algo que de antemano saben que se le dirá que no. Los niños/as no hacen berrinches solos en su cuarto, a menos de que sepan que hay alguien afuera escuchando.
El berrinche es una etapa en el desarrollo emocional de los pequeños/as, sin ser esto una regla estricta, APARECE entre el año y los dos años y medio de vida y puede extenderse y pasar los 5 años. Cuando pequeños los niños/as no han adquirido las herramientas necesarias para manifestar lo que les pasa. A diferencia de los adultos: el lenguaje de los niños/as es pobre y su control psicomotor precario. Sumado a que nacen con cero tolerancia a la frustración: sin capacidad de esperar, de postergar la satisfacción de los deseos (se irá construyendo con el tiempo y con los actos). Un niño/a de casi tres años, en promedio, hace de tres a cuatro berrinches al día con una duración aproximada de un minuto. Pero hay casos de niños/as que hacen berrinches de una hora y otros casos excepcionales que jamás hacen berrinches.
Es importante saber que el berrinche es una inhabilidad de controlar emociones y sentimientos, pero a esta temprana edad no puede ser considerado cómo un síntoma de inestabilidad. Considerando estos factores, puede entenderse el berrinche como una modalidad de comunicación esperable, parte del desarrollo normal ante el “No” que se le impone como máxima frustración, generando reacciones variadas, emociones intensas e incontrolables, si bien se consumen en sí misma y se extinguen rápidamente. Han de ser toleradas como parte constitutiva del desarrollo y orientadas para encontrar formas de expresión más apropiadas.
En caso de frustración por luchar y conseguir una meta LA INTERVENCION DE LOS PADRES es fundamental. No es fácil mantener la compostura y la paciencia cuando están así. Pero sólo el adulto/a puede ayudarle a manejar y soportar esos sentimientos de la mejor manera. Cuando el niño/a se siente incapacitado por su rabia necesita más que nunca de su apoyo, en especial si pierde el dominio de su cuerpo y puede llegar a hacerse daño. Decir que NO implica una renuncia para los padres, renunciar al deseo de ser fuente de puras satisfacciones. Nadie quiere ser “el malo o la mala de la película” pero educar tiene su costo: cuidar de verdad implica muchas veces decir que no. Y si el “No” es flojito, si dura 10 min., si es negociable… los niños/as lo perciben y pulsearán con energía hasta conseguir lo que pretenden. Por lo tanto, el comportamiento de los padres es fundamental para que persistan los berrinches: lo fomentan al no sostener el límite o al otorgar recompensas para que dejen de hacer escándalo (porque establecen la fórmula para conseguir premios). También cuando su propio enojo es descontrolado y se colma de frases hirientes, porque valida la agresión como medio de expresión.
LA ANTICIPACION Y PREVENCION ayuda a descartar en el niño/a trastornos físicos o psicomotores que aumenten frustraciones.
Podemos anticiparnos y ayudarle o acomodar las cosas de forma a facilitarle lo que quiere o le cueste antes que desemboque en la conducta, ejemplo acercarle objetos, aflojas encastres o tapas, cuidando de no hacer por él/ella.
Darle oportunidad para elegir entre dos opciones para comer, comprar, jugar, así sentirán que tienen la posibilidad de decidir y sabrán que se le siente capaz de hacer las cosas.
Establecer límites precisos con respecto a su entorno. Por ejemplo, en el coche tienen que usar cinturón, estar sentado/a, salir tranquilo/a de la casa, sin correr. La aceptación de algunas normas les evitará frustraciones innecesarias
COMO INTRODUCIR CAMBIOS y romper patrones de conducta sin afectar al niño/a también tiene que ver con la anticipación y preparación del entorno.
Se puede desvanecer la conducta negativa e ir incentivando la positiva poco a poco. Un ejemplo de esto es el niño/a que se que después de una enfermedad y muchos cuidados quiere que su mamá lo/la cargue todo el tiempo.
Se le deben avisar las cosas, y cuando pida algo de manera equivocada (llorando o a gritos) hay que ignorarlo/a y atenderle cuando las pida más apropiadamente.
En ocasiones un niño/a está acostumbrado a dormir en la cama de sus papás y de pronto estos quieren que de un día a otro deje de hacerlo, esto es imposible. Todo tiene un proceso que debe ser respetado y realizace paso a paso.
Un berrinche se da por ETAPAS, donde va creciendo la frustración, comienza con una negación y sigue intensamente el llanto, gritos, pataletas, en algunos casos con agresividad hasta llegar a hacerle daño a alguien intencionalmente, como pegar o morder y en el peor de los casos con autolesiones. El berrinche de alto grado y que se ejercita por mucho tiempo como recurso para conseguir algo, puede hacer que un niño incluso deje de respirar por algunos segundos. El disgusto y la desesperación hacen perder el control de su estado de ánimo en los niños7as y en ocasiones la explosión de emociones hace hasta que se olviden de lo que originó el berrinche. El niño/a puede tardar en volver a la normalidad luego de la frustración y quedarse sollozando, pensativo/a o triste, y luego acercarse a su madre. El niño o la niña necesitan ser contenidos y es importante hacerles sentir que a pesar de lo ocurrido los amamos. Cuanto mayor es el niño/a muestra mal humor por más tiempo. Esta transición les favorece, el sentir frustración no es perjudicial, al contrario, de ella se aprenden los límites entre lo que se puede hacer y lo que no, además de entrenarlos en la capacidad de aspirar a algo.
El berrinche va dirigido a alguien a UN CONTEXTO SOCIAL, generalmente a mamá o papá. A veces son intencionales, cuando piden algo que de antemano saben que se le dirá que no. Los niños/as no hacen berrinches solos en su cuarto, a menos de que sepan que hay alguien afuera escuchando.
El berrinche es una etapa en el desarrollo emocional de los pequeños/as, sin ser esto una regla estricta, APARECE entre el año y los dos años y medio de vida y puede extenderse y pasar los 5 años. Cuando pequeños los niños/as no han adquirido las herramientas necesarias para manifestar lo que les pasa. A diferencia de los adultos: el lenguaje de los niños/as es pobre y su control psicomotor precario. Sumado a que nacen con cero tolerancia a la frustración: sin capacidad de esperar, de postergar la satisfacción de los deseos (se irá construyendo con el tiempo y con los actos). Un niño/a de casi tres años, en promedio, hace de tres a cuatro berrinches al día con una duración aproximada de un minuto. Pero hay casos de niños/as que hacen berrinches de una hora y otros casos excepcionales que jamás hacen berrinches.
Es importante saber que el berrinche es una inhabilidad de controlar emociones y sentimientos, pero a esta temprana edad no puede ser considerado cómo un síntoma de inestabilidad. Considerando estos factores, puede entenderse el berrinche como una modalidad de comunicación esperable, parte del desarrollo normal ante el “No” que se le impone como máxima frustración, generando reacciones variadas, emociones intensas e incontrolables, si bien se consumen en sí misma y se extinguen rápidamente. Han de ser toleradas como parte constitutiva del desarrollo y orientadas para encontrar formas de expresión más apropiadas.
En caso de frustración por luchar y conseguir una meta LA INTERVENCION DE LOS PADRES es fundamental. No es fácil mantener la compostura y la paciencia cuando están así. Pero sólo el adulto/a puede ayudarle a manejar y soportar esos sentimientos de la mejor manera. Cuando el niño/a se siente incapacitado por su rabia necesita más que nunca de su apoyo, en especial si pierde el dominio de su cuerpo y puede llegar a hacerse daño. Decir que NO implica una renuncia para los padres, renunciar al deseo de ser fuente de puras satisfacciones. Nadie quiere ser “el malo o la mala de la película” pero educar tiene su costo: cuidar de verdad implica muchas veces decir que no. Y si el “No” es flojito, si dura 10 min., si es negociable… los niños/as lo perciben y pulsearán con energía hasta conseguir lo que pretenden. Por lo tanto, el comportamiento de los padres es fundamental para que persistan los berrinches: lo fomentan al no sostener el límite o al otorgar recompensas para que dejen de hacer escándalo (porque establecen la fórmula para conseguir premios). También cuando su propio enojo es descontrolado y se colma de frases hirientes, porque valida la agresión como medio de expresión.
LA ANTICIPACION Y PREVENCION ayuda a descartar en el niño/a trastornos físicos o psicomotores que aumenten frustraciones.
Podemos anticiparnos y ayudarle o acomodar las cosas de forma a facilitarle lo que quiere o le cueste antes que desemboque en la conducta, ejemplo acercarle objetos, aflojas encastres o tapas, cuidando de no hacer por él/ella.
Darle oportunidad para elegir entre dos opciones para comer, comprar, jugar, así sentirán que tienen la posibilidad de decidir y sabrán que se le siente capaz de hacer las cosas.
Establecer límites precisos con respecto a su entorno. Por ejemplo, en el coche tienen que usar cinturón, estar sentado/a, salir tranquilo/a de la casa, sin correr. La aceptación de algunas normas les evitará frustraciones innecesarias
COMO INTRODUCIR CAMBIOS y romper patrones de conducta sin afectar al niño/a también tiene que ver con la anticipación y preparación del entorno.
Se puede desvanecer la conducta negativa e ir incentivando la positiva poco a poco. Un ejemplo de esto es el niño/a que se que después de una enfermedad y muchos cuidados quiere que su mamá lo/la cargue todo el tiempo.
Se le deben avisar las cosas, y cuando pida algo de manera equivocada (llorando o a gritos) hay que ignorarlo/a y atenderle cuando las pida más apropiadamente.
En ocasiones un niño/a está acostumbrado a dormir en la cama de sus papás y de pronto estos quieren que de un día a otro deje de hacerlo, esto es imposible. Todo tiene un proceso que debe ser respetado y realizace paso a paso.
Imagen: Guille de PDP
6 comentarios:
Ay Carmen que bien me viene leerte porque Javi esta muy insoportable, todos los terapeutas nos dicen que seamos firmes y pongamos límites y lo intentamos, vaya si lo hacemos, pero no se que hacemos mal...
En fin, ya te contaré....
Muchos besos
Gracias Carmen, siempre aprendo cosas muy útiles por acá :)
Es cierto, el berrinche va siempre dirijo a alguien. Lo que no logramos controlar todavía son las autoagresiones, que muchas veces sí se dan cdo están solos, como si fuera algo para ellos. En fin, una cosa a la vez, no?
Tenemosuna batería de herramientas, y a veces x querer usarlas todas juntas metemos la pata. Tenemos qe aprender bien qué usar para cada situación!!!
Besotes
Hola María.La actitud es muy importante y el cómo se pone los límites.Analiza..tal vez hablas demasiado,no eres consecuente con lo que le dices o vas cambiando las consecuencias. Tienes que ponerte de acuerdo con tu esposo y estar tranquila. Si uno se altera o descontrola al ponerlos no resulta.Ya lo lograrás. Cariños,Carmen
Sí Marina eso puede pasar con las estrategias o técnicas que aplicamos. Es recomendable elegir una para una determinada conducta, aplicar un tiempo,por lo menos 10 o 15 días y evaluar antes de cambiar.Si la aplicamos bien la conducta puede aumentar antes de decrecer y es ahi cuando uno se desanima y deja.Lo de las autoagresiones es más complejo,hay que hacer un buen análisis de los estímulos y refuerzos, si el reforzador es interno solo se cambia trabajando lo sensorial.Te deseo lo mejor, abrazos, Carmen
Hola Carmen :)
Es lo más complejo, el poner límites...sabes la mayor cuando bebe tenía 'espasmo del sollozo'...cuando comenzó a caminar y se caía (no se hacía daño) quedaba sin aire. La primera vez corrí del pediatra, dije se está muriendo? un vaso de agua en la cara la calmó y no volvió a repetir.
Con la menor no he sabido, así estamos...lo intenté pero no logré.
Buen domingo, que la semana sea bonita.
Graciela esa terapia del vaso de agua no la conocía, jaja y con la menor sigue intentado pero cambia la técnica. Abrazos, Carmen
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